Orgulloso de ser sevillista

Lástima que nuestro blog de opinión sevillista «Columnas blancas» lo cerráramos hace unos meses, porque si estuviera abierto desde luego que estas líneas irían allí. Pero como este es mi blog personal he decidido escribir esto por aquí, aunque se salga de la temática que últimamente está teniendo este humilde blog.

Supongo que sabrás que soy sevillista porque, ya sea por aquí o en mis redes, no faltan las publicaciones acudiendo al Sánchez-Pizjuán con mi sobrino Migue o mi sobrino Manu, o mi amigo Carri que me suelen acompañar para ver los partidos del Sevilla FC en casa.

Y soy sevillista porque mi padre me lo inculcó desde chiquitito… Y mira que mi abuelo Paco -mi abuelo materno que vivía con nosotros y reconozco que tenía pasión conmigo… yo era «su Juanma»- intentó de todas las maneras posibles que yo fuera bético, como en aquel momento lo eran todos los miembros de la familia, menos mi padre. Antes aquí en Sevilla o uno era del Sevilla, o era del Betis o no le gustaba el fútbol, pero eso de ser de otros equipos como el Madrid o el Barça como se ve ahora… muy poquito en aquella época. Y había familias enteras de sevillistas, familias enteras de béticos y familias con miembros simpatizantes de uno de los dos equipos, como lo era la mía, aunque los sevillistas estábamos en minoría. Eran esos tiempos en los que lo máximo que ganaban tanto Sevilla como Betis era algún torneo veraniego -tipo Ciudad de Sevilla, Carranza o Colombino- o alguna clasificación europea -para la UEFA, la Champions ni existía tal y como la conocemos hoy-. Y había una rivalidad sana, de esa que hoy en día parece que se ha perdido bastante. Hoy parece que el ser de uno de los dos equipos lleva implícito el ser anti del eterno rival. Yo por ahí no paso, lo siento mucho. Respeto la decisión de cada cual, pero si yo no quiero que a nadie de mi familia ni de mis amigos le pase algo malo, tampoco voy a desear que sufra porque su equipo pierda. Eso sí, el Sevilla siempre por encima del Betis… y en un derbi si le podemos ganar por goleada, pues mejor.

Cuando yo era pequeño iba al fútbol con mi padre; primero fuimos socios de Gol Norte -en aquellos tiempos era sin asiento y no se distinguía entre Grada Alta y Grada Baja-, y después fuimos socios de la grada baja de Fondo, cuando los partidos se jugaban casi todos a la misma hora, los domingos a las 5 de la tarde. Así que nos tragábamos casi todo el partido el sol de frente… ¡Con qué poco nos conformábamos en aquella época! Y qué importante era el aficionado para los clubes. Igualito que ahora… Ahora mandan el dinero, las televisiones, los patrocinadores y ese lobby empresarial que es la Liga de Fútbol Profesional o la FEF, que no les importa llevarse partidos importantes como la Supercopa de España fuera de nuestro país. El aficionado no importa, lo que importa es trincar.

Mi padre dejó de ir al fútbol, aunque seguía siendo un gran aficionado y veía cualquier partido que echaran por la tele. Yo he estado yendo y dejándolo… primero iba con amigos del barrio a la Grada Alta de Gol Norte, después al mismo sitio con mi Vero un par de temporadas. Dejé de sacarme el carnet unos años y volví a la Grada Baja de Gol Sur. Pasé varios años de forma ininterrumpida allí, yendo solo al fútbol, pero haciéndome amigo de mis vecinos de localidad. Cuando me llegó la enfermedad a finales de 2017 apenas fui al estadio esa temporada por razones obvias, pero yo seguía con mi carnet de socio. Ya la temporada siguiente, 18/19, conseguí cambiar el carnet a una de las zonas que el Sevilla FC tiene reservada para personas discapacitadas y con movilidad reducida, en concreto, a la plataforma ubicada en la Tribuna Baja de Fondo. Muy buen sitio, la verdad, donde se ve el fútbol estupendamente. Además suele venir conmigo de acompañante mi sobrino Migue, otro sevillista de los buenos, salvo que no pueda por alguna razón y entonces me acompaña mi sobrino Manu o mi amigo Carri, otros buenos sevillistas.

Esta podemos decir que ha sido mi trayectoria como socio del Sevilla FC. La trayectoria del equipo ya sabemos que ha sido muy buena estos últimos años, desde ese mágico 2006 en que se ganó en Eindhoven la primera Copa de la UEFA – Europa League hasta la séptima ganada la temporada pasada frente a la Roma. Por esto último se ganó el derecho de disputar el partido de la Supercopa de Europa -que sólo ganó la primera y perdió las demás- frente al campeón de la Champions League de la 22/23, que fue el todopoderoso Manchester City de Guardiola.

El partido se jugó en Atenas (Grecia) y lo primero que habría que lamentar es que no se televisara en abierto. ¿Dónde quedó eso de televisar en abierto los partidos de interés general? ¿Este partido no era de interés general? Era un equipo español jugando una final europea, pero no era ni el Madrid ni el Barcelona. A buscarse la vida para verlo…

Yo lo vi en la tele con mi sobrino Migue que quiso venir para verlo conmigo. La verdad es que antes de empezar el partido no teníamos muy buenas sensaciones, porque habíamos visto el mal partido que jugó contra el Valencia y que iniciaba la Liga 23/24 en el Sánchez-Pizjuán. Pero el Sevilla en las finales se crece y había que tener confianza, al menos eso le decía yo a Migue.

Enseguida vimos que el Sevilla salió bien plantado en el campo, sin pasar excesivos apuros y además se adelantó en el marcador con gol de En-Nesyri. Cabezazo magnífico, aunque es verdad que después falló algunas ocasiones bastante claras. Nos plantamos en el descanso ganando y con unas buenas sensaciones, aunque había que ser consciente del equipazo que teníamos enfrente. Empató Palmer en el minuto 63 de partido y así se llegó al final del tiempo reglamentario. La sorpresa nos la llevamos en ese momento, cuando nos esteramos que, a pesar del empate final, no habría prórroga, sino que se iría directamente a la tanda de penaltis para conocer al ganador. Más nervios, porque ya se sabe que en una tanda de penaltis puede pasar cualquier cosa. Los nueve primeros lanzamientos se transformaron en gol, los cinco del City y cuatro del Sevilla. Último penalty para Gudelj… y se le va al larguero. Perdimos y Eurocopa para el Manchester City. Pero cabeza muy alta -Gudelj el primero- y orgullo máximo de ser sevillista y de la imagen dada. Hay que saber ganar y hay que saber perder. Y sobre todo cuando se pierde dándolo todo ante un equipo superior al tuyo en todos los aspectos. Bravo por mi Sevilla FC y bravo por esos miles de sevillistas que estuvieron en Atenas acompañando al equipo y animando desde el principio.

El fútbol ha cambiado mucho con el paso del tiempo, pero a mí me sigue gustando a pesar de lo excesivamente mercantilizado que está en la actualidad y de que en el aficionado de a pie parece que es el último en el que se piensa. Soy futbolero y, sobre todo, sevillista y estoy dispuesto a disfrutar de una nueva temporada con mi equipo. Esta 23/24 que volveremos a jugar Champions, además de Liga y Copa del Rey, claro. Haznos disfrutar, Sevilla FC, que tú sabes como hacerlo…

#VamosMiSevilla #NuncaTeRindas

Nadie la quiere como nosotros

En el post anterior que escribí hace unos días comenté que mi Sevilla FC iría a una nueva final de la Europa League tras eliminar a la Juventus de Turín en las semifinales. Yo pude vivir ese partido de vuelta con mi Migue en el Sánchez-Pizjuán en el que ganamos 2-1 y conté todas mis sensaciones, que no fueron pocas. Disfrutamos mucho.

Esa final se jugó ayer, 31 de mayo. En el Estadio Puskas Arena de Budapest (Hungría). Muy lejos. Pero 13000 sevillistas estuvieron allí. Hay historias de todo tipo del sevillismo para estar presencialmente en esta final, ya que había pocos vuelos chárter que fueran directos y, por tanto, ha habido gente que ha hecho varias escalas de aviones, trenes o autobuses. Incluso ha habido gente que se ha ido en coche o furgoneta. ¡Como para dudar de su sevillismo! Hay gente que no entiende esto, pero yo sí lo entiendo, será que he mamado sevillismo desde chico.

Está claro que me hubiera encantado estar, pero soy consciente de mis limitaciones actuales y las condiciones de este viaje no eran muy propicias para mí. Aparte del tema económico -muy caro todo- está el tema de mi poca movilidad. Así que desde el primer momento decidí que lo vería por la tele, aunque esto es otra…

Mi Patri se puso su camiseta de Puerta, yo me puse la del «Nunca nos rendimos». Cogimos bufanda y bandera y a ver el partido en familia por la tele. Merchi y Vero también se unieron, aunque me quedé viéndolo solo con Vero porque Merchi y Patri se ponen muy nerviosas con este tipo de partidos… Y eso que Merchi es bética, pero hasta para esto está a mi lado… #RivalidadSana.

Y empezó la previa del partido. ¡Qué grande Andrés Palop con sus comentarios! Y sonó en el estadio ese «Cuentan las lenguas antiguas…», ese himno del Centenario de El Arrebato que suena a gloria cada partido del Sánchez-Pizjuán y que ayer sonó cantado por los 13000 sevillistas que allí estaban -la tercera parte de los aficionados que tenía la Roma en el estadio húngaro-. Y sonaron muchos más cánticos sevillistas… Y empezó a rodar el balón… Una primera parte con demasiado respeto entre ambos equipos y miedo a perder. Apenas hubo ocasiones de gol, mucho centrocampismo y sólo en los últimos diez minutos de esta primera parte apretó algo más el Sevilla, tras marcar Dybala para los italianos en el minuto 35.

En la segunda parte estuvo mejor el Sevilla. Consiguió empatar en el minuto 55 gracias a un gol en propia puerta de Mancini tras centro de Navas. Gritos en casa. El Sevilla atacó más en esta segunda parte e intentó ganar el partido, pero no pudo ser. Nos fuimos a la prórroga donde se jugó más bien poco, porque se perdió mucho tiempo atendiendo a lesionados y el cansancio de los jugadores de ambos equipos era evidente.

Y llegamos a los penaltis… La lotería de los penaltis, donde cualquiera puede ganar. Pero el Sevilla FC ha demostrado hasta ahora que juega las finales de Europa League para ganarlas. Y ganamos. Siete de siete. Siete finales jugadas y siete ganadas.

Y miré al cielo. Y me acordé de mi suegro Lorenzo, de los pequeños Julio y Edu, de mis amigos de la peña sevillista Hastalmuerte.net José María Fidalgo y José Carlos Acosta y de tantos sevillistas que por allí están. Y, sobre todo, me acordé de mi padre, el que me enseñó a ser sevillista, el que me llevaba a Nervión a ver el fútbol desde que yo era chico. Mandé un beso al cielo, me abracé con mi mujer y mis hijas y tocaba disfrutar. Muchos mensajes recibidos de enhorabuena. De familiares y amigos, sevillistas y no sevillistas. Sé que hay gente que son de otros equipos -incluso béticos- o que no les gusta el fútbol que se le alegran por mí, lo cual les agradezco enormemente.

Y hoy hay que celebrarlo. No me quitaré la camiseta del Sevilla FC en todo el día y, como socios que somos, iré con mi Migue esta noche al Sánchez-Pizjuán a la celebración oficial.

Después de la mala temporada que veníamos sufriendo los sevillistas nadie podía esperar esto que hemos vuelto a vivir. En Liga cercanos en muchas ocasiones a los puestos de descenso, en la liguilla de Champions haciendo un pésimo papel… Menos mal que al menos conseguimos quedar terceros del grupo y esto nos llevó a la Europa League, nuestra competición fetiche. En ella hemos conseguido eliminar a grandes equipos europeos: Manchester United en cuartos -que ya había eliminado a Barcelona y Betis-; Juventus de Turín en semifinales y Roma en la final. Y en esto ha tenido mucho que ver don José Luis Mendilíbar, un entrenador humilde, que lleva menos de tres meses como entrenador sevillista, y vaya la que ha liado… Gracias, Mendi. ¡Renovación ya! El milagro de Mendilíbar…

Y para terminar: a mí me suele caer más o menos bien todo el mundo. Pero con Mourinho no puedo, lo siento. Su prepotencia, sus gestos desde el banquillo y continuas protestas, su mal perder echándole la culpa al árbitro, su actitud quitándose la medalla de subcampeón y regalándola… Para mí esto es un desprecio. ¡Cuanta gente quisiera ser subcampeona de la Europa League! La verdad es que esta sensación no la conocemos los sevillistas, porque como cada vez que jugamos una final de Europa League la ganamos…

#VamosMiSevilla #NuncaTeRindas #NadieLaQuiereComoNosotros #LaSéptimaEsNuestra

Una final de Europa League más…

Ayer, 18 de mayo de 2023, hicieron trece años desde que mi padre nos dejó. Un maldito cáncer de pulmón se lo llevó. Tenía 74 años -la misma edad con la que murió mi madre unos años después por culpa de un cáncer de mama metastásico-. Sí, el maldito cáncer, que desgraciadamente tan presente está en muchas familias. Qué os voy a contar yo…

El tabaco podía con él, no podía dejar de fumar, era superior a él… y mira que lo intentaba, pero sólo lo consiguió al final, cuando la enfermedad estaba ya muy avanzada y lo menos que le pedía el cuerpo era fumar. Los que hemos sido fumadores sabemos el trabajo que cuesta dejarlo, así que si no has fumado nunca… ni lo pruebes; y si ya eres fumador, intenta dejarlo, pero tienes que estar convencido de ello. El tabaco no trae nada bueno, os lo aseguro.

El 19 de mayo de 2010 jugaba el Sevilla FC la final de la Copa del Rey contra el Atlético de Madrid en el Nou Camp de Barcelona. Mi sobrino Migue y yo teníamos entrada para asistir al partido y billetes de AVE que nos consiguió mi amigo Juan. Y un día antes fallece mi padre. Y yo junto a él. Pude despedirme de él. Pero él quería que fuéramos a la final y la ganáramos. Y eso hicimos. Fuimos, ganamos 2-0 y pudimos dedicarle esta Copa del Rey. A Migue y a mí se nos caían las lágrimas por las mejillas acordándonos de él mientras nuestro equipo daba la vuelta de honor al campo con la copa conseguida. ¡Esta fue por ti, papá!

Y ayer, aunque ya han pasado trece años, ocurrió algo parecido. Semifinales de Europa League. Partido de vuelta en el Sánchez-Pizjuán frente a la Juventus italiana. Resultado de la ida: 1-1, aunque mereció ganar el Sevilla. Lástima de ese gol de los italianos más allá del descuento. Otro 18 de mayo importante, aunque siempre lo es, porque yo de mi padre y de mi madre me acuerdo cada día.

Desde el primer momento tenía claro que, Dios mediante, a este partido asistía. Y activé mi carnet de abonado el primer día que se podía. Me perdí el partido de cuartos de final frente al Machester United porque estaba en Salamanca… y eso que también tenía el carnet activado. Pero lo primero es lo primero, esto lo tengo claro desde que tengo mi enfermedad. Y tratarla es mi prioridad, todo lo demás viene después y cuando se pueda. Este partido en casa contra el Manchester fue un partidazo del Sevilla. Lo vi en el móvil estando en Salamanca y le ganamos 3-0 a los ingleses. Pero además de lo bien que jugó el equipo sevillista -después de la temporada que llevamos- me llamó la atención el ambientazo de las gradas: todos de blanco, animando desde el principio al final y haciendo del Sánchez-Pizjuán «el manicomio de Sevilla».

Y ayer otra vez, pero en esta ocasión todos de rojo. Se iba calentando el ambiente en los días previos en las redes y se iba «engorilando» el personal, aunque poca motivación extra necesita el sevillismo porque jugar una semifinal de Europa League, aunque ya hemos jugado -y ganado- seis, ya tiene su motivación, porque no es nada fácil llegar hasta aquí. Lo que pasa es que esta temporada casi ningún sevillista esperaba esto, después de la temporada que llevábamos tan mala en Liga, Champions y Copa del Rey. Pero ha sido llegar Mendilíbar y ha cambiado todo, afortunadamente. Antes tenía que haber venido…

Así estaban ayer algunos de los puentes de la SE-30:

La tarde se puso lluviosa -¡qué faltita hace el agua!, pero mucho tenía que llover para que yo no fuera al Sánchez-Pizjuán…

Mi Patri se puso su camiseta de Puerta -a la que le tiene un cariño especial- y tiene otra con el 16 de Antonio Puerta firmada por todos los jugadores de aquella época, aunque esta se le ha quedado pequeña, claro… y nos hicimos esta foto antes de salir de casa:

Como cada vez que juega el Sevilla en casa, mi Merchi me acerca con el coche a los alrededores del estadio y me recoge al final del partido. Sigo diciendo que no sé qué haría sin ella, de verdad. Pero antes recogemos a mi Migue y en esta ocasión venía con nosotros mi Patri para acompañarnos.

Cuando llegamos a los alrededores del estadio, ayer un poco más lejos que de costumbre porque vaya como estaba todo, descargó Migue la silla de ruedas del coche, me senté en ella y él me empujó. De camino, entre tanta gente vestida de «colorao», nos encontramos con Edu y Javi, hijos de mi primos Juan Miguel y Esmeralda y no pudo faltar la fotito:

Y algo más de una hora antes del partido accedimos al estadio. A mí me gustar llegar con tiempo suficiente al estadio, sobre todo, porque nuestro acceso es a través de un ascensor y si se llega más tarde de la cuenta se tarda bastante en llegar a tu sitio. Los bares de los alrededores a tope, las furgonetas-hamburgueserías con mucha gente y la gente que se lleva sus propias bebidas también. Esto es lo que llamamos «la previa», aunque ayer entró el personal antes al estadio para empezar con la animación desde que el equipo saliera a calentar. La previa de mi Migue y mía es tomarnos un coca cola y/o agua con unos quicos que compró Migue antes. Y las fotitos de siempre antes de entrar en el estadio y desde nuestro sitio:

Ambientazo en las gradas. Todos de «colorao». Un cántico tras otro. El himno del Arrebato, más sentido que nunca. Y empieza el partido. Minuto 16: «Antonio Puerta, lololololo…». No pita el árbitro un penalti clarísimo a Oliver Torres -el árbitro de campo puede ser que no lo vea, pero el del VAR, ¿qué vio? Porque nosotros tenemos una televisión junto a nuestro sitio y las distintas repeticiones demostraban que era penalti-. Bronca monumental. Llegamos al descanso 0-0. Este resultado nos llevaría a la prórroga porque ya no vale lo de los goles en campo contrario, por lo que quedar 0-0 es lo mismo que quedar 1-1. El partido estaba disputado y se veía que cualquiera podía ganar, aunque los dos equipos se tenían respeto mutuo. Muy bien los dos porteros. En la segunda parte se adelantó la Juve 0-1, pero pocos minutos después empató Suso de un zurdazo impresionante desde fuera del área.

1-1 fue el resultado tras el tiempo reglamentario, igual que en la ida, así que nos fuimos a la prórroga. Se notaba a los equipos cansados, pero fue Lamela el que atinó con la portería con un cabezazo que puso el 2-1 en el marcador. Y a partir de ahí tocó sufrir, sobre todo, tras la absurda expulsión de Acuña por perder tiempo en un saque de banda. Pero ganamos. Y lo celebramos. Vaya si lo celebramos… Y lo hice abrazándome a mi Migue y mandando besos al cielo, para mi padre y para todos esos sevillistas que vieron desde el tercer anillo que jugábamos otra final europea. Me acordé especialmente de mi padre y de mi amigo Carlos Acosta, al que su familia llevó consigo. «Siempre presente»:

Y mi Migue puso en su Twitter esto:

Tocó disfrutar. ¡Qué grande! ¡Qué alegría! Hay gente que no entiende esto pero, por muy mercantilizado que esté el fútbol, muchos lo vemos como un sentimiento, algo que has vivido desde chico, que te lo enseñó tu padre o alguien de tu familia y por eso dices lo de «Sevillista hasta la muerte». Yo respeto que se pueda defender otros colores o que no guste el fútbol, y creo que lo he demostrado, pero también pido respeto para mí y mi sentimiento sevillista. «Oe, oe, oe, nos vamos a Budapest… Que bote Nervión…»

Y el 31 de mayo en Budapest se enfrentará en la Final de la Europa League el Sevilla FC a la Roma de Mourinho. Y por allí estarán miles de sevillistas y otros miles lo veremos por televisión. Me encantaría poder ir, pero soy consciente de mis limitaciones y ahora mismo no puedo. Séptima final de Europa League. Las seis anteriores ganadas. Vamos a por la séptima… Después pasará lo que tenga que pasar, pero por nosotros que no quede, que para eso somos el equipo del «Dicen que nunca se rinde». Yo quiero ir otra vez a la Plaza Nueva para que desde el balcón del Ayuntamiento de Sevilla nos enseñen otro «paragüero» a mí y a miles de sevillistas.

Y el domingo tenemos derbi de Liga en el Sánchez-Pizjuán. Allí estaremos otra vez, D.m. pero, sobre todo, apuesto por una #RivalidadSana. Me acuerdo ahora de la foto que me hice con Pepe en Tenerife hace un par de semanas:

#VamosMiSevilla #NuncaTeRindas.

Dorsal de leyenda

Hoy es mi décimo día de confinamiento -10 días, 10… uno detrás de otro-, encerrado desde el primer día en la habitación sin salir para nada, para ser responsable y cumplir con lo que dicen los que saben de esto. Ya estoy bastante harto de encierro, la verdad pues, a pesar de estar uno entrenado por haber sufrido confinamientos peores, algunos de ellos incluso en el hospital, a esto nunca se termina uno de acostumbrar. Y eso que el tiempo está acompañando, porque la lluvia de estos días -tan necesaria y esperada- no invita a salir de casa, desde luego.

Ayer de coraje ni me hice test de antígenos para ver si daba negativo. El último me lo hice el pasado martes por la mañana, que era ya mi octavo día de confinamiento, y seguía dando positivo. Así que ayer me dije «¿Para que te vas a hacer el test, Juanma? Si ya te ha estropeado el día el puñetero covid…» Así es… y es que ayer tenía previsto hacer dos cosas importantes: por la mañana, ir al Sánchez-Pizjuán para asistir al acto de entrega del dorsal de leyenda al que fuera portero del Sevilla FC durante siete temporadas y que actualmente es paciente de ELA, el gran Juan Carlos Unzué. Me había invitado el club, pero lamentablemente no pude ir. Y por la tarde tenía previsto viajar a Salamanca para ponerme el tratamiento que me tocaba hoy. Tocaba empezar el ciclo 13, pero no ha podido ser. El día anterior ya hable con mi hematóloga y con la coordinadora de mi ensayo -Mariví e Irene- y ambas decidieron aplazar el empezar con este ciclo al menos una semana, pues hasta que no dé negativo no podré ponerme los chutes que me tocan.

Y aunque me diera mucho coraje, lo que no se puede es perder el norte y tener claro lo que es verdaderamente importante. Esto sí que me lo ha enseñado mi enfermedad, entre otras cosas. Lo verdaderamente importante es que estoy pasando el covid de manera leve, sin apenas síntomas, como si fuera un simple resfriado… y no me cabe duda de que esto es gracias a tener tres dosis de la vacuna puesta. Y no me pude poner la cuarta porque me tocaba el día después de dar positivo, pero cuando me toque me la pondré… y las que hagan falta. Se trata de esperar los días que sean necesarios de encierro -que espero que sean pocos más- y volver al camino del #yomecuro.

Como no pude ir a Nervión, me tuve que conformar con un plan B. Por la mañana temprano publiqué este artículo en mis queridas Columnas blancas y a las 12:30, que era la hora del acto, lo vi en directo por Sevilla FC Televisión. Un acto precioso, muy bien preparado por un club que vuelve a demostrar su señorío y clase. Este es mi Sevilla FC… El acto fue presentado por el periodista José Antonio Sánchez Araújo e intervinieron otros porteros que compartieron equipo o selección con Juan Carlos, como Zubizarreta, Lopetegui y Monchi, o que fueron leyenda en la portería sevillista, como el caso de Palop. Intervinieron también el vicepresidente del FC Barcelona, el presidente del Osasuna -su primer y último club como portero-, el alcalde de Sevilla y, por supuesto, el presidente del Sevilla FC. Juan Carlos, antes de su emotiva intervención, recogió distinciones de cada uno de los clubes presentes y el alcalde de Sevilla le entregó un giraldillo.

Otra bonita sorpresa fue esta canción que interpretó Javier Labandón «El Arrebato» y que expresamente compuso para Juan Carlos Unzué, cediendo todos los derechos que genere la canción a la investigación contra la ELA. ¡Grande el Arrebato! Y el Sevilla FC ha sacado una bufanda con el lema «VivirvalELApena», cuyos beneficios obtenidos por las ventas también serán donados para el mismo fin.

Durante el acto dijeron que por la tarde estarían de 18 a 19 horas Unzué, Monchi y Lopetegui en la tienda oficial del club firmando ejemplares de su libro «Una vida plena», que yo tengo en casa porque me lo trajeron este año Sus Majestades los Reyes Magos y que por supuesto ya me lo leí. Le comenté esto a mi Merchi y le faltó tiempo… Allí que se plantó por la tarde y ya tengo el libro dedicado, la bufanda contra la ELA y el compromiso de Juan Carlos de que después de Semana Santa estará en uno de nuestros programas de «La voz de los imparables». ¿Contento? No, lo siguiente… Cada vez va adquiriendo más sentido lo de hacerle un monumento a mi Merchi…

Y para terminar esta mini conversación con Juan Carlos:

Y ese «Ya puedes empezar» por supuesto se refiere a seguir viviendo. En esas estamos, amigo Juan Carlos. Hablaremos pronto para tu participación en «La voz de los imparables»… y mientras tanto cuídate mucho. Yo también lo haré.

#NuncaTeRindas #VivirvalELApena #VamosMiSevilla

#SomosImparables #SeguimosJuanma #yomecuro

Actualización (26/03/2022). Magnífico resumen publicado por el Sevilla FC del acto de entrega del dorsal de leyenda a Juan Carlos Unzué. Dura 13 minutos: