#SSantaSevilla23: Mis impresiones

¡Qué verdad es ese refrán que dice que «Cada uno cuenta la feria según le va»! Y esto lo podemos trasladar a la Semana Santa, porque uno ha podido leer de todo en las redes sociales. Hoy es Lunes de Pascua y ayer se acabó la Semana Santa de 2023, por lo que es momento de hacer balance de cómo ha transcurrido todo, aunque cada uno, como he dicho antes, lo habrá vivido de una forma distinta.

Lo que es un dato objetivo es que ha sido una Semana Santa plena en Sevilla, pues han podido salir todas las cofradías y hemos podido disfrutar de los pasos en la calle. No ha habido chaparrón ni pandemia que lo haya impedido. Y bien que lo necesitábamos… ¡Lo tranquilos que han estado estos días los meteorólogos y la gente de la AEMET!

La Semana Santa que yo he vivido es una, que puede que no tenga nada que ver con la que has vivido tú, seas cofrade o no. Yo soy cofrade, muy cofrade, de siempre, aunque no tanto como mi Patri y mi yerno Alberto. Estos dos me ganan por goleada. Lo que también es cierto es que ahora yo estoy limitado de movimientos, tengo movilidad reducida debido a mi enfermedad, por lo que no puedo pegarme los lotes de andar que me pagaba antes, y menos aún con la cantidad de gente que había por las calles todos los días. Gente de aquí y turistas… Mucho turismo, tanto nacional como extranjero. Al menos esa es la sensación que yo tengo. ¿Sevilla está de moda? ¿Le están quitando el centro de Sevilla a los sevillanos? Siempre ha venido gente de fuera a ver la Semana Santa de Sevilla porque tiene fama en el mundo entero -¡por algo será!-, pero me da a mí la impresión de que este año se ha desbordado todo un poco.

Hay dos temas polémicos por delante de otros: las sillitas de la gente y los paneles de la carrera oficial. Estos últimos se dice desde el Ayuntamiento y el Consejo de Cofradías que se han puesto como medida de seguridad, para que la gente no se pare a ver los pasos mientras están pasando por la carrera oficial. Me parece bien si se trata de una medida de seguridad pero, en mi opinión, habría que revisarla porque hay sitios donde no se interrumpe el paso de la gente y hay paneles. Por ejemplo, en la plaza Virgen de los Reyes cuando salen los pasos de la Catedral. Esto da la sensación de dar una Semana Santa en exclusiva a los que tienen silla en la carrera oficial. Y algunos dirán: «Pero es que las cofradías se pueden ver en otros sitios que no sea la carrera oficial». Y yo le digo: «El Santo Entierro Grande no». Sólo se juntaron todos los pasos y el cortejo completo en la carrera oficial.

Y lo de las sillitas es un problema que se viene viendo desde hace años. No estoy en contra del uso de las sillitas -de hecho, yo las he usado-, pero hay que hacerlo bien. Hay mucha gente que se pone con su silla en una esquina o en un sitio de paso de la gente que necesita moverse y escuchan eso de «Por aquí no pasas, que llevo esperando nosecuanto tiempo y ya estoy harto/a de que no pare de pasar gente por aquí». Se trata de civismo y educación, como en tantas cosas de la vida.

¿Y mi Semana Santa cómo ha sido? Podemos decir que ha sido buena porque, dadas mis limitaciones físicas, demasiado he visto. Y ha sido gracias a la ayuda de mucha gente, a la que le agradezco cada uno de los detalles que ha tenido conmigo.

Para mí la Semana Santa no empieza el Domingo de Ramos, sino que empieza antes y todo lo he contado por aquí, desde la procesión de Amor y Bondad en Sevilla Este del sábado antes de Semana Santa hasta que el Sábado Santo vimos a la Soledad de San Lorenzo. Al Señor Resucitado ya no fuimos a verlo porque estábamos cansados.

He salido de nazareno dos veces. La primera el Sábado de Pasión con mi Hermandad de San José Obrero. Iba con mi Talquita y ya pudimos comprobar que sería una Semana Santa de mucha gente en la calle. La segunda vez salí de nazareno la Madrugá en mi Hermandad de Los Gitanos gracias a mi amigo Carri, que soltó su cruz con la que suele salir detrás de la Virgen de las Angustias y, a cambio, empujó mi silla de ruedas todo el camino. Después de la Catedral se incorporó su hijo Pablo, que ayudó en esta tarea. Los últimos metros del recorrido los hice andando empujando mi silla de ruedas vacía, como hice el año pasado.

Con mi Merchi he ido al centro tres veces: Martes, Miércoles y Sábado Santos. Y hemos ido porque los tres días teníamos silla asignada. El Martes Santo nos invitó nuestra amiga Sonia y el Ayuntamiento de Sevilla a ver las cofradías desde los palcos del Ayuntamiento. Era la primera vez que íbamos y la verdad es que fue toda una experiencia. Miércoles y Sábado Santos teníamos asignadas unas sillas junto a la Giralda, en la calle Carlos Amigo. Sillas que el Ayuntamiento sortea entre las personas discapacitadas y de movilidad reducida que lo solicitan. Lo solicité en su momento y tuve la suerte de que me tocaron estos dos días. Perfectamente atendidos estuvimos allí por personal de Cruz Roja y pudimos ver todas las cofradías y pasos del Santo Entierro Grande que al salir de la Catedral giraban a la izquierda.

El resto de días vimos la Semana Santa en la tele. Es una suerte tener tres canales locales que la transmitían: 7TV, 101TV y PTV, más los canales que transmitían a través de Youtube. Transmitían en directo desde distintos puntos -entradas, salidas, carrera oficial, sitios de interés…-. Y por las mañanas repetían lo del día anterior. O sea, oferta había y el que no quería ver Semana Santa era porque no quería.

Gracias a nuestro amigo taxista Alfredo que nos ha llevado los tres días al centro, gracias a Sonia y al Ayuntamiento de Sevilla por permitirnos disfrutar de una magnífica experiencia. Gracias a mi amigo Carri por empujar mi silla de ruedas y por acompañarme en la estación de penitencia de nuestra Hermandad de los Gitanos. Gracias a todos los nazarenos, costaleros, capataces y músicos que han tenido algún detalle con nosotros -que no han sido pocos-.Y, sobre todo, gracias a mi Merchi por estar siempre a mi lado.

Hemos creado un álbum digital de fotos que hemos compartido la familia con más de 500 fotos y vídeos. Ahí hay para entretenerse… SALUD y ESPERANZA… mucha ESPERANZA.

Y estamos a 12 días para que empiece la Feria de abril de Sevilla… ¡Casi na!

#SSantaSevilla23 (y 5): Sábado Santo

Se nos presentaba por delante un Sábado Santo distinto y muy apetecible, pues además de las hermandades habituales -entre ellas mi Hermandad de la Trinidad- su unía un Santo Entierro Grande, algo que no ocurría en Sevilla desde 2004, y el anterior fue en 1992 con motivo de la Expo92. Parece que hay una regla no escrita que dice que aproximadamente cada veinte años se celebre un Santo Entierro Grande. En el mismo se representa la pasión y muerte de Jesucristo con distintos pasajes representados por distintos pasos sevillanos en orden cronológico. En esta ocasión serían quince, en este orden:

  1. La oración en el huerto, de Montesión;
  2. El beso de Judas, de la Redención;
  3. Jesús ante Caifás, de San Gonzalo;
  4. Jesús es azotado, de Las Cigarreras;
  5. La burla, de El Valle;
  6. La sentencia, de La Macarena;
  7. Jesús coge la cruz, de La Paz;
  8. Camino del Calvario, de Pasión;
  9. La calle de la amargura, de La Amargura;
  10. La tercera caída, de La Esperanza de Triana;
  11. Jesús es crucificado, de La Exaltación;
  12. La conversión del buen ladrón, de Montserrat;
  13. La expiración, de El Cachorro;
  14. La muerte, de El Calvario;
  15. El descendimiento, de La Quinta Angustia.

Pero, como siempre, empecemos por el principio. La mañana del sábado amaneció con un sol radiante, como ha ocurrido todos los días de esta Semana Santa en Sevilla. Afortunadamente en estos días los meteorólogos han vivido tranquilos porque ningún día ha habido amenaza de lluvia, por lo que hemos podido ver una Semana Santa plena, con todos los pasos en la calle. Como el tiempo estaba bueno, yo empecé la mañana dando el paseo con mi Talquita y puse en mis redes esto:

Para evitar cortes de tráfico y poder acercarnos al centro lo máximo posible, quedamos pronto con Alfredo, amigo taxista que nos ha hecho el favor de recogernos y acercarnos hasta la Plaza Nueva cada vez que hemos ido al centro a ver cofradías: Martes, Miércoles y Sábado Santos. Gracias, Alfredo, nos has ayudado mucho.

Quedamos a las 15:15 en casa y llegamos al centro antes de las cuatro. En esos momentos estaba pasando por la calle Granada, junto al Ayuntamiento, la Hermandad del Sol. Ya aprovechamos y la vimos, ya que desde el sitio que teníamos asignado no podríamos verla en condiciones, ya que al salir de la Catedral tiraría para la derecha.

Era el segundo día que teníamos asignado un sitio según el sorteo que ha hecho el Ayuntamiento de Sevilla para personas discapacitadas y con movilidad reducida, como es mi caso. El sitio está muy bien, está en la calle Carlos Amigo, a los pies de la Giralda, y desde ahí se pueden ver todas las cofradías que al salir de la Catedral tiran para la izquierda. Ya estuvimos allí el Miércoles Santo, lo disfrutamos mucho y lo conté por aquí.

Ayer, Sábado Santo, menos la cofradía del Sol y algunos pasos del Santo Entierro Grande, todo lo demás pasaba por delante nuestra. Los Servitas, mi Hermandad de la Trinidad -qué alegría poder saludar a tanta gente conocida: mis amigos José Luis y Sergio y mi amiga Suli, que iban de nazarenos, mi exalumna María, que iba de acólita y los capataces Juanma y Julián, del Cristo de las Cinco Llagas y de la Virgen de la Esperanza, respectivamente-. A todos les deseamos mi Merchi y yo una feliz estación de penitencia y todos se alegraron de verme tan bien. Esperemos seguir así… Esperanza, mucha ESPERANZA.

Después pasaron por delante nuestra seis de los pasos que formaban parte del Santo Entierro grande, con sus respectivos cortejos -llevaban un máximo de 36 nazarenos cada uno-. Vimos El Valle, el Sentencia, Pasión, la Amargura, la Exaltación y el Calvario.

Mi Merchi hizo muchas fotos, que hemos incorporado al álbum digital familiar que tenemos compartido. Un álbum con más de 400 fotos, señal de que hemos disfrutado de una magnífica Semana Santa.

Ya sólo nos faltaba por ver el Santo Entierro y la Soledad de San Lorenzo que, a pesar de su solemnidad, llevaba muchos niños en su cortejo. En el Santo Entierro iba la representación de cada hermandad, con el estandarte y cuatro varas. Entre los componentes de la representación de mi Hermandad de San José Obrero estaban mi cuñado Jesús, mi sobrina Nerea y mi sobrino Manu.

Y hasta aquí llegamos. Muchas cosas que agradecer. Muchas personas a las que transmitir mi agradecimiento. Tocaba disfrutar de la Semana Santa de Sevilla y creo que lo hemos hecho. Con las limitaciones que tengo, pero el disfrute ha sido máximo. Y mi Merchi siempre a mi lado. Lo mejor que me ha pasado en mi vida ha sido elegirla como esposa y compartir mi vida con ella, sin duda. Queda menos de un año para que sea Semana santa otra vez. En 2024 el Domingo de Ramos será el 24 de marzo. Contando los días…

#SSantaSevilla23 (4): Jueves Santo, Madrugá y Viernes Santo

Escribo estas líneas la mañana del sábado. Un Sábado Santo que se presenta espectacular con el Santo Entierro Grande, aunque no sé si vamos a caber por las calles, porque he escuchado por ahí que hasta van a venir muchos autobuses con gente de fuera para disfrutar de este día en Sevilla. Pero no podemos olvidar que hoy salen otras hermandades, entre ellas mi Hermandad de la Trinidad. Si Dios quiere, la veré junto a mi Merchi a los pies de la Giralda, porque hoy también tenemos silla en aquella zona que el Ayuntamiento de Sevilla tiene reservada para personas con discapacidad y que asigna por sorteo. Este año he tenido suerte y me tocó el Miércoles Santo, que ya os conté por aquí, y hoy Sábado Santo, que os contaré por aquí en un próximo post.

El Jueves Santo lo comencé tempranito, pues había quedado con mis amigos de siempre -Casti, Jesús, Coli y Francis- para cumplir una de las tradiciones que venimos haciendo durante años: ver en sus respectivos templos a la Macarena y a Los GItanos y compartir un desayuno. Un año más lo cumplimos… y los que nos quedan, si Dios quiere.

Vino a recogerme a mi casa Casti con su coche, hasta ahí vinieron Coli y Jesús y por el camino recogimos a Francis. Nos dirigimos a la Basílica de la Macarena, que abría a las nueve de la mañana, llegamos un poco antes y ya había una cola importante. Pero en cuanto abrieron las puertas de la Basílica la entrada fue ágil y pudimos ver al Señor de la Sentencia y a la Macarena. Impresionantes ambos en sus pasos.

De ahí cogimos el coche y nos fuimos al templo de Los Gitanos, el cual abría a las diez. Como todavía faltaba tiempo, desayunamos antes en un bar cercano y allí me encontré con mi amigo Pepe, que estaba con su mujer y con su hijo Joaquín. A ambos nos encantó vernos, pues ha sido mucho el tiempo que no nos veíamos tras coincidir durante meses haciendo los dos rehabilitación con nuestra fisio Bea en el Hospital Macarena. Y muchos caminos de ambulancia compartidos, sobre todo de vuelta, pues a Pepe lo dejaban antes en Valdezorras y después me dejaban a mí en Sevilla Este. ¡Gran persona y gran amigo Pepe! Tenemos que seguir, amigo…

Una vez que desayunamos -gracias por la invitación, Francis- fuimos al templo de mi Hermandad de Los Gitanos y allí estaban preciosos mi Señor de la Salud y mi Virgen de las Angustias, a la que acompañaría detrás de su paso la siguiente madrugá, haciendo estación de penitencia en mi silla de ruedas, empujada por mi amigo Carri. En el templo pude hablar con el Secretario de la Hermandad, Curro, al que le di las gracias por las facilidades que me dio una vez más para sacar mi papeleta de sitio. Y también hablé con el Hermano Mayor, José María Flores, al que le dije que yo era quien le saludó el Sábado de Pasión cuando iba con mi Talquita haciendo estación de penitencia con San José Obrero. Nos despedimos deseándonos mutuamente una feliz estación de penitencia la próxima madrugá. Aquí se dice «madrugá» y no madrugada. Hasta lo dice un salmantino:

Esta magnífica mañana de Jueves Santo la resumí en este tuit:

Me dejó Casti en casa y tocaba descansar el resto del día porque por delante tenía una noche completita. Tenía que hacer estación de penitencia un año más con mi Hermandad de los Gitanos. Dada mi antigüedad como hermano -me hicieron hermano cuando me bautizaron, a los diecisiete días de nacer, algo que le agradezco enormemente a mis padres. Besos al cielo-, en los últimos años que he salido de nazareno -hasta 2017- siempre he ido en el último tramo de Virgen. En 2018 y 2019 no pude salir por culpa de mi enfermedad. En 2020 y 2021 no pudo salir nadie porque no hubo Semana Santa por culpa de la pandemia. En 2022, el año pasado, mi amigo Carri, que salía con su cruz detrás de la Virgen me propone una cosa, ya que vio las ganas que yo tenía de salir, pero mi poca movilidad no me lo permitía. Me propone que él dejaba su cruz a cambio de empujarme a mí en mi silla de ruedas en el mismo sitio en el que iba a ir, es decir, detrás de Ella. Me encanta la idea y le agradezco de corazón su ofrecimiento, pero esto es algo que tenemos que hablar con la hermandad. Y eso hicimos, le mandé un primer correo a Curro, secretario de la Hermandad, explicándole la propuesta; me dice que trasladará la propuesta al Diputado mayor de gobierno y a los pocos días me manda un nuevo correo diciéndome que no había problemas, así que propuesta aceptada. Y así lo hicimos. Y así lo disfrutamos. Y así lo conté por aquí.

Y este año igual. Hicimos lo mismo. Una estación de penitencia detrás del paso de la Virgen de las Angustias en mi silla de ruedas empujada por mi amigo Carri. Después de la Catedral nos acompañó su mujer Noelia y su hijo Pablo, que estuvo un buen rato empujando la silla. Gracias a ambos. También se pasó a vernos un rato mi Merchi y mi Patri. Y mi hermana Chari, aunque ella fue desde la catedral acompañando a mi sobrina Ángela, que hizo completo el camino de vuelta. Mi sobrino Manu hizo completo el recorrido y salió desde el templo por segunda vez consecutiva, aunque él iba en el cuarto tramo del Señor junto a algunos amigos suyos y mis amigos Coli y Francis.

Preparé las cosas en casa, aunque saldría y me vestiría en casa de mi hermana Chari, en la que fue casa de mis padres y mía… una tradición más.

A la una de la madrugada quedamos en casa de mi hermana Chari para salir juntos hacia el templo. Nos fuimos andando, bueno, mi amigo Coli empujó mi silla todo el camino y llegamos con tiempo antes de la salida. Ellos se fueron a su tramo del Señor y yo me quedé con mi amigo Carri. Nos quedaba por compartir varias horas por delante. Y disfrutar, varias horas que disfrutar.

Pude saludar a bastante gente que conocía y que también son hermanos de los Gitanos: nazarenos, costaleros y músicos. Cuando estábamos a punto de salir -eran ya las cuatro de la madrugá- se acercó para saludarme Curro, el secretario de la hermandad, y nos deseamos mutuamente una feliz estación de penitencia.

El sitio que llevamos es bastante privilegiado, pues para eso Carri y yo tenemos la antigüedad que tenemos… y es que ir detrás del paso de la Virgen de las Angustias es todo un privilegio. Eso sí, te dan una paliza importante, porque es mucha la gente que quiere estar alrededor del paso. Y esto ocurre durante todo el camino, tanto de ida como de vuelta, aunque en la vuelta se nota más. Sólo nos salvamos en la carrera oficial, pues ahí no puede entrar nadie ajeno a la cofradía. Pero esto ya lo vivía yo cuando salía delante de Ella en el último tramo de Virgen, por lo que podemos decir que estoy entrenado. Y he de reconocer que la mayoría de personas me respetan y me dan mi sitio al ir en silla de ruedas, aunque también hay alguno que se cree que está solo en este mundo y que sólo sabe mirarse su ombligo, pero afortunadamente estos son los menos.

Disfrutamos mucho del recorrido, la banda de las Nieves de Olivares interpretó las marchas de forma espectacular, como siempre, recé mucho durante todo el recorrido, di las gracias por muchas cosas y, al igual que el año pasado, hice andando empujando mi silla los últimos metros del recorrido. Y llegué muy emocionado, la verdad. Un año más… y esperemos que puedan ser muchos más.

Me recogieron mi Merchi y mi Patri, empujaron mi silla hasta donde habían dejado el coche, llegamos a casa, comimos algo y tocaba descansar. Me eché una buena siesta de casi cuatro horas -cuando era pequeño y salía de nazareno toda la madtugá, solía empalmar el sueño hasta la mañana del sábado, entre 15-16 horas durmiendo-.

Me desperté para ver el partido del Sevilla, no era plan de ir al Sánchez-Pizjuán. Lo vi por la tele y al final quedó empatado 2-2 frente al Celta. Un empate inesperado, pues estaba el Sevilla ganando 2-0 a pesar de jugar con uno menos casi todo el partido. Y así fue hasta el minuto 89, donde nos marcaron el primer gol, y en el descuento el segundo. Al final 2-2, un empate que supo a poco por como se había desarrollado el partido.

Y hoy, Sábado Santo, toca seguir disfrutando, de mi hermandad de la Trinidad y del Santo Entierro Grande, entre otras cosas. Y os lo contaré por aquí…

#SSantaSevilla23 (3): Martes y Miércoles Santos

El Martes Santo lo iba a vivir este año de una forma especial, pues por primera vez lo iba a ver desde una silla de la carrera oficial, algo que nunca había hecho. Yo siempre he sido de ver las cofradías fuera de la carrera oficial, y creo que tiene mucho que ver la forma en la que he vivido la Semana Santa desde que era chico, en ese taller de encuadernación que mi familia tenía en la calle Placentines, junto a la Cuesta del Bacalao. Ahí teníamos «nuestro palco», y ahí he disfrutado de unas magníficas semanas santas desde que era pequeño hasta que mi tío Fernando se jubiló. Él era el último de la familia que quedaba con este negocio tan artesano de la familia. Ahora hay en ese mismo sitio un bar de esos modernitos. Lo que ha cambiado el centro de Sevilla estos años… van desapareciendo muchos de los comercios tradicionales y van apareciendo franquicias, negocios, gastro-bares, restaurantes… todo enfocado al turismo, algo que está muy bien y que supongo que será cosa de la evolución de los tiempos y de la globalización que nos rodea, pero también estaban bonitas algunas de las cosas de antes. Esto se llama tradición. Y no hace falta ser rancio para respetar las tradiciones que uno ha vivido con su familia desde pequeño.

Como digo, este Martes Santo yo me estrenaba en las sillas de la carrera oficial. Mi Merchi no, porque de jovencita iba con su tía Ani a las sillas que esta tenía en la Avenida. ¡Y vaya estreno que tuve! Nada menos que en los palcos de la Plaza San Francisco. Nos invitaron a mi Merchi y a mí desde el Ayuntamiento de Sevilla, en concreto su concejal Sonia Gaya que, desde su época de Consejera de Educación podemos decir que somos amigos. Gracias a Sonia y al Ayuntamiento de Sevilla por permitirnos vivir esta experiencia. Nos pusimos en un palco adaptado para personas discapacitadas, lo cual agradecí mucho, porque en los otros palcos se aprovecha mucho el sitio y se está muy apretado, lo cual no es nada bueno para mi pierna.

Disfrutamos los dos mucho, hicimos una gran cantidad de fotos que hemos incluido en un álbum digital de Semana Santa que tenemos la familia, hicimos algunos vídeos y vivimos en directo el percance de la jornada, cuando el palio de la Virgen del Dulce Nombre se enganchó con uno de los cables de la spider-cam, esa cámara que lleva un dron, que puede estar muy bien en los campos de fútbol, pero aquí me parece a mí que sobra, más que nada seguridad. Ya ocurrió un incidente similar el Domingo de Ramos cuando se enganchó el árbol del paso de la Borriquita a uno de estos cables de la cámara. Aquí el incidente hizo que el paso de palio estuviera parado casi veinte minutos y finalmente fue un bombero quien consiguió quitar el cable usando una pértiga.

Esta fue la anécdota de la jornada, pero ya digo que disfrutamos mucho, pues pudimos ver los tres pasos del Cerro, los dos de San Esteban y la Candelaria, los tres de San Benito y los dos del Dulce Nombre y de los Javieres. Cuando pasó el palio de Los Javieres ya eran más de las once de la noche, hacía fresco y, aunque faltaban dos cofradías por pasar -Los Estudiantes y Santa Cruz-, decidimos irnos, aunque cuando estábamos saliendo por la puerta del Ayuntamiento estaba pasando por delante la Virgen de los Dolores de la Hermandad de Santa Cruz. Por supuesto la vimos y, una vez que pasó, nos fuimos andando -yo iba con mi andador- hasta la calle Reyes Católicos para coger un taxi que nos llevara a casa.

Magnífica experiencia que esperemos poder repetir alguna vez. Debido a mis problemas de movilidad está claro que no puedo ver la Semana Santa como la veía antes. Y si a esto le unimos la cantidad de gente que hay por todos sitios y en todos los horarios… creo que sólo me queda la opción de la silla en carrera oficial si quiero ver cofradías en vivo y en directo. La otra opción es la tele, donde emiten en directo varias emisoras locales y lo hacen muy bien, pero no es en vivo, es a través de una pantalla, que no es lo mismo pues no se vive igual.

Si pulsas sobre la siguiente imagen podrás ver el vídeo que emití en directo en Facebook del recorrido que hizo el paso de Presentación al Pueblo de la Hermandad de San Benito cruzando los palcos de la Plaza de San Francisco a los sones de «Costalero». Impresionante.

Y el Miércoles Santo nos tocó a mi Merchi y mí vivir otra bonita experiencia. Hace unas semanas leí esto en el portal cofrade «Arte sacro». Y dada mi discapacidad y mi movilidad reducida me dije: «Solicítalo, Juanma, puede ser que te toque algún día». Lo eché y me tocó Miércoles y Sábado Santos en la zona de la calle Placentines, junto a la Giralda y la la «puerta del lagarto» de la Catedral. Un sitio estupendo, aunque aquí no se ven todas las cofradías ya que esto está fuera de la carrera oficial. Sólo se ven las que al salir de la catedral tiran para la izquierda.

De las nueve cofradías de ayer eran cinco las que pasaban por delante nuestra, aunque nosotros vimos cuatro porque ya se hizo tarde y hacía frío. Vimos El Carmen, La Sed, La Lanzada y Los Panaderos. ¡Casi na! Nuevamente hicimos muchas fotos que subimos al álbum y grabamos algunos vídeos.

Gracias al Ayuntamiento de Sevilla por tener esta deferencia con las personas que tenemos movilidad reducida; no es un privilegio, es una necesidad, ya que si no tuviéramos esta posibilidad seguramente la mayoría de los que por allí estábamos veríamos la Semana Santa en casa por la tele, porque movernos por el centro con tanta gente se nos hace muy complicado. Gracias a mi Merchi por estar a mi lado una vez más, siempre conmigo. Gracias a todos los voluntarios de la Cruz Roja que están allí preocupándose por que estemos bien y siempre con una sonrisa en la cara. Gracias a Juanma Martín, capataz del paso de misterio de Los panaderos, por su saludo. Esta noche espero poder agradecérselo personalmente antes de que saque a Nuestro Señor de la Salud. Gracias a todos los nazarenos que me dieron alguna estampita de su Hermandad, pero me gustaría destacar esto. Gracias, María:

https://twitter.com/juanmadiaz/status/1643673503206391808

Me encantó conocer a Jose y a Rocío, ambos profesores y padres de Héctor, que tiene una discapacidad e iba en su silla de ruedas. ¡Cómo disfrutó Héctor! ¡Qué cantidad de estampitas y de detalles tuvieron los nazarenos con él! Aunque a Héctor lo que de verdad le gusta son los costaleros. Tuvimos la suerte de que varios pasos los pararon delante nuestra y alucinaba. ¡Qué lección de vida! Gracias, Jose, Rocío y Héctor por el buen momento que nos hicísteis pasar. Lo comentábamos de vuelta Merchi y yo. Ya volveremos a coincidir, seguro.

Os dejo por aquí el vídeo que emití en directo en Facebbok del Cristo de la Sed acompañado de la Banda «Rosario» de Cádiz. Pulsa sobre la imagen para ver el vídeo:

Cuando pasó la Virgen de Regla de Los Panaderos decidimos Merchi y yo que era hora de irnos, aunque faltaba por pasar delante nuestra el Cristo de Burgos. Cogí mi andador y nos fuimos detrás de la banda de música acompañados de un gentío impresionante. Me costaba trabajo avanzar con el andador, pero poco a poco conseguíamos avanzar. Pudimos ver a Madre de Dios de la Palma de la Hermandad del Cristo de Burgos mientras cruzábamos por el paso para peatones junto al Banco de España.

Seguimos andando y llegamos a la calle Reyes Católicos, porque la intención era la misma que el día anterior, coger un taxi en la parada para que nos llevara a casa, pero en esta ocasión no pudo ser, pues ni había taxi ni se les esperaba, porque había mucha gente y no se veía ninguna luz verde. Como ya me costaba trabajo andar más y el tema de los VTC estaba igual de complicado, optamos por el plan B: llamar a nuestra hija Vero para que viniera a recogernos. Estaba avisada cuando nos fuimos de casa por si ocurría lo que al final ocurrió: que no había taxis. Esperamos Merchi y yo una media hora, seguía sin haber taxis, llegó Vero, nos recogió y llegamos a casa. Entre unas cosas y otras era ya la una y media de la madrugada y al día siguiente -o sea, hoy- había quedado a las ocho y media de la mañana con mis amigos de siempre para cumplir con la tradición de cada Jueves Santo, pero esto ya os lo contaré en mi próximo post, junto a la nueva #MadrugáGitana que viviré esta noche, Dios mediante.

#SSantaSevilla23 (2): Domingo de Ramos y Lunes Santo

El Domingo de Ramos mi Merchi y yo no salimos. Estábamos cansados después de la estación de penitencia con nuestra Hermandad de San José Obrero. Así que tocaba descansar y ver las cofradías en la tele. Tuvimos puestas todo el día las emisoras locales que retransmitían en directo las procesiones: 7TV, PTV Sevilla y 101TV y ahí vimos algunas salidas, la entrada en Campana y el paso por otros puntos de la carrera oficial de todas las hermandades. Ese fue nuestro Domingo de Ramos. Todo lo contrario que el de mi Patri y Alberto, los más capillitas de la familia, que vieron casi todas las cofradías en la calle… y eso que había mucha gente por todos sitios, según nos contaron.

El Lunes Santo me levanté temprano, desayuné en casa y le dije a mi Talquita: «El Sábado te portaste muy bien en la procesión y por eso te di ayer descanso. Pero hoy toca pisar la calle de nuevo. Vámonos a ver la salida de la Hermandad del Polígono San Pablo, ¿te parece bien? Y como la Talquita no sabe responder, yo entendí que le parecía bien y allá que fuimos… Antes nos paramos en un parque cercano a casa para hacer los ejercicios correspondientes y tras hora y cuarto de carril-bici desde Sevilla Este hasta el Polígono San Pablo. La cofradía salía a las 11:30, eran un poco antes de las 11:00 y yo creía que podría ponerme junto a la salida. ¡Pobre iluso! Vaya como estaba aquello de gente, y eso que el sol empezaba a apretar. Daba igual, la gente esperaba a pleno sol junto a la salida y en buena parte de la Avenida Pedro Romero. Yo avancé con mi Talquita y unos metros más adelante encontré en dicha avenida un sitio libre con sombra. Y allí me quedé, en primera fila. Poco a poco se fue llenando esta zona también, aunque faltaba un rato para que la procesión pasara por allí. Mucha gente por allí, un barrio entero que se echa a la calle.

Y llegó la cruz de guía, y el paso del Señor Cautivo y el paso de la Virgen del Rosario, detrás del que iban miembros de la UME pues para eso es su patrona. Muchos nazarenos en el cortejo, algunos de ellos me dieron estampitas sin yo pedirlas, pero es que eso de verte en silla de ruedas hace que muchos tengan ese gesto de entregarte una estampita pensando que eso te va a ayudar a curarte. Yo también lo pienso y agradezco este gesto. Incluso un miembro de una de las bandas de música me dio una estampita con las caras de todas las vírgenes que acompañan musicalmente. Gracias a todos.

Y una vez que vi esta procesión volví con mi Talquita a casa. Por el camino escuché la salida de Santa Genoveva en Canal Sur Radio. En total recorrí más de 13 kilómetros en casi dos horas y media:

Tocaba descansar un rato, ver algunas procesiones por la tele y ya a última hora de la tarde teníamos que recuperar una de las tradiciones que implantamos en mi familia cuando mi madre aún vivía. Y es ver a la Hermandad de San Pablo por la calle Venecia, que está cerca de nuestro barrio de siempre y era de lo poco que mi madre veía de Semana Santa desde que no teníamos el taller de encuadernación de la calle Placentines. Las últimas veces fuimos ya sin ella porque nos dejó en marzo de 2018, pero ese año unas semanas después estuvimos allí el resto de la familia, y en 2019 también; en 2020 y en 2021 ya sabemos que no pudo ser por culpa de la pandemia… y el año pasado llovió y tampoco pudo ser. Así que este año 2023 teníamos que recuperar esta tradición y allí estuvimos. Todos juntos y pasando un buen rato viendo a la hermandad de San Pablo.

Así que ayer Lunes Santo sólo vi una cofradía en la calle, la de San Pablo. Pero eso sí, la vi completa dos veces. Hoy, Martes Santo, va a ser distinto. Escribo esto mientras veo en 7TV la salida de la cofradía de El Cerro. ¿Y por qué va a ser distinto? Pues porque desde el Ayuntamiento de Sevilla han tenido la deferencia de invitarnos a Merchi y a mí a ver las cofradías del día de hoy en los Palcos de la Plaza de San Francisco. Gran detalle que agradecemos mucho. Será la primera vez en mi vida que me siente en una silla de la carrera oficial y estoy seguro de que lo disfrutaré junto a mi Merchi. Os lo contaré por aquí.

#SSantaSevilla23 (1): Las vísperas

Empiezo a escribir esto en una mañana radiante de Domingo de Ramos, justo cuando mi Patri y Alberto han salido de casa porque han quedado con amigos en el centro de nuestra magnífica ciudad para ver cofradías. Envidia sana, porque soy cofrade y capillita desde chiquitito, aunque estos dos desde luego me ganan, pero mis circunstancias actuales son las que son y evidentemente no estoy para patearme el centro y meterme en bullas.

Yo hoy me quedo en casa con mi Merchi y no saldremos, para descansar de la estación de penitencia de ayer con nuestra Hermandad de San José Obrero. Hoy toca ver procesiones por los canales locales de televisión: gracias, 7TV, PTV Sevilla y 101TV por acercarnos nuestra Semana Santa de Sevilla a las personas que no podemos verla presencialmente por diversas circunstancias: problemas de movilidad o estar enfermo o ingresado en un hospital. Gracias también al Ayuntamiento de Sevilla por las plazas de sillas que saca para las personas discapacitadas y con movilidad reducida, como es mi caso, y que asigna por sorteo. Pero esto esto os lo contaré más adelante.

Pero empecemos por el principio. Hoy es Domingo de Ramos, pero antes están las vísperas… y antes las vísperas de las vísperas, que ya os conté por aquí con el post dedicado a Amor y Bondad.

Las cofradías de vísperas son las del Viernes de Dolores y las del Sábado de Pasión. No hacen carrera oficial y hacen estación de penitencia por su barrio o zona cercana a su ubicación. Las hay que llevan nazarenos, porque son hermandades oficialmente constituidas, y las que no los llevan porque todavía son agrupaciones parroquiales y están en el proceso de constituirse en hermandades cuando la autoridad eclesiástica lo estime. Viendo el programa de mano «El llamador» -tengo varios programas, incluso en el móvil en formato digital, pero este es el que más me gusta- veo que el Viernes de Dolores salieron siete procesiones y el Sábado de Pasión pone «El llamador» que salieron seis, pero fueron siete también, de las cuales tres eran de mi distrito Este: Alcosa, Torreblanca y la Humildad. Esta última es la que no aparece en «El llamador» y se estrenaba en el Sábado de Pasión de Sevilla Este.

Para mí la Semana Santa empieza antes del Domingo de Ramos, porque estas hermandades, agrupaciones o asociaciones no se limitan a sacar sus respectivas imágenes a la calle antes de este día, sino que durante todo el año son muchas las actividades que hacen, ya sean sociales, culturales o solidarias. Ya quisieran muchas de las hermandades de las llamadas «oficiales» y que van a la Catedral tener la bolsa de caridad y hacer las acciones solidarias que hacen estas hermandades de vísperas… y hablo con conocimiento de causa.

El Jueves de Pasión estuve en el templo de mi Hermandad de Los Gitanos con mi Patri y con mi Migue. Antes desayunamos juntos y después vimos al Señor de la Salud y a la Virgen de las Angustias, les rezamos y vimos las listas de la cofradía. Yo, que soy el hermano número 206 -llevo de hermano 55 años, la edad que tengo, pues me apuntaron mis padres como hermano de Los Gitanos a los 17 días de nacer, cuando me bautizaron en la parroquia de San Román, sede canónica en aquellos momentos de la hermandad, haré la estación de penitencia la próxima madrugá detrás de Ella, justo detrás de su paso, justo detrás de su manto, gracias a mi amigo Carri, que deja su cruz para empujar mi silla de ruedas, tal y como hicimos el año pasado. Gracias, amigo. Deseando que llegue el momento…

El Viernes de Dolores por la mañana fui con mi Patri a ver los pasos de la Hermandad del Divino Perdón de Alcosa. Conducía ella, también fuimos a Torreblanca para ver sus pasos, pero estaba la parroquia cerrada y no pudimos verlos.

Ya por la tarde dejamos Merchi y yo a Patri y a Alberto en Pino Montano, porque ahí empezaban ellos su ruta cofrade. Vieron Pino Montano en su barrio y después se fueron en autobús al centro para ver al Cristo de la Corona en el entorno de la Catedral y en Triana vieron Pasión y Muerte. Merchi y yo no vimos ninguna procesión este día porque, tras dejar a ellos, nos fuimos a la parroquia de San José Obrero para asistir a la misa preparatoria para la procesión de nuestra Hermandad. Y además cantamos la misa con nuestro coro.

El Sábado de Pasión amaneció un día bonito, soleado y claro y con bastante calor en las horas centrales del día. En mi casa almorzamos pronto y, sobre las tres de la tarde, nos llevó nuestra Vero en el coche a Merchi, a Patri, a Alberto y a mí a San José Obrero. Los cuatro íbamos con nuestro hábito nazareno azul y blanco dispuestos a hacer nuestra estación de penitencia acompañando al Señor de la Caridad y a la Virgen de los Dolores. Alberto iba de penitente con una cruz tras el señor, yo iba al final del primer tramo de Virgen con mi Talquita y Merchi y Patri iban juntas en el último tramo de Virgen, justo delante de Ella. Podemos decir que es una de las hermandades tanto de mi familia como de la de mi mujer, pues además salió de acólito mi sobrino Manu, salieron de nazarena mis sobrinas Ángela y Nerea, mi hermana Chari iba de acompañante de Ángela, de auxiliar iba mi cuñado Jesús y mi tío Carlos -hermano número 1 de la Hermandad- estaba pendiente de todo en la Parroquia.

Y tocaba disfrutar… Bastante gente se acercó a saludarme. Yo les preguntaba de broma: «¿Cómo me has conocido?» Y nos reíamos, porque al ir con la Talquita pocas posibilidades de equivocación había. Mucha gente en la calle, muchos niños -el mundo no se acaba-. Pedían de todo: caramelos, estampitas, medallitas, chapas, cera… Incluso un chiquillo me pidió cera y yo no llevaba ni cirio. Cuando se dio cuenta se disculpó.

Y visitamos el templo de Los Gitanos, otra de mis hermandades. Una vez dentro, me acerqué al Hermano Mayor, José María Flores, le estreché la mano y le dije que el hermano número 206 estaría con su amigo Carri detrás de Ella haciendo estación de penitencia la próxima madrugá. Me deseó una buena estación de penitencia. Gracias, José María.

Pero la anécdota del día fue esta que sigue. En un punto del recorrido se me acerca una chiquilla que tendría cuatro o cinco años y me dice al verme en silla de ruedas con toda la inocencia del mundo:

  • Tú estás malito, ¿no?
  • Sí, pero me voy a curar -le contesto yo-.
  • Eso espero, que te cures pronto -me contesta la chiquilla-.

Como comprenderéis, se me cayeron dos lagrimones. Le di algunas estampitas y una medalla, que era de lo poco que llevaba.

Pasamos calor, sobre todo en los primeros tramos del recorrido. Menos mal que los auxiliares de la cofradía nos abastecían a los nazarenos de botellitas de agua -me dijo mi Merchi que mi cuñada Tamara acabó con el agua fresquita de varios establecimientos de la zona para repartirla entre los nazarenos-. No entiendo porqué Emasesa no ha estado este año con este cometido como ha estado otras veces. ¿Qué pasa, Ayuntamiento de Sevilla? ¿Que somos una hermandad pequeña? Para mí, esto es un fallo importante.

Algo que sí me pareció bien es que en muchas de las calles del recorrido se prohibió aparcar, al menos en una de las aceras, según el Plan especial de Semana Santa. Así se facilita la seguridad y hay más espacio para la procesión y para las personas que la están viendo, que eran muchas, la verdad. A mí me parece que había más gente que otros años en la mayor parte del recorrido. Quizás lo de prohibir aparcar no le parecería tan bien a los residentes de la zona, porque la verdad es que hay pocos sitios de aparcamiento por allí. Pero es Semana Santa en Sevilla y la seguridad debe prevalecer por encima de todo lo demás. Es mi opinión.

Esto ya ha empezado, tenemos una semana por delante para que los que somos cofrades disfrutemos -y quizás los que no lo sean también-. Yo lo pienso hacer. En la medida de mis posibilidades, claro está. Y os lo contaré por aquí…

Y mientras veo en 7TV Sevilla en directo la salida de la Hermandad de la Paz, narrada por el gran Víctor García-Rayo y compañía, doy por terminado este primer post dedicado a nuestra Semana mayor. Habrá más… Disfrutad y seguid viviendo…