A por la CAR-T (y 15): A seguir viviendo…

Hoy es 16 de febrero y, por tanto, es el cumpleaños de mi hermana Chari -aunque la suelen llamar Charo, para mí siempre será mi hermana Chari-. Felicidades desde aquí y te aseguro que este fin de semana lo celebraremos, porque hoy me han dado permiso en el hospital para volver a casa mi Merchi y yo. Estamos en Salamanca desde el 9 de enero, fue ver la carroza de Baltasar alejarse -yo por la tele- y tirar para Salamanca para empezar con todo el proceso de las CAR-T que os he venido contando por aquí.

Hoy termina este proceso… y esperemos que sea muy duradero en el tiempo, porque con esta enfermedad nunca se sabe. Pero, como siempre, actitud positiva y pensar que esta va a ser la buena y, sobre todo, confiar en mi equipo de Hematología capitaneado por la doctora Mariví Mateos.

Hoy teníamos una nueva cita en el hospital de Salamanca porque, además de analítica y consulta, me tenía que hacer un aspirado de médula, que hay que hacer al mes de la infusión de las CAR-T. Llegamos temprano al hospital.

La primera persona a la que saludamos es, como siempre, a Emi, que está en la Recepción de la Unidad de Ensayos clínicos y es la que nos da el número de atención que nos corresponde. Pedazo de número el que me ha dado hoy -y no porque yo sea un número 1-. De hecho le correspondía al amigo Juanjo que llegó antes y a él le dio el 2. Juanjo es otro paciente de Almería que va cada quince días y que está muy bien. Menos mal que las llamadas a consulta no llevan un orden numérico…

Fue Mey, una de mis enfermeras CAR-T -Marta estaba en una reunión-, quien me tomó las constantes y me hizo la extracción de sangre para la analítica. Me hizo las preguntas de rigor para la prueba neurológica y volví a aprobar con nota. Gracias por todo y por la foto, Mey. Y a ti, Marta. Dejamos pendiente la foto para la próxima visita.

De allí nos acompañó Rosana, otra de mis enfermeras cracks, a una habitación de la Unidad de Ensayos clínicos donde me harían el aspirado de médula. ¿Os he dicho alguna vez lo impresionantes que son las instalaciones de este hospital nuevo? Nada que ver con lo que había disponible para los pacientes y el personal sanitario en el hospital antiguo. Son muchos los aspirados de médula que me he hecho en ambos centros -más en el antiguo que en el nuevo- y no tiene nada que ver en cuanto a espacios y comodidad. Vino otra de mis hematólogas, Elena, que fue la que me hizo el aspirado con la ayuda de Rosana. Esta es una prueba poco agradable pues, aunque te pongan anestesia en la zona, parece que te sacan parte del alma con esa jeringa que nunca quiero mirar. Aún así, Elena lo hizo muy bien y es la primera vez que me paso esta prueba hablando de bares de Sevilla, de sitios donde ir, de la Feria… y es que Elena había estado este pasado fin de semana en Sevilla. Así se hace todo más llevadero… Y la foto que no podía faltar…

Mientras esperábamos a que estuvieran los resultados de la analítica para entrar en consulta nos fuimos mi Merchi y yo a desayunar algo a la cafetería del hospital -qué faltita hacía, cuánto tiempo hemos estado sin ella y qué bonita ha quedado…-. Y después nos volvimos a la sala de espera para entrar en consulta y se nos presentó Sonsoles, otra paciente que nos dijo que me seguía por las redes y que también había ido a su revisión. Encantado, Sonsoles. Seguimos…

Al poco tiempo sale el número 1 en pantalla y allá que vamos… Entramos en consulta mi Merchi y yo y allí estaba Bea, otra de mis hematólogas cracks, acompañada de Jade, estudiante de Medicina. Confieso que le dije a Bea que me apuntara el nombre en un papel para que no se me olvidara y lo pudiera poner aquí. Nos dijo Bea que los resultados de la analítica estaban bastante bien, aunque los de la médula tardarían un poco más. Me llamarían la semana que viene para comentármelos. Nos dijo que podíamos irnos a casa y volveríamos dentro de un mes, aunque hablarán con el Servicio de Hematología del Virgen del Rocío de Sevilla para hacerme un control intermedio a los quince días. Le dimos las gracias a Bea y que la hiciera extensiva a todo el equipo por el buen trato que hemos recibido todo el tiempo. Auténticas profesionales -lo pongo en femenino porque ellas son mayoría- que saben tratar a los pacientes y a sus acompañantes, lo cual es muy importante. Gracias, de corazón. Y la fotito con Bea y Jade que no podía faltar:

Antes de dejar la Unidad nos despedimos de nuestras enfermeras cracks Balbi y María y les dijimos que nos despidieran de Patri y de Mayte que no estaban por allí. Salimos al pasillo central de esta planta 0 donde, desde hace un tiempo, han puesto una exposición de fotografías de los tiempos de pandemia en el hospital antiguo que es una auténtica maravilla. Es difícil elegir una foto porque son todas preciosas. De hecho ya he publicado alguna en mis redes, pero en esta ocasión elegimos estas dos preciosidades:

Salimos del hospital, cogimos un taxi y le dijimos que nos dejara en la sede de la Asociación ASCOL, que está cerca del apartamento que nos han dejado durante estos días, y no nos podíamos ir a casa sin pasarnos por allí, conocer la sede y echar un ratito de charla con tanta buena gente, todas mujeres. En la foto faltan algunas que estoy seguro que les hubiera gustado estar, pero seguro que tendremos más ocasiones. Gracias por todo, ASCOL.

Creo que esta es una bonita forma de terminar el que espero que sea mi cuarto libro. Os recuerdo que la campaña de crowdfunding empezó hace un par de días y os podéis hacer mecenas para apoyar el proyecto desde este enlace.

Y ahora voy a ver a mi Sevilla en su partido de Europa League -volveré al Sánchez-Pizjuán- y antes de acabar quiero agradecer de corazón a mis amigos Jesús y Fernando el que se hayan ofrecido mañana a venir a recogernos a mi Merchi y a mí para llevarnos de vuelta a Sevilla. ¡Amigos de los buenos!

Seguimos…

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