Orgulloso de ser sevillista

Lástima que nuestro blog de opinión sevillista «Columnas blancas» lo cerráramos hace unos meses, porque si estuviera abierto desde luego que estas líneas irían allí. Pero como este es mi blog personal he decidido escribir esto por aquí, aunque se salga de la temática que últimamente está teniendo este humilde blog.

Supongo que sabrás que soy sevillista porque, ya sea por aquí o en mis redes, no faltan las publicaciones acudiendo al Sánchez-Pizjuán con mi sobrino Migue o mi sobrino Manu, o mi amigo Carri que me suelen acompañar para ver los partidos del Sevilla FC en casa.

Y soy sevillista porque mi padre me lo inculcó desde chiquitito… Y mira que mi abuelo Paco -mi abuelo materno que vivía con nosotros y reconozco que tenía pasión conmigo… yo era «su Juanma»- intentó de todas las maneras posibles que yo fuera bético, como en aquel momento lo eran todos los miembros de la familia, menos mi padre. Antes aquí en Sevilla o uno era del Sevilla, o era del Betis o no le gustaba el fútbol, pero eso de ser de otros equipos como el Madrid o el Barça como se ve ahora… muy poquito en aquella época. Y había familias enteras de sevillistas, familias enteras de béticos y familias con miembros simpatizantes de uno de los dos equipos, como lo era la mía, aunque los sevillistas estábamos en minoría. Eran esos tiempos en los que lo máximo que ganaban tanto Sevilla como Betis era algún torneo veraniego -tipo Ciudad de Sevilla, Carranza o Colombino- o alguna clasificación europea -para la UEFA, la Champions ni existía tal y como la conocemos hoy-. Y había una rivalidad sana, de esa que hoy en día parece que se ha perdido bastante. Hoy parece que el ser de uno de los dos equipos lleva implícito el ser anti del eterno rival. Yo por ahí no paso, lo siento mucho. Respeto la decisión de cada cual, pero si yo no quiero que a nadie de mi familia ni de mis amigos le pase algo malo, tampoco voy a desear que sufra porque su equipo pierda. Eso sí, el Sevilla siempre por encima del Betis… y en un derbi si le podemos ganar por goleada, pues mejor.

Cuando yo era pequeño iba al fútbol con mi padre; primero fuimos socios de Gol Norte -en aquellos tiempos era sin asiento y no se distinguía entre Grada Alta y Grada Baja-, y después fuimos socios de la grada baja de Fondo, cuando los partidos se jugaban casi todos a la misma hora, los domingos a las 5 de la tarde. Así que nos tragábamos casi todo el partido el sol de frente… ¡Con qué poco nos conformábamos en aquella época! Y qué importante era el aficionado para los clubes. Igualito que ahora… Ahora mandan el dinero, las televisiones, los patrocinadores y ese lobby empresarial que es la Liga de Fútbol Profesional o la FEF, que no les importa llevarse partidos importantes como la Supercopa de España fuera de nuestro país. El aficionado no importa, lo que importa es trincar.

Mi padre dejó de ir al fútbol, aunque seguía siendo un gran aficionado y veía cualquier partido que echaran por la tele. Yo he estado yendo y dejándolo… primero iba con amigos del barrio a la Grada Alta de Gol Norte, después al mismo sitio con mi Vero un par de temporadas. Dejé de sacarme el carnet unos años y volví a la Grada Baja de Gol Sur. Pasé varios años de forma ininterrumpida allí, yendo solo al fútbol, pero haciéndome amigo de mis vecinos de localidad. Cuando me llegó la enfermedad a finales de 2017 apenas fui al estadio esa temporada por razones obvias, pero yo seguía con mi carnet de socio. Ya la temporada siguiente, 18/19, conseguí cambiar el carnet a una de las zonas que el Sevilla FC tiene reservada para personas discapacitadas y con movilidad reducida, en concreto, a la plataforma ubicada en la Tribuna Baja de Fondo. Muy buen sitio, la verdad, donde se ve el fútbol estupendamente. Además suele venir conmigo de acompañante mi sobrino Migue, otro sevillista de los buenos, salvo que no pueda por alguna razón y entonces me acompaña mi sobrino Manu o mi amigo Carri, otros buenos sevillistas.

Esta podemos decir que ha sido mi trayectoria como socio del Sevilla FC. La trayectoria del equipo ya sabemos que ha sido muy buena estos últimos años, desde ese mágico 2006 en que se ganó en Eindhoven la primera Copa de la UEFA – Europa League hasta la séptima ganada la temporada pasada frente a la Roma. Por esto último se ganó el derecho de disputar el partido de la Supercopa de Europa -que sólo ganó la primera y perdió las demás- frente al campeón de la Champions League de la 22/23, que fue el todopoderoso Manchester City de Guardiola.

El partido se jugó en Atenas (Grecia) y lo primero que habría que lamentar es que no se televisara en abierto. ¿Dónde quedó eso de televisar en abierto los partidos de interés general? ¿Este partido no era de interés general? Era un equipo español jugando una final europea, pero no era ni el Madrid ni el Barcelona. A buscarse la vida para verlo…

Yo lo vi en la tele con mi sobrino Migue que quiso venir para verlo conmigo. La verdad es que antes de empezar el partido no teníamos muy buenas sensaciones, porque habíamos visto el mal partido que jugó contra el Valencia y que iniciaba la Liga 23/24 en el Sánchez-Pizjuán. Pero el Sevilla en las finales se crece y había que tener confianza, al menos eso le decía yo a Migue.

Enseguida vimos que el Sevilla salió bien plantado en el campo, sin pasar excesivos apuros y además se adelantó en el marcador con gol de En-Nesyri. Cabezazo magnífico, aunque es verdad que después falló algunas ocasiones bastante claras. Nos plantamos en el descanso ganando y con unas buenas sensaciones, aunque había que ser consciente del equipazo que teníamos enfrente. Empató Palmer en el minuto 63 de partido y así se llegó al final del tiempo reglamentario. La sorpresa nos la llevamos en ese momento, cuando nos esteramos que, a pesar del empate final, no habría prórroga, sino que se iría directamente a la tanda de penaltis para conocer al ganador. Más nervios, porque ya se sabe que en una tanda de penaltis puede pasar cualquier cosa. Los nueve primeros lanzamientos se transformaron en gol, los cinco del City y cuatro del Sevilla. Último penalty para Gudelj… y se le va al larguero. Perdimos y Eurocopa para el Manchester City. Pero cabeza muy alta -Gudelj el primero- y orgullo máximo de ser sevillista y de la imagen dada. Hay que saber ganar y hay que saber perder. Y sobre todo cuando se pierde dándolo todo ante un equipo superior al tuyo en todos los aspectos. Bravo por mi Sevilla FC y bravo por esos miles de sevillistas que estuvieron en Atenas acompañando al equipo y animando desde el principio.

El fútbol ha cambiado mucho con el paso del tiempo, pero a mí me sigue gustando a pesar de lo excesivamente mercantilizado que está en la actualidad y de que en el aficionado de a pie parece que es el último en el que se piensa. Soy futbolero y, sobre todo, sevillista y estoy dispuesto a disfrutar de una nueva temporada con mi equipo. Esta 23/24 que volveremos a jugar Champions, además de Liga y Copa del Rey, claro. Haznos disfrutar, Sevilla FC, que tú sabes como hacerlo…

#VamosMiSevilla #NuncaTeRindas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.