Viaje a Tenerife: #TenerifeOnTour

Nota inicial: He escrito este post como si fuera un diario de viaje. Cada día iba escribiendo aquí desde nuestra habitación del hotel nuestra experiencia del día y guardaba el post en borrador. Lo he terminado ya en nuestra casa de Sevilla y le he dado a «Publicar». Quizás haya quedado un poco largo, pero no quería que se quedara fuera nada de lo que hemos podido vivir y disfrutar mi Merchi y yo en esta bonita isla de Tenerife.

Durante una semana -de martes a martes- he podido viajar con mi Merchi a un sitio que no era Salamanca, ciudad que nos encanta, pero a la que vamos para lo que vamos. Esta vez se trataba de un viaje de placer, un viaje del IMSERSO -es lo que tiene estar jubilado- y en esta ocasión hemos viajado a las Islas Canarias, y más concretamente a la isla de Tenerife. Yo viajé una vez a esta isla: fue el viaje de fin de carrera, hace más de treinta años, pero no se me olvida porque fue un viaje con amigos, todos los valientes que acabamos la carrera de Matemáticas, donde lo pasamos estupendamente y nos recorrimos la isla entera con un Renault 5 que alquilamos. Nos alojamos en el Puerto de la Cruz, en el hotel «Panorámica Garden», y uno de los días de este viaje, volviendo con mi Merchi de una excursión que hicimos al Teide, paró el bus para dejar a personas que estaban alojadas allí, yo hice esta foto y se la pasé a mis amigos matemáticos. ¡Qué recuerdos!:

Aunque hace muchos años de esto, yo conocía Tenerife, pero mi Merchi no, así que le dije que teníamos que intentar hacer este viaje, aunque sé que ella es muy reacia al tema de los aviones. Pues dicho y hecho, cuando sacaron del IMSERSO la posibilidad de solicitar viaje -allá por el mes de julio de 2022, creo recordar- solicité «Costa insular» y me la dieron. Ahora quedaba elegir destino, fecha y hotel. Finalmente cogimos del 2 al 9 de mayo -la semana después de feria- el Hotel Alúa Parque San Antonio del Puerto de la Cruz, en la zona norte de Tenerife.

Y ahí hemos estado ocho días y siete noches, perfectamente atendidos, con buena comida y con una magnífica habitación adaptada -la había pedido así previamente-. Hemos hecho dos excursiones de las programadas por la agencia Mundiplan y dos visitas por nuestra cuenta a sitios de interés del Puerto de la Cruz. Y es que tantos días dan para hacer muchas cosas. Pero empecemos por el principio…

El martes 2 de mayo nos acercan nuestras hijas Vero y Patri al aeropuerto de Sevilla y allí la atención a personas con discapacidad es muy eficiente. Basta con darle a un botón, hablar con una persona para decirle que tienes pedida la atención a discapacitados y, desde ese momento, todo fluye y funciona. Gracias a Jefrey -no sé como se escribe, me dijo que se llamaba «Yefri»- y a Chari por la atención prestada en todo momento y a Aena por dar este servicio tan necesario para las personas con movilidad reducida, como es mi caso. Incluso lo puse en mis redes:

Fotito con Chari

Embarcamos al avión, nos asignaron dos asientos de la segunda fila y en poco más de dos horas estábamos aterrizando en el aeropuerto «Los Rodeos» de Tenerife Norte. Fue un vuelo placentero, la verdad. Hasta mi Merchi lo dijo. Muy buena atención también al aterrizar, aunque fuimos los últimos en desembarcar del avión. Recogimos las maletas con ayuda del personal de atención a discapacitados y nos acompañó hasta el autobús. A retrasarle una hora al reloj y a intentar disfrutar de lo que tenemos por delante durante una semana… Un guía de Mundiplan, Carmelo, nos acompañó en el bus que nos llevó al hotel. Una vez que llegamos allí, dejamos las maletas y nos fuimos directamente a almorzar al comedor. Después nos dirigimos a Recepción para hacer el check-in, donde nos dijeron que nos habían asignado una habitación adaptada, tal y como habíamos solicitado.

A las 16:30 teníamos una reunión con Carmen, la guía de Mundiplan responsable de nuestro grupo, en la que nos daría toda la información necesaria y nos presentaría las excursiones que nos ofrecen. Allí estuvimos. Cogimos tres de las excursiones principales de día completo, aunque después devolvimos una, y compramos las entradas para el Loro Parque. Un ratito de descanso, cena y a escuchar cantar a un hombre-orquesta que estaba por allí y ver a otros y otras bailar. Mi resumen del día:

https://twitter.com/juanmadiaz/status/1653529581620547587

El miércoles era el día para ir al Loro Parque. Haciendo caso a la guía nos fuimos tempranito, que es cuando menos gente hay. Aquello abría a las 9:30. Desde la recepción del hotel nos llamaron a un taxi que nos llevó hasta allí. Y menos mal que llegamos temprano y pude alquilar una de las sillas de ruedas eléctricas de las que disponen -la mayoría estaban reservadas con antelación, nos dijeron-, porque sin silla no habría visto ni el 20% de lo que vi, debido a mi poca movilidad y a que hay que andar mucho y hay muchas cuestas. Nos gustó mucho el Loro Parque. Muchos animales, mucha vegetación y muy buenos espectáculos. Los vimos todos, pero a mí el que más me gustó fue el de las orcas. Impresionante. Sobre las dos de la tarde lo habíamos visto todo, así que cogimos un taxi y nos volvimos al hotel para almorzar y descansar un rato. Tras la cena, otro tío cantando en el salón principal y otra vez a ver bailar al personal, aunque mi Merchi también bailó un poquito.

El jueves teníamos la primera de las excursiones contratadas con Mundiplan. Visitamos el municipio de Candelaria, donde está la patrona en su Basílica y es mucha la devoción que tiene en estas islas. Después nos fuimos a la capital, Santa Cruz de Tenerife y, tras hacer una visita panorámica de los sitios más interesantes desde el autobús, nos dejaron junto al puerto en una zona comercial para hacer compras y tomar algo quien quisiera. El día anterior fue festivo porque se celebró el día de la Santa Cruz y eran muchas las cruces adornadas con flores y otros elementos que habían en las Ramblas y en otros lugares. Tras esta visita nos llevaron a almorzar a un restaurante con el que teníamos la comida concertada. Ahí disfrutamos de una agradable conversación con nuestros compañeros de mesa: Eloy y su mujer -lo siento, pero no me acuerdo del nombre de ella-, matrimonio de Madrid y Emilio y Montse, matrimonio de Barcelona. Les conté algo de mi camino al #yomecuro… Tras el alumerzo visitamos el monte de las Mercedes -se notó tela la bajada de temperatura-, pero mi Merchi tenía que ver su monte:

El viernes no teníamos previsto nada. Bueno, en realidad yo tenía previstas dos videollamadas a primera hora de la mañana: una con un paciente de mieloma que va a recibir las CAR-T pronto en Salamanca y desde ASCOL me preguntaron si no me importaba contarle mi experiencia. Por supuesto que no. Y ahí estuvimos respondiendo todas sus dudas e inquietudes durante una hora y dándole los ánimos necesarios. Teniendo en cuenta que cada paciente es un mundo y seguramente la experiencia de uno no tenga nada que ver con la de otro, pero creo que es importante escuchar la experiencia de alguien que ya ha pasado por eso. Todo va a ir bien, Fernando. Y aquí estamos para lo que te pueda ayudar. Después tenía prevista una entrevista como estudio de mercado al ser paciente de mieloma que había recibido tratamiento de algún anticuerpo biespecífico, como es el Talquetamab.

Hice una tarea previa y después la entrevista de una hora. Sé que hay personas que son reacias a hacer este tipo de entrevistas y respeto su opinión, como no puede ser de otra forma, pero yo ya he hecho varias de este tipo y no le encuentro la pega a hacerlas, la verdad. Tus datos son confidenciales, no se comparten y además te pagan una cantidad por hacerlo. Cantidad que, por supuesto, yo dono. Tal y como está montado esto, creo que la lucha contra el cáncer es tarea de todos: personal sanitario, asociaciones, industria farmacéutica, pacientes y familiares.

Cuando terminé la entrevista, cogimos un taxi y nos fuimos a un centro comercial, porque Merchi quería comprar algunas cosas y además como nos habían dicho que en el Teide hacía frío y ya lo habíamos pasado el día anterior en la excursión del monte de las Mercedes… y ella no se había traído nada de ropa de abrigo, ni una sudadera siquiera, allí se compró una, aunque finalmente no le hizo falta. Llegamos para almorzar en el hotel, tarde de descanso y, tras la cena, disfrutamos de un hombre-orquesta que animó mucho todo el tiempo con sus canciones; además nos juntamos con un grupo de malagueños y malagueñas que tenían todo el arte. Mi Merchi se hartó de bailar y ellos me sacaron a mí agarrándome en todo momento. Pasamos un rato estupendo y sin beber absolutamente nada de alcohol ni Merchi ni yo. ¡Qué arte tiene mi Merchi!

https://twitter.com/juanmadiaz/status/1654575558850670592?s=20

El sábado teníamos la excursión al Parque Nacional del Teide. La excursión incluía varias paradas en miradores y tenía el almuerzo incluido, lo que ocurre es que había una competición ciclista por la única carretera que hay, por lo que esto trastocó y retrasó todo. Almorzamos a las cuatro de la tarde y llegamos al hotel en torno a las siete. Pero puedo decir que, por primera vez en mi vida, he visto como espectador una competición ciclista y además el autobús en el que iba ha sido durante un trecho escoltado por la Guardia Civil.

Tuvimos de chofer a León y de guía de nuevo a Carlos, como en la otra excursión. Gran trabajo el de ambos y gran ayuda la que me prestaron en todo momento para subir y bajar del autobús. Carlos es un magnífico guía e informa de todo estupendamente. Conoce todos los entresijos de la isla: historia, curiosidades… absolutamente todo… y nos lo cuenta. ¡Un crack! Al llegar al hotel descansamos un poquito, cenamos pronto y vi la final de la Copa del Rey que ganó el Real Madrid al Osasuna.

El domingo nos lo tomamos de descanso, para disfrutar de las magníficas instalaciones del hotel. No estaba el día para bañarse en la piscina porque, aunque hacía sol, también corría un aire fresquito y al salir del agua, aparte de que estaba fría, te tenías que quedar helado. Dejamos la piscina para los guiris, que estos se bañan sí o sí. Nosotros nos limitamos a descansar en las tumbonas, a trastear con el móvil y a leer.

https://twitter.com/juanmadiaz/status/1655180725031772161?s=20

Por la tarde quiso venir a saludarnos al hotel Covadonga, que me sigue a través de Instagram, ya que su marido, Diego, tiene mieloma múltiple, como yo. Encantado de haberte conocido, Covadonga. Esperemos que sea la primera de muchas más coincidencias para vernos. Y la próxima… con Diego.

https://twitter.com/juanmadiaz/status/1655301113246101506?s=20

El lunes era nuestro penúltimo día del viaje y en un principio habíamos escogido una excursión para visitar Garachico, Masca y una finca platanera, pero Carlos, el guía, me dijo que en esta excursión había que andar bastante, sobre todo en Garachico, por lo que decidimos anularla. Hablamos con Carmen, nuestra guía de referencia de Mundiplan, y nos devolvió el importe de la excursión sin problema tras explicarle el motivo. Mi movilidad sigue siendo escasa y muy reducida, por lo que tampoco se trata de forzar.

A cambio decidimos coger un taxi y visitar los «Lagos Martiánez», pues puede parecer un pecado estar en el Puerto de la Cruz y no visitarlos. Pero antes había que desayunar… mi tosataíta y mi Islacao, como siempre. Cuando desayunamos y antes de dejar el comedor vi que cerca de nuestra mesa había un hombre con una camiseta del Betis. Como yo llevaba puesta una camiseta del Sevilla, se me ocurrió acercarme a él, presentarme y pedirle que se hiciera una foto conmigo. Este fue el resultado:

El taxi nos dejó junto a la entrada de los «Lagos Martiánez» justo cuando abrió el acceso para los visitantes. Nos llevamos una primera decepción al comprobar que la zona del Lago -el más grande y que es zona adaptada- estaba cerrada e inaccesible porque todos los meses de mayo la cierran para hacer tareas de mantenimiento. Me parece muy bien, pero el precio lo mantienen igual que si estuviera todo abierto, algo que no me parece justo. Cogimos un par de tumbonas y una sombrilla -esta se paga aparte- y nos pusimos en primera fila del lago más grande que estaba abierto. Segunda decepción del día, aunque de esta ya estábamos avisados: el agua está muy fría. Yo, por supuesto, no me bañé y mi Merchi lo que hizo fue entrar y salir muerta de frío y buscando fervientemente la toalla. Pues nada, ratito de tumbona y de lectura. Algunos guiris y no-guiris sí se bañaron, pero a todos se les notaba una expresión rara de la cara al entrar al agua.

Cuando se acercaba la hora del almuerzo decidimos irnos para comer en el hotel porque bañarnos no nos íbamos a bañar. En esta ocasión nos acompañó Gustavo, uno de los socorristas, que fue muy amable pues nos llevó por la zona adaptada del lago mayor, aunque estuviera cerrada y además nos dio mucha información sobre los lagos; podemos decir que fue nuestro guía particular. Una vez que dejamos las instalaciones y, dado que estábamos en una zona muy comercial, mi Merchi hizo unas compras mientras yo la esperaba sentado en mi andador, cogimos un taxi y llegamos al hotel para almorzar.

Tarde de descanso entre las tumbonas de la piscina -no hacía calor para bañarse, la verdad, al menos para mí- y la habitación hasta que llegara la hora de la cena. Móvil, ordenador, lectura, concursos de televisión… Así matamos el tiempo. Tras la cena, un ratito de música -yo sólo puedo escuchar, mi Merchi también bailar- y a irnos despidiendo de este magnífico viaje.

El martes nos recogía el autobús en el hotel a las 11:20 para llevarnos al aeropuerto, pues nuestro vuelo salía a las 13:55. Pero antes, puse esto en mis redes tras salir del comedor donde tomamos el desayuno:

En esta ocasión fue Isabel, la guía de Mundiplan, y Ángel, un chófer joven, los que nos acompañaron y nos llevaron hasta el aeropuerto. Isabel nos dio toda la información necesaria durante el trayecto en bus y, una vez que llegamos al aeropuerto de Tenerife Norte, pudimos comprobar una vez más que la atención a las personas con movilidad reducida funciona muy bien.

Disfrutamos de un vuelo plácido de unas dos horas y, al aterrizar en Sevilla, todos los pasajeros bajaron del avión menos nosotros. Teníamos que esperar dentro del avión a que llegara Montse, una de las personas que nos atiende a las personas de movilidad reducida, para bajar del avión, llevarnos a recoger la maleta y mi andador y acompañarnos a la salida. Tardó un poco más de la cuenta porque llegamos varios vuelos a la misma vez y tenía varios servicios que atender. No sé cuántas veces nos pidió disculpas… y nosotros diciéndole que no pasaba nada, que nuestra única preocupación era que nos dejaran en el avión -volaba a París-, aunque bien pensado tampoco hubiera estado mal. Cuando llegamos a recoger la maleta allí estaba la pobre dando vueltas en la cinta más sola que la una. ¡La de vueltas que habría dado entrando y saliendo una y otra vez sin que nadie la cogiera…!

Mi hermana Auxi hizo el favor de venir a recogernos y llevarnos a casa, que ya había ganas también de ver y abrazar a nuestras hijas…

En resumen: todo muy bien, magnífica experiencia y magnífico viaje que nos merecíamos disfrutar mi Merchi y yo. Sé que nos habéis seguido por las redes y nos han llegado vuestros buenos deseos. Lo hemos intentado disfrutar al máximo. Al máximo, pero teniendo en cuenta mis limitaciones, claro está, porque uno es consciente -o al menos eso creo- de lo que puede y no puede -o no debe- hacer.

Gracias al personal de Mundiplan por lo bien que gestionan y nos atienden, lo cual no es nada fácil, os lo aseguro. Gracias por las excursiones que organizan para intentar hacernos llegar toda la historia, cultura e idiosincrasia de los sitios que visitamos. Gracias a Carlos, guía de los buenos pues, además de todo lo que sabe, lo transmite de forma espectacular. Y además ayuda a todas las personas que necesitamos una atención especial. Gracias al hotel Alúa Parque San Antonio por las magníficas instalaciones que tiene, por asignarnos una habitación adaptada tal y como había solicitado y gracias a todo su personal por la atención prestada. Sólo un pero: la zona de Recepción debería ser accesible para personas de movilidad reducida. Es una barrera arquitectónica importante porque para llegar a Recepción hay que bajar cuatro escalones. Misma petición para los «Lagos Martiánez»: al estar cerrada la parte accesible para personas con movilidad reducida, hay que bajar unos cuantos escalones. Afortunadamente en la actualidad yo puedo hacerlo, pero antes no y pienso en las personas que van en silla de ruedas y no pueden dar un paso. Piénsenlo. Se trata de justicia social y, lamentablemente, a cualquiera nos puede tocar. Yo me quedo con lo bueno, por supuesto, pero estas cosas hay que decirlas para que de verdad podamos disfrutar todos de una verdadera inclusión y de un mundo mejor.

Y siempre, siempre, hay que intentar ser agradecido, porque siempre hay cosas que agradecer:

Y, como siempre, tenemos un álbum digital de fotos de todo lo vivido. Pero esto lo vamos a dejar en privado para nosotros, ¿vale? De todas formas muchas de las fotos y de los vídeos del álbum ya los hemos compartido en mis redes sociales. Espero que os hayan gustado.

A seguir viviendo…