Un nuevo #SalamancaOnTour y van… ya perdí la cuenta. Lo que sí sé es que llevo viajando a Salamanca de forma más o menos regular desde octubre de 2019 -confinamiento incluido- y que, como siempre digo, me tocó la lotería desde que conseguí entrar en este hospital de referencia. Va a hacer ahora tres años y podemos decir que no hemos controlado la enfermedad a la primera, pero os aseguro que todo ha merecido la pena. Y ahora que estamos en remisión completa del mieloma gracias a mi hematóloga, la doctora Mariví Mateos, y al tratamiento del ensayo clínico en el que estoy participando, más aún.
Una vez más me acompañó mi sobrino Migue en el viaje. Él quería venir conmigo porque ya empezaba sus clases y seguramente no me iba a poder acompañar hasta que lleguen las vacaciones navideñas. Y así de camino le dábamos descanso a mi Merchi, pues la realidad es que el viaje se puede hacer pesado y además tenía algunas cosas que hacer en casa.
Pedí como siempre el taxi para que nos recogiera el miércoles a las diez de la mañana, pero antes nuestro amigo Carri nos invitó a desayunar a Migue y a mí en mi club social, que es su bodega cofrade. ¡No se puede ser más buena persona! ¡Y Noelia también, que no se me olvide!
Nos recogió de nuevo Juan, taxista que ya es amigo de ambos, pues son varios los viajes que hemos compartido. Es bético, eso sí, pero las conversaciones siempre son agradables y esto hace que el viaje se haga ameno. Llegamos al hospital en torno a las 14:30, saludamos a mis enfermeras cracks, me pesé -84,8 kilos… sigo perdiendo peso-, me tomaron las constantes -que estaban bien-, y fue Balbi quien me hizo la extracción de sangre para la analítica. Una vez que terminamos fue Juan Carlos quien nos acercó al hotel y de allí nos fuimos a comer al Restaurante «Ruta de la plata» y a dar un pequeño paseo por el entorno de la Plaza Mayor.


Había un escenario montado, pues Salamanca está en fiestas hasta este próximo fin de semana y, de hecho, ayer actuaba allí Vanessa Martín -era antes de las cinco de la tarde y ya había gente cogiendo sitio-, pero hoy nos hemos enterado que el concierto quedó suspendido debido a la lluvia. Hoy actúa El Arrebato. Ojalá la meteorología se lo permita. Como el tiempo estaba amenazando lluvia nos fuimos para el hotel… yo iba andando despacito con mi Talquito y mi Migue ayudándome en todo. Saludamos a María José, que nos dio la habitación de siempre y nos quedamos allí descansando y viendo en el ordenador el partido de Champions del Sevilla. Empató a 0 en Copenhague y la verdad es que nos volvimos a aburrir. Esta temporada creo que vamos a disfrutar poco con el Sevilla FC. Ojalá me equivoque…
A la mañana siguiente nos despedimos de Rocío, que estaba en la recepción del hotel, nos recogió Matías, que nos acercó al hospital y allí esperamos a que me viera en consulta Mariví. Accedimos pronto, estaba acompañada por Ángela, estudiante de Medicina y posiblemente futura hematóloga; y por Eloisa, hematóloga de Uruguay. Les dije que estaban en uno de los sitios donde podían aprender más, algo que digo totalmente convencido. Llevaba varias semanas sin ver a Mariví tras sus vacaciones y eventos varios. Incluso le dieron en Los Ángeles el premio a la mejor investigadora mundial en mieloma, algo que creo totalmente merecido y que hace que me sienta orgulloso de ser su paciente. Cuando salí de su consulta puse en redes esto:
Mientras esperaba que me trajeran el tratamiento desde Farmacia pude saludar al personal sanitario que por allí estaba, a otros pacientes y a Emy y a Nieves, de la Asociación ASCOL, que este año cumple 30 años. Le deseamos a Mayte que le fuera bien a su abuela, recién operada. Me dio Balbi la pre-medicación una hora antes de que llegaran los chutes y fue Eme, enfermero en prácticas, quien me pinchó el Dara y el Talque. Por primera vez no hubo que esperar una hora entre ambos chutes, algo que ya me había comentado María en la visita anterior. Esto hizo que termináramos antes que otras veces. Toma de constantes de nuevo y, como todo estaba bien, nos dan permiso para irnos. Nos recoge Juan Carlos poco después de las doce del mediodía y volvemos con él a casa en un viaje agradable, como siempre.
Empezamos nuevo ciclo y seguimos con la enfermedad controlada. Esto hace que nos animemos a seguir viviendo… Volveremos en un par de semanas.