Pues sí. Es una lástima que ocurran cosas tan desagradables como las que pudimos contemplar ayer en el campo del Betis -y no porque sea el campo del Betis, pues lamentablemente eso hoy en día podría haber ocurrido en cualquier campo de fútbol-.

Era el día de Andalucía y nos habíamos reunido parte de mi familia en mi casa para ver el derby. Cada uno con los colores de su equipo, aunque es verdad que habiamos más sevillistas que béticos. Era un partido distinto a los anteriores, más bonito, con más ocasiones de  gol… hasta que llegó el gol del Sevilla. Los que sentimos en rojiblanco lo celebramos a lo grande, pero al poco tiempo tuvimos que callarnos al ver a alguien con chaqueta tendido en el césped y atendido por los servicios médicos . Era Juande Ramos, entrenador sevillista, que había sido alcanzado en la nuca con una botella de 2 litros con hielo y lo dejó KO durante algún momento. Fue trasladado a un centro sanitario, ha pasado la noche en observación y afortunadamente está fuera de peligro.

¿Cómo pueden pasar estas cosas? ¿Cómo puede haber tanto energúmeno suelto por ahí? ¿De quién es la responsabilidad? ¿Ha tenido algo que ver la actitud de los presidentes de ambos equipos estos últimos días?

Son preguntas que tienen una difícil respuesta y que seguro que durante esta semana se hablará largo y tendido en los medios de comunicación, no sólo sevillanos, sino también nacionales.

En mi opinión, aunque este hecho hubiera podido ocurrir en cualquier momento, en cualquier otro partido y en cualquier otro estadio, quizás la actitud que han tenido los máximos dirigentes de ambos equipos tras el último derby ha contribuido a que los ánimos estuvieran más encrespados de lo normal, porque no podemos olvidar que hay mucho «majara» suelto por ahí y que no se pueden considerar aficionados, de cualquiera de los dos equipos. ¿Por qué los radicales sevillistas se ponen a quemar contenedores y cabinas telefónicas cuando se enteran que no podrán entrar en el estadio verdiblanco? Aunque se firmó la paz la noche antes de la disputa del partido, parece que esta paz ha sido algo obligada y de cara a la galería, pues si no ya me diréis qué hacía el busto de Lopera justo detrás del asiento de del Nido, cuando nunca ha estado ahí. Es sólo un detalle.

Esperemos que esto sirva al menos para recapacitar entre todos y que nunca vuelva a ocurrir espisodios de este tipo.

La foto está tomada de la edición digital de Diario de Sevilla.