Empiezo a escribir estas líneas desde el hotel Silken Rona Dalba, donde nos solemos alojar mi Merchi y servidor cada vez que tenemos un #SalamancaOnTour. Y lo hago usando mi móvil, ya que aquí no tengo ordenador.
Son las 15:30 horas del jueves 20 de abril y a estas horas tendríamos que estar mi Merchi y yo volviendo a Sevilla, pero a veces las cosas no salen como uno cree y ocurren situaciones que hacen que todo cambie. Y esto es lo que ha pasado hoy pero, como siempre, empecemos por el principio.
Esta semana tocaba hacerme unas pruebas y tener consulta de Hematología en el hospital de Salamanca, lo que nosotros llamamos un #SalamncaOnTour. Salimos de Sevilla el miércoles a las 10 de la mañana, conduje yo todo el tiempo paramos a almorzar en Jarilla, en el Hostal Asturias, como hacemos siempre… y llegamos al hospital de Salamanca en torno a las 15:30. Allí nos recibió Mayte, una de mis enfermeras crack que, tras pesarme, me hizo la extracción de sangre y, como vio al tomar las constantes que la temperatura estaba en 37°, me hizo una prueba adicional para detectar posibles infecciones.
Mi hematóloga de referencia, la doctora Mariví Mateos, estaba en un despacho y había dejado avisado para que cuando yo llegara le avisaran para verme en consulta. Y así lo hicimos… Una vez que me hicieron las pruebas que tocaban, Mariví me preguntó cómo estaba, le dije que mi estado general era bueno, salvo los problemas del habla y los picores que ya conocemos. Mientras hablábamos vio que el resultado de mi analítica del Laboratorio estaba en parte; el hemograma estaba bien y faltaba lo demás, que lo vería Bea, otra de mis hematólogas, el día siguiente. Agradecimos a Mariví su interés y su cercanía, nos despedimos de ella y abandonamos el hospital.
Como hacía una temperatura agradable, cuando recogimos el coche del aparcamiento del hospital, decidimos dejar la maleta en el hotel y dar un paseo por el entorno de la Plaza mayor, nos hicimos la fotito de rigor y nos volvimos al hotel para descansar del viaje y estar preparado para todo lo que quedaba el día siguiente: aspirado de médula, consulta con Hematología y un PET-TAC.
Un poco antes de las nueve de la noche me llama el amigo Matías para preguntarme cómo me encuentro y,.mientras estoy hablando con él por teléfono, veo que recibo un SMS con esta mala noticia:
La verdad es que este positivo me sorprendió mucho pues, aunque llevara varios días con algo de mocos y tos, no he tenido fiebre en ningún caso, ni mal cuerpo, ni nada que hiciera parecer que tendría covid… pero lo tenía por tercera vez… y eso que estoy vacunado cinco veces.
Como no sabía qué hacer, al poco tiempo me llama mi hematóloga Mariví y me dice que vaya a Urgencias del Hospital para que allí me den un medicamento -Paxlovid- y que iba a gestionar el día siguiente. Me vuelve a llamar al rato para decirme que el aspirado de médula me lo harán a la hora prevista -las 9 de la mañana- en una habitación aislada y con mascarilla FPP2. Y que el PET-TAC también me lo harían, pero sería el último del día, aunque me lo confirmarían al día siguiente.
Y mi Merchi y yo cogimos un taxi -gracias a María José por llamarlo desde la Recepción del hotel- y nos fuimos a Urgencias. Allí ya se sabe: Admisión, Espera, Triaje, más Espera… y consulta. Mariví ya había contactado con el hematólogo de guardia, que era Borja, al que también conocíamos de antes. La verdad es que fue todo más ágil una vez que pasamos por Triaje y explicamos el problema. Y puse en mis redes esto:
Al llegar a consulta estaban Borja y Elena, a la que también conocíamos de mi último ingreso. Hematólogo y hematóloga cracks, que nos ayudaron mucho y con los que entablamos una agradable conversación. Me hicieron una placa del pecho para descartar un problema mayor y, una vez que vieron que en la radiografía no se veía nada raro, me entregaron la caja del medicamento, me dieron las instrucciones de cómo tomarlo y nos despedimos de ellos.
Nota intermedia: Llega la hora de ir de nuevo al hospital para hacerme el PET-TAC, así que en este momento dejo de escribir. Termino este post la tarde del viernes desde mi encierro en casa, ya en Sevilla.
Cuando llegamos el jueves por la mañana al hospital, nos dirigimos a la Unidad de Ensayos clínicos y le dijimos a Emi, que estaba en la Recepción como siempre, que había quedado con Rosana, otra de mis enfermeras cracks, a las 9:00 para hacerme el aspirado de médula en una habitación aparte. Todo fue muy rápido. Me hizo el aspirado Raúl, otro hematólogo al que ya conocía de antes, con la ayuda de Rosana. El aspirado de médula es una prueba nada agradable, pues te pinchan en el esternón o en la cadera -en mi caso fue en la cadera- hasta llegar al interior del hueso y sacar líquido de la médula. Como siempre digo, parece que te sacan el alma porque, aunque te pongan anestesia, suele doler y además se tiene esa sensación de sacarte algo de tus entrañas.Y eso que Raúl lo hizo estupendamente, pues lo hizo bastante rápido y me dolió poco, la verdad.
Al poco tiempo viene a la habitación Bea, otra de mis hematólogas, y me dice que los resultados de la analítica están bien, por lo que quedamos pendientes de los resultados de este aspirado de médula y del PET-TAC que estaba pendiente por hacer. Es Elena, una de las coordinadoras de ensayos, quien nos confirma que me haré el PET-TAC esa misma tarde, pero sería el último de la jornada, a las 18:30.
Como la prueba del PET-TAC dura unas dos horas, se nos iba a hacer muy tarde para volvernos a Sevilla. Además, ¿qué hacíamos hasta las 18:30 si eran las 10:30 de la mañana? Así que decidimos Merchi y yo quedarnos un día más en Salamanca, pero ya nos había avisado por la mañana Rocío, recepcionista del hotel donde nos quedamos, que estaban completos, pues habían diversos campeonatos y estaban todas las habitaciones ocupadas. De todas formas nos dijo que si nos íbamos a quedar la llamáramos, pues intentaría buscarnos un alojamiento. Y eso hicimos: cuando decidimos quedarnos, llamamos a Rocío y, una vez que hizo las gestiones necesarias, nos dijo que podíamos quedarnos en su hotel y además en la misma habitación de siempre, la 007. ¡Qué crack!
Llegamos al hotel de nuevo, le dimos las gracias a Rocío, hablamos un rato con ella y, como yo tenía que estar seis horas en ayunas antes del PET-TAC, me quedé en la habitación descansando y empezando a escribir esto. Merchi sí salió a comer algo. Por la tarde nos fuimos de nuevo al hospital para hacerme la prueba que faltaba, el PET-TAC.
Ya me he hecho bastantes veces esta prueba, la que yo llamo «el examen», pues es la que te dice cómo está el tejido óseo, cómo están los huesos de mi cuerpo serrano que, en mi caso, es donde más ataca el mieloma cuando está activo. Esperemos que no lo esté y que no haya hecho ningún daño en mi esqueleto. Llega el momento de la incertidumbre de esperar los resultados. Mi hematóloga me dijo que me llamaría cuando estén. Así que toca esperar…
Esta prueba consta de dos partes: una primera en la que te ponen un líquido por vía intravenosa para el contraste. Una vez pinchado este líquido hay que estar casi una hora encerrado en una habitación y tumbado en un sillón para que haga su efecto. Una hora en la que te da tiempo a pensar en muchas cosas, porque no se puede usar móvil ni nada. La segunda parte es la prueba radiológica en sí: te tumbas en una plataforma, te amarran los brazos al cuerpo, te dicen que no te muevas y un rosco empieza a recorrer tu cuerpo desde los pies hasta la cabeza. Unos cuarenta minutos que parecen ochenta. Uno ya tiene sus trucos después de haberse hecho tantas veces esta prueba para que el tiempo pase lo más rápido posible: rezo mucho, me acuerdo de mi gente, de los que están y de los que no están; pienso en lo que voy a escribir en mi blog… hasta compuse la letra de unas sevillanas que espero poder estrenar en algún momento esta próxima Feria de Sevilla.
Terminamos sobre las 20:30, ya estábamos bastante solos en el hospital y nos fuimos directamente al hotel. Nos recibió María José -otra de nuestras recepcionistas crack-, la saludamos y hablamos un poco con ella. Yo quería ver el partido de Europa League que jugaba el Sevilla FC frente al Manchester United en el Sánchez-Pizjuán. Tenía activado mi carnet de socio para este partido, pero las circunstancias han impedido que pudiera ir. Me tuve que conformar con verlo en el móvil en la habitación del hotel. Y disfruté. ¡Vaya si disfruté! Ambientazo total en Nervión y mejor partido de la temporada. Ganamos 3-0 y ya estamos en semifinales frente a la Juventus. Espero poder ir el próximo 18 de mayo al Sánchez-Pizjuán para el partido de vuelta. Dios quiera que sí. Me alegraste el día, Sevilla FC.
Y a las doce de la noche ya era viernes, ya era 21 de abril y, por tanto, era el cumpleaños de mi Merchi. Puse esto en mis redes y durante todo el día no ha parado de recibir felicitaciones y mensajes cariñosos. Sois la caña, de verdad.
Ya por la mañana dejamos el hotel, nos despedimos de Raquel, que estaba en la Recepción, cogimos nuestro coche y emprendimos camino a Sevilla. Sólo paramos para desayunar y para echar carburante al coche. Al llegar a casa puse esto en mis redes:
Gracias a tanta gente que nos ayudan: en el hotel: a Rocío, María José y Raquel; en el hospital: a mis hematólogas Mariví, Bea y a mi hematólogo Raúl, que me hizo el aspirado de médula; a mis enfermeras cracks Patri, María, Balbi, Mayte, Rosana, Mey (y Marta, que no la vi); a Elena, coordinadora de Ensayos; a Emi, que estaba en Recepción y a Alicia, mi amiga que deja como los chorros del oro la Unidad de Ensayos y que no pudimos ver en esta ocasión, aunque sí pudimos saludar a su marido en la Cafetería del Hospital. Y gracias también a la gente de Medicina Nuclear que, aunque no me sé sus nombres, también me atendieron de maravilla.
Y mención aparte merece mi Merchi, que el día de su cumpleaños se ha pasado toda la mañana volviendo de Salamanca a Sevilla. Pero ella es así… es tan buena que ni eso le pesa… Siempre a mi lado… Un nuevo #SalamancaOnTour junto a ella… y que sean muchos más.