Comenzamos el segundo ciclo

Parece mentira, pero ya ha pasado más de un mes desde que empezamos el tratamiento de este nuevo ensayo clínico en el que estoy participando en el Hospital de Salamanca. Estos dos últimos días me ha tocado hacer un nuevo viaje, como siempre acompañado de mi Merchi -lo que nosotros llamamos un nuevo #SalamancaOnTour- y ya hemos empezado con el segundo ciclo tras haber recibido las dosis necesarias del primero, que empezamos ingresados a mediados de abril. Pero, como siempre, empecemos por el principio…

El pasado miércoles vino a verme a casa una médica rehabilitadora del equipo que visita a domicilio. Se llama Victoria y su trato conmigo fue genial. Me revisó la pierna, vio el movimiento que tenía y llegó a la conclusión de que tenía que seguir con sesiones de fisioterapia para continuar lo que ya había empezado estando ingresado en el hospital, por lo que contactarán conmigo para venir a darme algunas sesiones aquí en casa. Ya por la tarde mi Merchi fue acompañada de Vero a vacunarse, pues la habían citado a primera hora de la tarde; le pusieron Pfizer y dentro de 21 días la citarán para la segunda dosis. Esto sin duda es una buena noticia.

El jueves tocaba madrugar pues había quedado con el servicio de taxis para que nos recogieran a las 5:30 de la mañana, ya que teníamos que estar lo antes posible en el hospital de Salamanca para hacerme la extracción de sangre para la analítica, pues en esta ocasión al comenzar ciclo toca una reevaluación. Nos recogió José Manuel, un taxista que lleva poco tiempo con su taxi, que nunca había viajado a Salamanca y que nos hizo el viaje muy agradable pues estuvimos prácticamente todo el tiempo hablando. Gracias, José Manuel. Esperemos poder coincidir una próxima vez.

Llegamos al hospital un poco antes de las 10 y la cola para entrar era importante, sobre todo porque los acompañantes tienen que acreditarse y esto ralentiza mucho el acceso. Una vez dentro, nos dirigimos a la zona de ensayos clínicos, donde ya había algunos pacientes poniéndose sus tratamientos, y nos recibieron como siempre con mucha alegría las enfermeras que por allí están: Balbi, María, Patri y Carlota, que está haciendo las prácticas y que es quien me extrajo una buena cantidad de botecitos de sangre para la analítica.

De ahí nos fuimos a la cafetería del hospital para desayunar algo, pues desde que nos levantamos hacía muchas horas no habíamos tomado nada. Desayunamos y nos dirigimos a la zona de consultas donde teníamos cita a las 11:30 con mi hematóloga, la doctora Mariví Mateos. Pero había un problema con el programa informático que gestiona el laboratorio y no salían los resultados de las analíticas, por lo que las consultas se estaban retrasando, ya que sin esos resultados no se podía saber si el paciente se podía poner el tratamiento o no y encima mi Merchi no se encontraba del todo bien, pues parece que le había dado algo de reacción el tema de la vacuna. Fueron varias horas de espera un poco pesadas, pero era lo que había. Finalmente conseguimos entrar en consulta en torno a las 14 horas y gracias a que Irene, la coordinadora del ensayo, consiguió la analítica de forma manual, pudo verla Mariví, vio que estaba correcta y ya autorizó que me pusiera el tratamiento. Hasta nos pidió disculpas en repetidas ocasiones por la espera, aunque ella no tuviera la culpa de nada. Esta mujer tiene una clase máxima, no me cansaré de repetirlo.

Nos volvimos a la zona de ensayos clínicos y nada más llegar ya me tenían preparada la cama para que me echara ahí. La verdad es que lo agradecí mucho porque estaba muy cansado después del viaje y de tantas horas sentado en la silla de ruedas. Además María se preocupó de buscarnos unos sandwiches y unos yogures para Merchi y para mí, pues ya eran casi las tres de la tarde y no habíamos comido nada desde el desayuno. Detalles como estos dicen mucho de la profesionalidad de la gente que me trata. Son geniales, tampoco me cansaré de repetirlo.

Llega Marta para hacer su turno de tarde y es quien se encarga de ponerme la premedicación y de ponerme el tratamiento subcutáneo que me toca: pinchazo de Daratumumab y al rato pinchazo de Talquetamab, ambos en la barriga, que la tengo ya entre tanto pinchazo de heparina y estos del tratamiento que da penita. Me limpia el PICC, acabamos en torno a las seis de la tarde y al día siguiente teníamos que volver para hacerme una analítica a las 22 horas de haberme puesto el tratamiento, es decir, a las 4 de la tarde.

Llamamos al servicio de taxi, vino a recogernos Matías, nos llevó al hotel y allí nos quedamos para descansar, que lo necesitábamos y mucho. Ni siquiera cenamos y la mañana del viernes también la pasamos en la habitación del hotel descansando y haciendo tiempo para dirigirnos de nuevo al hospital para esa analítica que teníamos pendiente. Yo aproveché para hacer algunos ejercicios de piernas.

Me gustaría también destacar el trato del personal del hotel, tanto Rocío como María José, a las que ya conocíamos de los viajes del año pasado, como Lola, que hemos conocido este año, se portan con nosotros estupendamente y no nos falta de nada. Hotel Silken Rona Dalba de Salamanca, ahí es donde nos quedamos, en una habitación adaptada que es muy confortable.

Antes de irnos para el hospital nos tomamos un refresquito y comimos algo en un bar junto al hotel, donde vino a vernos el amigo Juanlu, con el que tantos viajes hemos compartido en nuestra anterior etapa y nos encantó echar un rato de charla con él, que seguro repetiremos en próximas visitas.

Matías nos acercó al hospital, donde llegamos a las 15:30 -ya a esta hora había poca gente-, nos dirigimos a la zona de Ensayos clínicos donde nos estaba esperando Marta, me hizo la extracción de sangre que tocaba, nos despedimos de ella hasta la próxima semana y dejamos el hospital un poco después de las cuatro de la tarde para dirigirnos camino de Sevilla y de casa con nuestro chófer Matías.

El viaje de vuelta se me hizo un poco pesado porque ya tenía cansancio acumulado de los dos días y a Merchi le pasaba algo parecido, porque además del cansancio no tenía buen cuerpo por culpa de los efectos de la vacuna. No sé cómo agradecerle lo que hace por mí, no todo el mundo es capaz de hacer lo que hace ella, os lo aseguro. Estos dos días no los ha pasado bien, pero ha estado al pie del cañón sin faltar ni un solo minuto de mi lado. ¿Cómo no la voy a querer? Más que a mi vida…

Seguimos…

2 comentarios en “Comenzamos el segundo ciclo

  1. El buen trato que te dan en Salamanca define la profesionalidad y humanidad que tanto se agradece en estos casos…
    Yo deseo que todo vaya saliendo bien.. estoy segura de que sí..
    Merchi es para quererla,no hay duda, es una gran mujer y una gran persona, aunque no la conozca personalmente sus acciones la definen….
    Un abrazo fuerte para los dos 😘😘💪💪

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