Vuelve el #SalamancaOnTour

Tres meses después de la última visita he vuelto con mi Merchi a Salamanca. La última visita fue en abril tras haberme infundido en enero las células CAR-T y haber estado por allí casi mes y medio entre ingresados en el hospital y el piso que nos cedió la Asociación ASCOL. Nos volvimos para Sevilla a mediados de febrero y los controles y revisiones me los hacen mensualmente en Sevilla y cada tres meses en Salamanca. Vuelvo a agradecer desde aquí lo bien atendido que me siento gracias a mis dos hematólogas de referencia, la doctora Marta Reinoso, en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y la doctora Mariví Mateos en el Hospital de Salamanca, así como todo el personal sanitario que me atiende para extracción de sangre, toma de constantes, aspirados de médula, pruebas radiológicas… mis otros hematólogos, los técnicos de pruebas, mis enfermeras cracks…

Ayer lunes teníamos cita en la Unidad de Ensayos Clínicos del Hospital de Salamanca para revisión con mi hematóloga Mariví Mateos. Esta revisión incluía toma de constantes, analítica de sangre y orina, aspirado de médula y consulta con mi hematóloga. En cuanto supe la fecha de la cita contacté con Rocío y María José, amigas y recepcionistas del Hotel Silken Rona Dalba, donde siempre nos quedamos, para reservar una habitación, porque en estas fechas los hoteles suelen estar bastante ocupados. Así empezamos:

Nos fuimos en mi coche, conduje yo todo el camino, Ruta de la Plata to p’alante, pero nada más pasar Mérida se enciende de forma intermitente una luz en el salpicadero del coche. Paramos en una estación de servicios y veo en el librito del coche que ese testigo correspondía al sistema de precalentamiento.

Paro el coche, abrimos el capó donde está el motor, nos miramos Merchi y yo, nos encogemos de hombros porque no tenemos ni idea de lo que allí vemos y volvemos a cerrar el capó. Esperamos un poco, volvemos a arrancar el coche, vemos que el testigo se ha apagado y continuamos la marcha. Pero unos kilómetros después se vuelve a encender, sobre todo cuando subimos alguna cuesta -¡y como no hay cuestas durante el trayecto…!-. Paramos a almorzar en Jarilla, en el Hostal Asturias, donde nos gusta parar a comer porque tienen un menú muy bueno.

Con la tensión de la dichosa lucecita estuvimos todo el camino, haciendo varias paradas, pero el testigo cada vez salía antes y lo peor es que ya llegando a Salamanca se encendió un nuevo testigo. Aparcamos junto al hotel y publiqué esto en mis redes:

https://twitter.com/juanmadiaz/status/1680606529261654016?s=20

A partir de publicar esto, fueron varios los amigos que contactaron conmigo ofreciéndome información y ayuda sobre la avería y lo que podía hacer, teniendo en cuenta que era domingo y todos los talleres estaban cerrados. Gracias a todos, me habéis ayudando mucho. Un ejemplo: este comentario que me dejó en Facebook el amigo Manuel. Se nota que sabe del tema…

La válvula EGR… y cierto, el coche se quedó sin fuerzas, algo que se notaba subiendo cuestas porque, aunque pisaba el acelerador a tope, veía cómo la velocidad iba descendiendo progresivamente. Este es otro ejemplo de que las redes sociales usándolas bien son buenas. Gracias, Manuel. Se nota que controlas del tema.

Nos fuimos al hotel, saludamos a María José, nos dio la habitación -ya nos había avisado de que la nuestra de siempre, la 007, estaba ocupada, así que nos fuimos a la 001, otra estupenda habitación adaptada- y descansamos un rato. La avería del coche nos había dejado sin ganas de dar un paseíto por el entorno de la Plaza Mayor como hacemos siempre, pero cenar había que cenar, así que nos fuimos al bar frente al hotel:

Contacté con el amigo Matías, uno de los que fue nuestro conductor en el pasado, y con Fran, mi tomador de seguros, para buscar posibles soluciones con vistas al día siguiente. Porque el coche arranca y se mueve, pero no está en condiciones para hacer un viaje tan largo de vuelta a Sevilla. Al final decidimos gestionarlo todo con el seguro del coche el lunes por la mañana, aunque lo verdaderamente importante era la visita y la revisión que tenía en el hospital.

El lunes aparcamos junto al hospital en una zona reservada para movilidad reducida y al bajarnos del coche nos encontramos a Marta, que salía de su turno de noche en Pediatría. Nos encantó ver a Marta, ya que durante bastante tiempo ella fue otra de mis enfermeras cracks en Ensayos. Ella solía hacer los turnos de tarde y no han sido pocas las veces que ella me ha hecho las extracciones de sangre, ponerme los tratamientos, limpiarme el PICC… Todo un placer, Marta. Nos seguimos por las redes…

Llegamos sobre las 8:15 a la Unidad de Ensayos clínicos del hospital, saludamos después de tres meses a mis enfermeras cracks Balbi, Patri y Mayte -María estaba de vacaciones-, conocimos a alguna incorporación nueva y fueron Marta -allí la llaman MartaCAR, por algo será- y Mey quienes me tomaron las constantes y me sacaron la sangre. Encantadoras, como siempre.

Y seguidamente tocaba aspirado de médula… #ayomá. Sí, eso que parece que te sacan el alma. Ya he perdido la cuenta de las que llevo, pero a esto uno nunca se acostumbra. En esta ocasión estaba Marta de enfermera -otra Marta, la conocí en ese momento- y David sería el hematólogo que me haría el aspirado. A David ya lo conocía de varias consultas que he tenido con él y la verdad es que lo hizo muy bien. Hablamos de varias cosas y se tomó nota del título de mi próximo libro que saldrá a la venta en un par de días en libros.com: «La voz de los imparables… y más». Gracias, Marta y David.

Como teníamos que esperar que estuviera el resultado de la analítica para entrar en consulta con Mariví, aprovechamos mi Merchi y yo para irnos a desayunar a la bonita cafetería del hospital y a llamar al seguro para empezar a gestionar la avería del coche y la vuelta a casa.

Merchi llamó a nuestro taller de confianza, Talleres Reju, habló con Reme y le preguntó si ellos arreglaban la avería de la válvula EGR. Le dijo que sí y entonces decidimos que queríamos que ellos nos arreglaran la avería, ya que nos dan mucha confianza y nos tratan muy bien siempre. Así que una grúa recogería el coche, lo guardarían en sus instalaciones y dentro de unos días -no sabemos cuántos- lo traerán en un tráiler junto a varios coches más y lo dejarían en el taller que hemos elegido para el arreglo. Fue Merchi a atender a los de la grúa y yo me quedé en la Sala de espera de Ensayos para entrar en consulta. Mientras espero puedo saludar a otros pacientes, como Santos, que estaba muy bien y también saludé a Elena y a Irene, coordinadoras de ensayos, que se alegraron de verme tan bien.

Al poco tiempo sale en pantalla mi número y voy para la consulta. Allí está Mariví, como siempre acompañada. En esta ocasión de Carlos, hematólogo residente al que ya conocía pues me vio varias veces durante mi ingreso para infundirme las CAR-T. También estaba una chica portuguesa y al rato entró un chico polaco -creo recordar que se llamaba Miguel-. Les dije lo que les digo siempre: que están en uno de los mejores sitios donde poder aprender. Ellos asintieron.

Me pregunta Mariví por cómo estoy y me pregunta por Merchi. Le digo que ella estaba atendiendo a los de la grúa que se iban a llevar nuestro coche averiado, aunque al poco tiempo aparece por consulta. Yo le digo que estoy bien, mejor de los picores y lo que tengo todavía es el problema del habla. Le doy las gracias por haber escrito de nuevo el prólogo de mi libro -ha escrito los cuatro- y le digo que pronto lo tendrá en sus manos. Ella me dice que Marta -mi hematóloga de Sevilla- le mandó el informe de la resonancia y que los resultados de la analítica son buenos, por lo que a falta de conocer los datos del aspirado de médula de hoy, podemos decir que estamos en remisión de la enfermedad, lo cual es muy buena noticia. Tras comentar varias cosas, me da el informe en el que añade como información para el seguro la recomendación de no viajar en transporte colectivo. Nos despedimos de todos y agradecemos el trato recibido. La próxima visita será a mediados de octubre, Dios mediante.

Volvemos a llamar al seguro para gestionar nuestra vuelta a casa. Tras varios intentos de llamada conseguimos contactar con una chica de Atención al cliente, le contamos toda la historia de la avería del coche y que necesitábamos volver a casa mi mujer y yo. Le comento también la recomendación de mi hematóloga y me pregunta si cumplimos las condiciones para usar un coche de alquiler. Le decimos que sí y dicho y hecho. Un coche VTC nos recogerá en el hospital y nos llevará al sitio para recoger el coche. Perfecto, para nosotros era la mejor opción.

Nos recogió Jose con su Mercedes. Hablamos durante el recorrido mucho con él porque le gusta mucho el Sur y este año había ido a los carnavales de Cádiz. Dice que ya va todos los años. Genio y figura. Gracias, Jose.

Recogimos el coche, un KIA Stonic. Me pongo al volante y camino de Sevilla. Está chulo el coche. Responde bien, paramos en Mérida para comer algo y llegamos a casa en torno a las seis de la tarde.

Y ahora no queda otra que seguir viviendo… Gracias a todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.