Empezamos el ciclo 18

No me lo creo ni yo. Dieciocho ciclos ya de un mismo tratamiento. Y no me lo termino de creer porque en las anteriores líneas de tratamiento que he seguido, ya sean tratamientos convencionales o ensayos clínicos, ya sean en Sevilla o en Salamanca, no he tenido más de seis o siete ciclos del mismo tratamiento, y ha habido que abandonarlo por distintas circunstancias, pero fundamentalmente porque la enfermedad decía que aquí estaba ella; aparecía normalmente atacando con fuerza y había que dejar el tratamiento y buscar otra opción. Menos mal que hoy en día existen esas otras opciones, esas puertas que se abren cuando se cierran otras… y es que no me cansaré de decir que me ha tocado la lotería desde el momento en el que conseguí entrar en el Servicio de Hematología del Hospital de Salamanca. Empecé por allí en octubre de 2019, que ya ha llovido -bueno, llover no ha llovido mucho…-, ya mismo cumpliremos tres años de nuestros #SalamancaOnTour.

En esta ocasión fui acompañado por mi sobrino Migue, pues mi Patri había cogido unos días libres de su trabajo en Granada y se ha venido al campo junto a Alberto para estar con nosotros unos días. No era plan de irnos Merchi y yo miércoles y jueves a Salamanca pues había venido para estar con nosotros.

Mi Migue, que siempre está ahí, dijo que sin problema, que él me acompañaba para que se pudiera quedar Merchi. Y eso hicimos… Nos vinimos Migue y yo temprano del campo a Sevilla, desayunamos juntos y en mi casa nos recogió el taxi a las diez de la mañana. De nuevo nos recogió Juan, que ya era la tercera vez que nos llevaba. Viaje agradable y de buena conversación, aunque Juan es del otro equipo de la ciudad. Gracias por todo, Juan. Hasta una próxima ocasión.

Llegamos al hospital de Salamanca sobre las 14:30, saludamos a mis enfermeras cracks, me pesé -86,1 kilos-, y fue María quien me tomó las constantes y me hizo la extracción de sangre en mi pinchazo número n tendiendo a infinito -término matemático total-. También pude saludar a Alicia, a la que hacía bastante tiempo que no veía. Hemos quedado que en la próxima visita me traerá mi tercer libro para que se lo dedique. Cuando terminamos llamé a la empresa de taxis, nos recogió Matías y nos acercó al hotel. Antes de entrar para descansar del viaje comimos algo en uno de los bares que están frente al hotel.

En la recepción del hotel Silken Rona Dalba nos atienden con el buen trato de siempre, en esta ocasión estaba Raquel, que nos dio las tarjetas de la habitación y la clave wifi. Migue y servidor descansamos un ratito y, cuando acabó Pasapalabra, nos fuimos a dar un paseo. Salimos los dos en manga corta, pero nada más pisar la calle me di cuenta que una manga larga no sobraría, que esto era Salamanca, no Sevilla; así que Migue fue a la habitación a coger una sudadera fina que mi Merchi me había guardado en la maleta… muy previsora ella. Paseo por el entorno de la Plaza Mayor -¡qué bonita es!, no me cansaré de decirlo-. Y cenamos muy bien en el «Ruta de la Plata». Paseo de vuelta hasta el hotel y recogida.

A la mañana siguiente nos recogió Juan Carlos del hotel, nos despedimos de María José, que estaba en Recepción, y llegamos pronto a la zona de Ensayos clínicos del Hospital. Nos atendió Dora, nos preguntó cómo estábamos, le dije que ya tenía la analítica del día anterior y nos dio número para consulta. Nos llamaron pronto, y en consulta estaba David, médico residente que estaba con Bea en la última visita que hice, por lo que conocía el problema que tenía con el quiste de la espalda. Me preguntó cómo estaba y cómo me iban las curas. Yo le dije que iba mucho mejor, que me dolía bastante menos y que parece que me han hecho buenas curas en mi Centro de Salud. Me vio la herida y comprobó que estaba mucho mejor, me confirmó que aún quedaba algún resto de infección según dice la analítica, pero me dijo que me pondría el tratamiento. Respiré, porque no las tenía todas conmigo… y lo de saltarme una segunda sesión consecutiva de tratamiento no me hacía nada de gracia, porque uno ya se conoce a su enfermedad tras la experiencia acumulada…

Tocaba esperar a que llegaran los chutes de Dara y Talque de Farmacia. Y mientras esperábamos, pudimos saludar a la gente de Ascol, que nunca fallan; vino a verme Bea, otra de mis hematólogas, que me preguntó cómo estaba y a la que le agradecí su llamada de la semana pasada para decirme el resultado del cultivo del quiste y tranquilizarme, pues el antibiótico que me mandó controlaría la infección. Que siguiera con las curas y a ponerme el tratamiento, como me había dicho David.

Fue Mayte quien me dio la premedicación y quien me tomó las constantes y me puso los chutes cuando llegaron de Farmacia, poniéndome la inyección de Dara primero y una hora después la del Talque. Nueva toma de tensión y temperatura y, como todo estaba bien, nos da permiso para irnos. Llamo al taxi, viene a recogernos Andrés -buena gente también- y viajamos con él hasta llegar a Sevilla. Una vez allí, cogió Migue el coche y nos fuimos para el campo, donde nos estaban esperando mi Merchi, mi Patri y Alberto. Y juntos vimos el programa que repitieron de «El cazador» en el que salí yo, que emitieron por primera vez el pasado 1 de julio y del que ya os hablé por aquí.

Hemos empezado un ciclo más… Dieciocho van ya… y seguiremos con los que hagan falta mientras que este tratamiento me tenga a la enfermedad controlada. Y mientras… ¡a seguir viviendo! porque… ¡Vivir es urgente!

La mañana de la Virgen

Hoy es 15 de agosto y, a pesar de ser lunes, es festivo nacional. He visto en las noticias que en torno a este día celebran sus fiestas más de 1200 pueblos y ciudades de España, cada uno con sus características y singularidades.

En concreto, en Sevilla capital el 15 de agosto se celebra el Día de la Virgen de los Reyes, patrona de la archidiócesis de Sevilla. Se conoce como «la mañana de la Virgen» porque a las ocho de la mañana está saliendo por la Puerta de los Palos de la Catedral y aproximadamente una hora después está entrando por la misma puerta, acompañada de un cortejo formado por fieles, representantes civiles, militares, del clero y del ayuntamiento.

Pero esta «mañana de la Virgen» tiene mucho de tradición. Son muchos los sevillanos -de la capital y de la provincia- que acuden acudimos cada año. Incluso hay gente que viene andando durante toda la noche desde su localidad de origen hasta la puerta de la Catedral, con sus sudaderas para el frío, sus chalecos reflectantes o sus bastones de senderismo. Hoy mi Merchi y yo hemos visto a unos cuantos y a unas cuantas sentados en sus sillas portátiles en la Plaza Virgen de los Reyes para ver la salida, porque así lo manda la tradición.

Para mi familia siempre ha sido una tradición, sobre todo para mi abuelo Paco y para su hija Manoli, mi madre. Me puedo considerar un afortunado porque desde que yo era pequeño siempre hemos veraneado… y siempre durante el mes de agosto… y siempre en Sanlúcar de Barrameda o en Chipiona. Primero de alquiler y después en el piso que compraron mis padres en Sanlúcar. Un mes de vacaciones, sí, pero la parada para «la mañana de la Virgen» había que hacerla. Mi abuelo, mi madre y yo nunca faltábamos, unas veces acompañados por unos y otras por otros.

Recuerdo especialmente cuando mi padre ya había fallecido y mi madre se venía la tarde de antes con mi tío Carlos -la del día 14- en «los Amarillos» desde Sanlúcar. Yo los recogía en la Estación de autobuses -en la del Prado-, nos íbamos para el campo para dormir allí y a la mañana siguiente mi madre tocaba diana antes de las seis de la mañana y allá que íbamos. Aparcábamos en el entorno de la estación, cruzábamos por los jardines Murillo, recorríamos el barrio de Santa Cruz y llegábamos al entorno de la Catedral. Siempre en la calle Alemanes delante del Palacio Arzobispal, ese era nuestra sitio para esperar a Ella. Una vez que la veíamos, volvíamos de vuelta al entorno de la Estación, desayunábamos por allí y ellos volvían a coger el autobús para Sanlúcar y yo volvía al campo.

Hoy hemos vuelto a ir mi Merchi y yo. ¿Qué haría yo sin ella? La última vez fuimos a ver a la Virgen de los Reyes en 2019, yo iba en silla de ruedas y también vino con nosotros nuestra hija Patri. Estos dos últimos años no ha podido ser por culpa de la dichosa pandemia. Hoy mi Patri está trabajando en Granada, por eso hemos ido los dos solos. Eso sí, yo he ido con andador -con mi Talquito-, hemos hecho lo que hacíamos siempre -menos ir a la Estación de autobuses- y hemos pasado una magnífica «mañana de la Virgen».

Os dejo por aquí un vídeo que he publicado en mis redes y algunas fotitos:

¿Es fe? ¿Es devoción? ¿Es tradición? Un poco de todo, pero lo que tengo claro es que hoy mi madre, mi Manoli, estaba conmigo viéndola y, mientras viva y las fuerzas no me abandonen, no faltaré, con la ayuda de mi Merchi, por supuesto, que siempre está a mi lado.

Y para terminar os dejo esta sevillanas que en 1988 sacaron el grupo «Nomadejado» y que titularon «La mañana de la Virgen». ¡Qué recuerdos!

Comentarios que llegan al alma

Son muchos los comentarios que recibo a través de los comentarios de este blog y de mis redes sociales. En todos esos comentarios hay mucho cariño, envío de fuerzas y de ánimos… algo que os aseguro que me hace sentirme muy acompañado y que me ayuda mucho. Es no sentirse solo en este camino al #yomecuro que tan complicado se hace algunas veces… Mi familia, mis amigos actuales y los que lo fueron en la infancia, los que fueron mis compañeros de estudios, de carrera, de trabajo…; la gente que me sigue en las redes sociales… todo hace un gran equipo que me acompaña en este camino.

Sabéis que gracias al apoyo de muchos mecenas hemos publicado tres libros solidarios. Y lo he hecho con dos objetivos fundamentales: que le sirva a quien lo lea y tiene la vertiente solidaria, pues estoy donando todo lo que me corresponde como autor a entidades que luchan contra el cáncer, apoyan la investigación y ayudan a pacientes y familiares.

He creado tres álbumes de fotos de los lectores de los libros, así que si aún no me has mandado la foto ya me la puedes ir mandando para que la incluya en el álbum. También os pido que me mandéis vuestras impresiones una vez que os leáis el libro «Cada vez más cerca del #yomecuro». Ya he recibido varias impresiones y todas ellas son buenas, pero os voy a dejar por aquí la de mi amigo de la infancia y compañero de colegio Javier. En los Salesianos de la Trinidad. Él de letras y yo de ciencias; él del Betis y yo del Sevilla… pero el comentario me parece genial (al igual que los que me mandó en los dos libros anteriores). Tengo su permiso para publicarlo, así que aquí lo tenéis. Disfrutadlo como lo he disfrutado yo:

Hola, Juanma.
Aquí estoy, fiel a la cita de cada verano (van tres), y para cumplir con gusto la petición que me haces en tu bonita dedicatoria.
Esta mañana he completado la lectura de «Cada vez más cerca del #yomecuro» que me ha tenido enganchado durante unos pocos días. Tus libros se leen rápido y del tirón, aunque te empeñas en ponerlo cada vez más difícil: cada vez más páginas… Pero bienvenidas son.
Comparto contigo algunas impresiones de mi lectura. Empezaré elogiando tu estilo.
Tal vez por deformación profesional me fijo mucho en la forma, en la estructura de los textos que leo, en la coherencia y cohesión, en la corrección gramatical y la variedad léxica… Tu estilo, creo que ya te lo he dicho alguna vez, es sencillo y directo. Y esto es una hermosa cualidad, pues, si bien hay quienes se deleitan con el barroquismo de frases y palabras, las tuyas (tus frases y palabras) huyen de la retórica, no dejan espacio a la ambigüedad, son claras y cumplen a la perfección el objetivo que te propones. La lectura es ágil y tienes la virtud de introducirnos con naturalidad en tus viajes y vivencias como si el que te lee estuviera allí, presenciándolos, viéndolos junto a ti.

En un comentario de texto, al análisis de la forma le sigue el del contenido. Y aquí también tengo que alabar tu estilo, tu talante. No sé si recuerdas la última escena de «La vida de Brian». Los Monty Python hacen cantar al grupo de crucificados aquello de «Always look on the bright side of life», mira siempre el lado bueno de la vida, a pesar de las dificultades. Eso es lo que tú haces cada día. Esta canción tiene una melodía simpática, optimista y muy pegadiza. Pues bien, la melodía de tu libro es simpática, optimista y muy pegadiza. Uno de los elementos que hace que una canción sea pegadiza son las recurrencias, es decir, las sucesivas repeticiones de patrones melódicos. En tu libro hay muchos de estos patrones que como una gota constante, van horadando la piedra. Decía el poeta Ovidio «Gutta cavat lapidem non vi sed saepe cadendo», esto es, «la gota horada la piedra, no por la fuerza sino cayendo constantemente». Perdón por el latinazgo, pero de alguna manera tú me has dado pie con uno de esos patrones melódicos que repites una y otra vez en latín: carpe diem, motivadora expresión acuñada por el poeta Horacio en un hermoso poema que a mí me gusta leerles a mis alumnos el primer día de clase. Pues vamos con esos patrones. Dicho queda el primero, carpe diem, pero hay más:

• Yomecuro. ¿Cómo no? Repetido como un mantra, una y otra vez. He leído en los últimos días un libro de Marián Rojas Estapé, «Cómo hacer que te pasen cosas buenas», y me he acordado de ti. «Una actitud adecuada y sana», escribe, «puede ser la medicina natural más poderosa a nuestro alcance.» Y tú esta medicina la manejas a la perfección. Eres todo un modelo.
• Por mí y por todos mis compañeros. La solidaridad te mueve, no solo tu bien. Eso lo tienes clarísimo. Otros podrían, en su desdicha, mirar solo su ombligo y buscar su propia salvación. No es tu caso. «No nos salvamos solos», dice el Papa Francisco, nos salvamos en racimo. Y en cada paso que das, efectivamente, piensas en el racimo.
• Crack. La primera acepción del DRAE la obviamos, la segunda dice que crack, voz inglesa, es un deportista de extraordinaria calidad. En tu libro, en tu vida, reconoces a muchos cracks, no tienen que ser deportistas porque tú te fijas en la segunda parte de la definciión, en lo de ‘extraordinaria calidad’, cada uno en lo suyo. Así que asistimos a un desfile de cracks: enfermeras, médicas/os, taxistas, amigos/as… No lo pongo en duda, si lo dices, seguro que lo son, pero estoy convencido de que por encima de todos ellos el verdadero crack eres tú.

• Gracias. Si hiciéramos un ranking de las palabras que más aparecen en el libro, esta se llevaría la palma, de esta forma nominal o en su variante verbal: agradecer. Creo que no hay un capítulo en el que no apararezca, al menos, una vez. Sabes que los antiguos alumnos salesianos solemos rescatar el lema «es de bien nacidos ser agradecidos». Tú demuestras tu buena cuna, Obdulio y Manoli, en cada gracias que escribes.
• Mi Merchi. Mil veces repetida. Así que ni una palabra más, tú las dices todas y te quedas corto. ¡Qué afortunado eres! Que sepas que ese monumento que le tienes prometido se va haciendo cada vez más grande con el paso de los meses. Así que ve ahorrando. Pero tampoco te preocupes demasiado, pues somos muchos los que responderemos en un próximo crowdfunding para este merecido monumento.
Y, como ocurre con las canciones pegadizas, que hay melodías que se te meten en la cabeza y que resulta difícil dejar de tararear, así estos patrones recurrentes van calando en quienes te leemos (el optimismo, la solidaridad, el reconocimiento, el agradecimiento…) y nos va haciendo mejores.

Un último apunte sobre tu estilo: la elegancia. Reconoces a toda la buena gente que te rodea, todo lo bueno que te pasa, pero cuando hay algo, alguien, que no, lo pasas por alto o lo tratas con un tacto y una elegancia encomiable. No te ensañas con el taxista al que ya tienes vetado (nadie sabemos por qué ni tenemos por qué saberlo) ni te extiendes en tus denuncias y reclamaciones más allá de lo necesario, que además es por el bien común, hables del acerado o de las plazas de aparcamientos. Lo dicho, la elegancia prima.
Para terminar, que ya me estoy enrollando demasiado, quiero felicitarte por los testimonios que recoges al final. He disfrutado cada uno de ellos por su variedad, profundidad, calidad y cariño.
Ánimo y adelante, tienes un gran equipo, ¡el mejor!, y no hablo del Sevilla Fútbol Club, que aunque sea un buen equipo, no es el mejor (jeje), ya lo veremos esta temporada que pinta en verde como la portada de tu libro; hablo de un equipo más serio y competente: Él y Ella te acompañan. Y a ellos, quienes creemos, les rezamos por ti.
Gracias por compartir tu vida. Aunque no nos veamos, aunque no hablemos siquiera por teléfono, estamos contigo, cada vez más cerca del «yomecuro».
Un fuerte abrazo.

¿Es para sentirse querido o no? Soy muy afortunado. Mil gracias, Javier.

Esta vez no me pude poner el tratamiento

En el #SalamancaOnTour que tocaba esta semana no hemos podido completar el ciclo 17 de mi ensayo clínico. Ayer tocaba la segunda sesión de este ciclo, pero no me pude poner el tratamiento, que en esta ocasión solo tocaba el Talquetamab. Pero, como siempre, empecemos por el principio…

Había pedido el taxi como es habitual para el miércoles a las diez de la mañana. Nos recogió otro taxista nuevo para nosotros, Miguel, con el que estuvimos charlando buena parte del viaje. Llegamos al hospital de Salamanca a las dos y media, saludamos a nuestras enfermeras cracks que estaban por allí -Patri y María- y a Belén, la auxiliar con la que también estuvimos charlando un rato mi Merchi y yo. Me pesé, me tomaron las constantes -tensión y temperatura- y fue Patri quien me hizo la extracción de sangre para la analítica. Como todo estaba bien, llamamos al taxi, nos recogió Juan Carlos y nos acercó al hotel, donde pudimos saludar a Raquel y a Rocío. Aunque antes de entrar al hotel comimos algo… Yo llevaba la camiseta personalizada del Salamanca que me regalaron mi vecina y amiga Maricruz y su primo Jairo, delantero del equipo charro. Tengo que decir que he tardado un poco en estrenarla porque la camiseta es talla L… y yo no me ponía una talla L desde que era chico.

Tras descansar un ratito en el hotel nos fuimos a dar un paseo por el entorno de la Plaza Mayor y a tomarnos algo de cena. No nos alejamos mucho porque yo iba con el andador -mi Talquito- y todavía me canso mucho. Los paseos tienen que ser cortos. Pero ¡qué bonita es la Plaza Mayor de Salamanca y qué buen ambiente tiene siempre! En esta ocasión había mucho turismo, muchas familias e incluso sonaba una tuna…

La mañana siguiente empezó de una forma espectacular cuando leí el siguiente tuit de Emergencias Sevilla. Mil gracias, de corazón:

https://twitter.com/EmergenciasSev/status/1555037057319202816

De nuevo nos recogió Juan Carlos y nos acercó al hospital. Tras esperar no demasiado tiempo, salió nuestro número para la consulta de Hematología. Nos atendió Bea, ya que sabíamos que Mariví estaba de vacaciones, pues nos lo dijo en la última consulta que tuvimos con ella. Bea nos dijo que los resultados de la analítica estaban bien, salvo la PCR que estaba un poco alta. La PCR en un análisis de sangre es la Proteína C Reactiva y si tiene niveles altos es indicativo de que puede haber una inflamación o una infección en el organismo. Momento en el que aprovecho para decirle que tengo un bulto en la espalda en la zona lumbar que desde hace unos días me está doliendo. Entonces me dice Bea que probablemente esa sea la razón de la PCR alta y me manda una ecografía de urgencia. Me dice que cuando me la haga vuelva a la consulta para decidir lo que haremos según el resultado de la ecografía.

Entonces es cuando nos damos cuenta de lo grande que es el Hospital nuevo de Salamanca, pues tenemos que andar bastante hasta llegar a la zona de Radiología, donde me harían la ecografía. Entregamos el volante hecho por mi hematóloga, esperamos un poquito y me hice la prueba. El mismo médico que me hizo la ecografía me dijo que se trataba de un quiste y descartó que se tratara de un plasmocitoma. ¡Menos mal, porque yo ya estaba bastante asustado! Será que lleva uno tanto pasado…

Mi Merchi pidió una silla de ruedas para hacer la vuelta porque ya había andado bastante. Y sin problemas… nos la dejaron. La atención y el trato como siempre exquisitos. Volvimos a la zona de Ensayos clínicos para volver a entrar en consulta y, mientras esperábamos, vinieron a vernos Emi y Julia, de la Asociación Ascol. Un buen rato de charla que echamos con ambas. El trabajo que hace la gente que trabaja en Ascol y sus voluntarios es brutal. Por eso es una de las asociaciones de las que soy socio y a la que le dono parte de los beneficios de mis libros y de las iniciativas solidarias que organizo con ayuda de mi gente.

Cuando volvemos a entrar en la consulta con mi hematóloga nos confirma Bea que se trata de un quiste que hay que quitar y tomar antibióticos durante un tiempo para acabar con la infección y que no me podría poner el tratamiento. Nos dice que ya ha hablado con la dermatóloga de guardia para que no tengamos que esperar mucho, aunque eso sí, tendremos que entrar por Urgencias. Nos miramos Merchi y yo y no hace falta decir nada.

Allá que vamos de nuevo con el informe en la mano. Llegamos a Admisión de Urgencias, le cuenta Merchi al administrativo la historia y le contesta que le parece muy bien, pero que allí entra todo el mundo por Triaje y allí es donde debemos exponer el caso. Nos dan un número y a esperar. Tras unos veinte minutos de espera entramos en Triaje, le contamos la historia a la doctora que allí estaba -recién acabada la carrera, como casi siempre- y llamó a la dermatóloga de guardia delante nuestra. A la segunda consiguió contactar con ella y le confirmó que nuestra hematóloga había hablado con ella.

Nos viene a recoger una celadora con una silla de ruedas -los desplazamientos allí son largos- y nos llevan a G-1, que es como otra Sala de espera pero para entrar ya en una consulta específica. Al poco tiempo entramos en la consulta de Dermatología. Nos atienden dos dermatólogas -Lía y Carmen- un enfermero -Álvaro- y una auxiliar -Belén-. Les agradezco lo bien que me trataron en todo momento. Aunque me pusieron anestesia local, me dolió bastante y puse en mis redes esto:

Y nos volvimos con Matías para Sevilla. Nos paramos en el camino a comer algo porque ni habíamos desayunado… Ahora toca arreglar esto que, como muchos me habéis dicho en las redes, es otra piedra en el camino. Pero el camino sigue… y nosotros seguimos en él. Ese camino que lleva al #yomecuro… Ahora toca tomar antibióticos durante diez días e ir al Centro de Salud para hacerme las curas diarias. Y dentro de dos semanas volver a Salamanca para empezar con el ciclo dieciocho, si Dios quiere. Y, sobre todo, ¡a seguir viviendo!… pero cuidándose.

Álbum digital de lectores (y van tres…)

Se va a cumplir un mes desde que hicimos el lanzamiento de mi tercer libro «Cada vez más cerca del #yomecuro». Lo lanzamos el pasado 29 de junio y desde entonces se puso a la venta en la web de libros.com -tanto en formato papel como en formato digital (e-book)-.

A partir de esa fecha también empezaron a recibir los ejemplares del libro aquellos mecenas que solicitaron una recompensa sin dedicatoria. Pero los que quisieron el libro con dedicatoria y firma han tenido que esperar un poquito más, pues hasta este momento he firmado y dedicado más de 150 libros… Y mis dedicatorias son personalizadas y de página completa, no sé cómo no se me ha caído la mano derecha de tanto escribir. Pero tengo que reconocer que me encanta, aunque he tenido el salón de mi casa lleno de cajas de libros durante un tiempo. A mi Merchi esto no le gusta tanto, la verdad.

Yo creo que, salvo algunos mecenas a los que yo le pedí el libro o aquellos a los que yo les voy a entregar el libro dedicado en mano, todos los mecenas deben tener ya el libro en sus manos. Y ahora viene la segunda parte: la fotito. Sí, me gustaría que me mandarais una foto en la que se os vea con el libro, tanto si te hiciste mecenas como si compraste el libro después de su lanzamiento. Lo que se trata es de hacer un álbum digital de lectores, al igual que hicimos con los otros dos libros. Aquí os dejo enlazados los tres álbumes (pulsando sobre cada imagen os lleva al álbum en cuestión):

Tú mismo puedes subir la foto en el álbum, aunque si lo prefieres puedes mandarme la foto por cualquiera de mis redes sociales o por correo electrónico a juandiaz8@gmail.com.

Y hoy mi Merchi y yo hemos grabado un vídeo en la playa de Sanlúcar pidiendo que nos mandéis esas fotos con el libro: