Empiezo a escribir estas líneas a las 15 horas del domingo. Ayer sábado terminaba el post diciendo que mi hematóloga Mónica volvería a reclamar que me pusieran la vía central porque había que empezar con el tratamiento previo de quimio para que no pasaran más días. Me consta que tanto ella como mi enfermera María lo estuvieron intentando durante todo el día, pero no hubo manera. Esta vía central en este hospital la ponen en la UVI -aquí le llaman UVI, aunque supongo que será lo mismo que lo que conocemos como UCI; Unidad de Vigilancia intensiva (UVI) vs Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)-. Entre que ayer fue sábado y, por tanto, fin de semana y que estarían a tope en la UVI… no pudo ser.
Pasaba el tiempo y ya bien entrada la tarde me dijo María que me iba a poner la primera dosis de quimio que me tocaba ese día por la vía que tenía en el brazo, pues no podíamos esperar más para no meternos en la noche con el tratamiento. Me pinchó de nuevo en el mismo brazo para ponerme una vía más y empezamos con la infusión de las bolsitas de quimio. Eran dos bolsas: la primera tarda una hora y la segunda media hora; si a esto le añadimos los procesos de limpieza de vías con suero, podemos decir que en total se tarda unas dos horas. Me dijo Mónica cuando me visitó que esta quimio no es muy fuerte, pero que es necesaria ponérmela para preparar mi cuerpo serrano para la infusión de las CAR-T.


El protocolo establecido después del ingreso y antes de recibir la infusión de las CAR-T es el siguiente: tres días de quimio, dos días de descanso y al día siguiente se hace la infusión de las células CAR-T. Pero este protocolo no es inamovible, pues ya sabemos que cada paciente es un mundo y la reacción que podemos tener cada uno al recibir la quimio es distinta. Por eso mismo esos dos días de descanso se establecen como mínimo, pero si hacen falta algunos días más tampoco pasa nada. Yo la verdad es que he recibido tratamientos de quimio más fuertes e intrusivos, pero hace ya tanto tiempo que casi ni me acuerdo. Esperemos que esta vez no me dé mucha leña, no tenga muchos efectos secundarios y los días de descanso sean solo dos. Esto sería una buena señal, pero si son más días será porque son necesarios y mis hematólogas así lo decidan. Lo que tengo clarísimo, como tantas veces digo, es que estoy en uno de los mejores sitios donde se puede estar para tratar mi enfermedad y que mis hematólogas siempre elegirán la mejor opción para mí, así que a hacerles caso.
Esta mañana tras hacer las rutinas de cada día hice un ratito de pedalín, porque no se puede estar las 24 horas tumbado en la cama, pues se pierde la musculatura y, por tanto, la movilidad. Y con el trabajito que me ha costado volver a cogerla… Esto es algo que mientras me encuentre bien pretendo hacer a diario, junto a un paseo por la habitación, aunque no tenga muchos metros cuadrados donde poder moverme.
Un poco después aparecen por la habitación el personal sanitario que me atiende esta mañana de domingo: mi enfermera Marta y mi TCAE Olga, acompañadas de un celador que me va a llevar a la UVI para ponerme la vía central, por fin. Este celador se llama Goyo -mi manía de preguntarle el nombre a todo el mundo- y mientras recorríamos esos interminables pasillos del hospital -él empujando mi cama- me contó varias cosas, entre ellas que el Rey viene el martes para inaugurar el hospital. Un hospital que lleva funcionando año y medio, que todavía tiene zonas sin abrir, pero que lo inaugura ahora el Rey Felipe VI. Buena gente Goyo, de verdad que sí.
La zona de la UVI es impresionante, lo que no quiere decir que yo quiera visitarla. Cuanto más lejos de allí… mejor. Pero en esta ocasión era necesario pues allí es donde ponen la vía central que me tenía que poner. Son boxes individuales e independientes bastante amplios y bien equipados. Yo estuve en el box 25, me atendieron las enfermeras Laura y Elena con un trato exquisito -como siempre por aquí- y fue el doctor Juan quien me puso la vía central. No es algo agradable, pero uno está ya tan acostumbrado a estas cosas que a veces no doy crédito de que sea capaz de aguantar, pero aguanto, imagino que gracias a todo el apoyo que tengo. Cuando me ponen la vía central me dejan descansando un ratito solo en el box y al poco tiempo vienen con una máquina que parece de la NASA para hacerme una radiografía del pecho. Se van los técnicos de radiología, vuelve a entrar el doctor que me ha puesto la vía, teclea en el ordenador mis datos y… ¡tachán! aparece la imagen de la radiografía que me acaban de hacer 10 minutos antes. Yo alucino, esto es magia. Me dice el doctor que todo está bien y que me volverán a llevar a la planta.
Aquí cada vez que algún personal sanitario que me ha atendido de alguna forma se despide de mí me dice: «Que le vaya muy bien». Esto se llama HUMANIZACIÓN. Me quita todos los cables y pegatinas Laura y me vuelve a decir eso de «Ánimo y que te vaya muy bien, Juanma».
Cuando llego de vuelta a mi habitación me está esperando mi Merchi, que me pregunta cómo me había ido. Yo le digo que bien, pero que hubiera preferido estar en un bar. Nos reímos juntos. Al momento llegan Olga, Marta y Sara, que se acordaba de nosotros de otras veces. Estas dos últimas me quitan la vía del brazo y me conectan el suero a la nueva vía central, que estrenamos ese momento. También viene la hematóloga de guardia, Almudena, a la que no conocíamos de antes. Nos presentamos mutuamente, me pregunta cómo estoy, le digo que bien y me dice que a primera hora de la tarde me pondrán la segunda sesión de quimio. Gracias, Almudena.
Cuando nos quedamos solos en la habitación me graba Merchi este vídeo que subo a las redes:
Y cuando son las 16:15 y le voy a dar a publicar a este post aparece por la puerta la enfermera de tarde. ¡Sorpresa! Es Noelia, otra de mis enfermeras cracks que ya conocíamos de anteriores ingresos. Nos saludamos y vamos por el segundo chute de quimio. Me enchufa la primera bolsa y empezamos… Un encanto Noelia. ¡En qué buenas manos estoy!
Es pronto para decirlo porque solo tengo una dosis de quimio completa puesta, pero de momento vamos bien. Esperemos poder seguir así… Gracias por estar ahí.