Ayer, 18 de mayo de 2023, hicieron trece años desde que mi padre nos dejó. Un maldito cáncer de pulmón se lo llevó. Tenía 74 años -la misma edad con la que murió mi madre unos años después por culpa de un cáncer de mama metastásico-. Sí, el maldito cáncer, que desgraciadamente tan presente está en muchas familias. Qué os voy a contar yo…
El tabaco podía con él, no podía dejar de fumar, era superior a él… y mira que lo intentaba, pero sólo lo consiguió al final, cuando la enfermedad estaba ya muy avanzada y lo menos que le pedía el cuerpo era fumar. Los que hemos sido fumadores sabemos el trabajo que cuesta dejarlo, así que si no has fumado nunca… ni lo pruebes; y si ya eres fumador, intenta dejarlo, pero tienes que estar convencido de ello. El tabaco no trae nada bueno, os lo aseguro.
El 19 de mayo de 2010 jugaba el Sevilla FC la final de la Copa del Rey contra el Atlético de Madrid en el Nou Camp de Barcelona. Mi sobrino Migue y yo teníamos entrada para asistir al partido y billetes de AVE que nos consiguió mi amigo Juan. Y un día antes fallece mi padre. Y yo junto a él. Pude despedirme de él. Pero él quería que fuéramos a la final y la ganáramos. Y eso hicimos. Fuimos, ganamos 2-0 y pudimos dedicarle esta Copa del Rey. A Migue y a mí se nos caían las lágrimas por las mejillas acordándonos de él mientras nuestro equipo daba la vuelta de honor al campo con la copa conseguida. ¡Esta fue por ti, papá!
Y ayer, aunque ya han pasado trece años, ocurrió algo parecido. Semifinales de Europa League. Partido de vuelta en el Sánchez-Pizjuán frente a la Juventus italiana. Resultado de la ida: 1-1, aunque mereció ganar el Sevilla. Lástima de ese gol de los italianos más allá del descuento. Otro 18 de mayo importante, aunque siempre lo es, porque yo de mi padre y de mi madre me acuerdo cada día.
Desde el primer momento tenía claro que, Dios mediante, a este partido asistía. Y activé mi carnet de abonado el primer día que se podía. Me perdí el partido de cuartos de final frente al Machester United porque estaba en Salamanca… y eso que también tenía el carnet activado. Pero lo primero es lo primero, esto lo tengo claro desde que tengo mi enfermedad. Y tratarla es mi prioridad, todo lo demás viene después y cuando se pueda. Este partido en casa contra el Manchester fue un partidazo del Sevilla. Lo vi en el móvil estando en Salamanca y le ganamos 3-0 a los ingleses. Pero además de lo bien que jugó el equipo sevillista -después de la temporada que llevamos- me llamó la atención el ambientazo de las gradas: todos de blanco, animando desde el principio al final y haciendo del Sánchez-Pizjuán «el manicomio de Sevilla».
Y ayer otra vez, pero en esta ocasión todos de rojo. Se iba calentando el ambiente en los días previos en las redes y se iba «engorilando» el personal, aunque poca motivación extra necesita el sevillismo porque jugar una semifinal de Europa League, aunque ya hemos jugado -y ganado- seis, ya tiene su motivación, porque no es nada fácil llegar hasta aquí. Lo que pasa es que esta temporada casi ningún sevillista esperaba esto, después de la temporada que llevábamos tan mala en Liga, Champions y Copa del Rey. Pero ha sido llegar Mendilíbar y ha cambiado todo, afortunadamente. Antes tenía que haber venido…
Así estaban ayer algunos de los puentes de la SE-30:
La tarde se puso lluviosa -¡qué faltita hace el agua!, pero mucho tenía que llover para que yo no fuera al Sánchez-Pizjuán…
Mi Patri se puso su camiseta de Puerta -a la que le tiene un cariño especial- y tiene otra con el 16 de Antonio Puerta firmada por todos los jugadores de aquella época, aunque esta se le ha quedado pequeña, claro… y nos hicimos esta foto antes de salir de casa:
Como cada vez que juega el Sevilla en casa, mi Merchi me acerca con el coche a los alrededores del estadio y me recoge al final del partido. Sigo diciendo que no sé qué haría sin ella, de verdad. Pero antes recogemos a mi Migue y en esta ocasión venía con nosotros mi Patri para acompañarnos.
Cuando llegamos a los alrededores del estadio, ayer un poco más lejos que de costumbre porque vaya como estaba todo, descargó Migue la silla de ruedas del coche, me senté en ella y él me empujó. De camino, entre tanta gente vestida de «colorao», nos encontramos con Edu y Javi, hijos de mi primos Juan Miguel y Esmeralda y no pudo faltar la fotito:
Y algo más de una hora antes del partido accedimos al estadio. A mí me gustar llegar con tiempo suficiente al estadio, sobre todo, porque nuestro acceso es a través de un ascensor y si se llega más tarde de la cuenta se tarda bastante en llegar a tu sitio. Los bares de los alrededores a tope, las furgonetas-hamburgueserías con mucha gente y la gente que se lleva sus propias bebidas también. Esto es lo que llamamos «la previa», aunque ayer entró el personal antes al estadio para empezar con la animación desde que el equipo saliera a calentar. La previa de mi Migue y mía es tomarnos un coca cola y/o agua con unos quicos que compró Migue antes. Y las fotitos de siempre antes de entrar en el estadio y desde nuestro sitio:
Ambientazo en las gradas. Todos de «colorao». Un cántico tras otro. El himno del Arrebato, más sentido que nunca. Y empieza el partido. Minuto 16: «Antonio Puerta, lololololo…». No pita el árbitro un penalti clarísimo a Oliver Torres -el árbitro de campo puede ser que no lo vea, pero el del VAR, ¿qué vio? Porque nosotros tenemos una televisión junto a nuestro sitio y las distintas repeticiones demostraban que era penalti-. Bronca monumental. Llegamos al descanso 0-0. Este resultado nos llevaría a la prórroga porque ya no vale lo de los goles en campo contrario, por lo que quedar 0-0 es lo mismo que quedar 1-1. El partido estaba disputado y se veía que cualquiera podía ganar, aunque los dos equipos se tenían respeto mutuo. Muy bien los dos porteros. En la segunda parte se adelantó la Juve 0-1, pero pocos minutos después empató Suso de un zurdazo impresionante desde fuera del área.
1-1 fue el resultado tras el tiempo reglamentario, igual que en la ida, así que nos fuimos a la prórroga. Se notaba a los equipos cansados, pero fue Lamela el que atinó con la portería con un cabezazo que puso el 2-1 en el marcador. Y a partir de ahí tocó sufrir, sobre todo, tras la absurda expulsión de Acuña por perder tiempo en un saque de banda. Pero ganamos. Y lo celebramos. Vaya si lo celebramos… Y lo hice abrazándome a mi Migue y mandando besos al cielo, para mi padre y para todos esos sevillistas que vieron desde el tercer anillo que jugábamos otra final europea. Me acordé especialmente de mi padre y de mi amigo Carlos Acosta, al que su familia llevó consigo. «Siempre presente»:
Y mi Migue puso en su Twitter esto:
Abuelo, he sentido tu abrazo en el segundo gol de nuestro Sevilla. En el final del partido me he abrazado con tú hijo y hemos llorado de alegría. Sé que nos mirabas, le dabas la última calá al cigarro y sonreías, como cuando veíamos juntos el fútbol. Te noto cerca. Siempre.
Tocó disfrutar. ¡Qué grande! ¡Qué alegría! Hay gente que no entiende esto pero, por muy mercantilizado que esté el fútbol, muchos lo vemos como un sentimiento, algo que has vivido desde chico, que te lo enseñó tu padre o alguien de tu familia y por eso dices lo de «Sevillista hasta la muerte». Yo respeto que se pueda defender otros colores o que no guste el fútbol, y creo que lo he demostrado, pero también pido respeto para mí y mi sentimiento sevillista. «Oe, oe, oe, nos vamos a Budapest… Que bote Nervión…»
Y el 31 de mayo en Budapest se enfrentará en la Final de la Europa League el Sevilla FC a la Roma de Mourinho. Y por allí estarán miles de sevillistas y otros miles lo veremos por televisión. Me encantaría poder ir, pero soy consciente de mis limitaciones y ahora mismo no puedo. Séptima final de Europa League. Las seis anteriores ganadas. Vamos a por la séptima… Después pasará lo que tenga que pasar, pero por nosotros que no quede, que para eso somos el equipo del «Dicen que nunca se rinde». Yo quiero ir otra vez a la Plaza Nueva para que desde el balcón del Ayuntamiento de Sevilla nos enseñen otro «paragüero» a mí y a miles de sevillistas.
Y el domingo tenemos derbi de Liga en el Sánchez-Pizjuán. Allí estaremos otra vez, D.m. pero, sobre todo, apuesto por una #RivalidadSana. Me acuerdo ahora de la foto que me hice con Pepe en Tenerife hace un par de semanas:
Podemos decir que desde hace años este es el fin de semana más importante para la Hermandad de San José Obrero, de la que formo parte como hermano y como director musical de su coro de campanilleros. ¿Y por qué es tan importante este fin de semana si es un fin de semana de mayo, lejano a la Semana Santa? Empecemos por el principio, haciendo un poco de historia de la hermandad.
La Hermandad de San José Obrero es una hermandad relativamente joven. La wikipedia dice que fue fundada en la parroquia de San José Obrero de Sevilla en el año 1960. El 25 de enero de 1961 fueron aprobadas sus primeras reglas. El 15 de septiembre de 1962 fue bendecida una imagen de la virgen, propiedad de la hermandad, con la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, realizada aquel mismo año por el entonces joven imaginero Luis Álvarez Duarte. Fue la primera imagen de dolorosa del reconocido imaginero. En el año 2003 le fueron otorgados los títulos de Humilde y Fervorosa. Un año más tarde, se bendice la Imagen de Nuestro Padre Jesús de la Caridad, ópera prima del imaginero Fernando Aguado. En septiembre de 2008, la Virgen de los Dolores realizó su primera salida procesional bajo palio, continuándose los años siguientes en esta fecha. En febrero de 2012 pasó a convertirse en Hermandad de Penitencia, tras aprobarse nuevas reglas. El Sábado de Pasión de 2013 realizó su primera Estación de Penitencia por las calles de su barrio con dos pasos: Jesús de la Caridad acompañado por Simón de Cirene y la Virgen de los Dolores bajo palio. Desde el año 2018, la Estación se efectúa al Santuario de la Hermandad de los Gitanos.
Tanto mi familia como la familia de mi mujer siempre hemos estado muy vinculados a esta hermandad, porque era la hermandad de nuestro barrio. De hecho, mi tío Carlos es el hermano número 1 de la Hermandad y fue Hermano Mayor mucho tiempo, en aquellos tiempos en los que era todo muy complicado, era una hermandad con pocos recursos, de gloria y que sólo sacaba en procesión a San José Obrero cada mes de mayo… y con mucho trabajito. Él tiene muchas anécdotas de aquellos años y de vez en cuando nos cuenta alguna.
Yo desde joven pertenecía al que entonces era el coro rociero de la hermandad. Cantamos en muchos sitios, lo hacíamos bien y nos lo pasábamos estupendamente en los ensayos y en las actuaciones. Guardo un grato recuerdo de aquel coro, pues nos hizo disfrutar mucho. El coro lo dirigió primeramente mi tío y después lo dirigí yo una época. Ahí conocí a mi Merchi, que también pertenecía al coro… y bendita la hora en la que decidí compartir mi vida con ella. ¡Qué bien me ha salido la jugada! 🙂
También estuvimos los dos en el grupo joven casi desde el principio de su creación. Mi hermana Chari también estaba tanto en el coro como en el grupo joven. Mi hermana Auxi era muy pequeña en aquella época y todavía no podía estar con nosotros. Pero fue pasar los años, crecer… y vaya el aporte espectacular de Auxi para el coro actual.
Los que hemos vivido la hermandad desde hace tantos años podemos decir que «somos muy de San José Obrero», del carpintero, de nuestro bendito patrón… porque era el único que veíamos en procesión en la calle. Que sí, que la Virgen de los Dolores estaba ahí, pero no salió hasta 2008 por las calles del barrio. Sin embargo, yo recuerdo desde que era joven la procesión de San José Obrero. Incluso salí un año de costalero debajo de él. Fue la única vez que salí, ya no salí más de costalero. Mi suegra Águeda era «muy de la Virgen», pero no pudo verla en la calle como hermandad de penitencia. Mi Merchi lo ha heredado y es «muy de la Virgen de los Dolores».
San José Obrero desde hace unos años es hermandad de penitencia y, de hecho, sale a la calle cada sábado de Pasión con su cortejo de nazarenos azules y blancos acompañando al Señor de la Caridad y a la Virgen de los Dolores. Y es mucho lo que ha crecido como hermandad, de lo cual me alegro mucho. Muchos niños y gente joven, que son el futuro de la hermandad porque, como siempre digo, las personas vamos pasando, pero la hermandad se queda. Y de ellos es el futuro.
Pero, en mi opinión, nunca debemos olvidar de dónde venimos… Que fuimos una hermandad de gloria con muchas penurias económicas, que sólo sacaba en procesión a San José Obrero… Por eso, cuando hace unos meses por parte del Consejo de Hermandades y Cofradías se decidió que San José Obrero fuera la imagen que presidiera en la Santa Iglesia Catedral el pregón de las glorias de 2023 nos alegramos tanto. Y fue una alegría compartida, entre los más mayores y los más jóvenes, porque el bendito carpintero iría a la catedral en este mes de mayo.
Fue curioso cómo mi Merchi y yo nos enteramos de la noticia. Estábamos los dos a finales de noviembre en el despacho parroquial hablando con el padre Abilio, pues él iba a hacer la ceremonia de nuestras bodas de plata, que celebramos a primeros de diciembre y que también conté por aquí. En un momento de la reunión le suena el móvil al padre, era el hermano mayor de la hermandad, mi tocayo Juanma, y le dice la buena noticia que, por supuesto, comparte con nosotros. Al rato el patio de la parroquia era una fiesta de gente contenta y dándose abrazos. Quedaba mucho trabajo por delante…
Y el culmen de este trabajo será este fin de semana. Ayer viernes hizo San José Obrero el recorrido de ida a la Catedral, hoy sábado presidirá allí el pregón de las glorias que dará Mario Daza y mañana domingo hará el recorrido de vuelta a su parroquia, en una procesión que esperemos que sea triunfal.
El día de ayer fue muy bonito. Un día histórico para la hermandad que pudimos disfrutar de una forma u otra. Mi yerno Alberto llevaba la cruz de guía -mañana también lo hará en el recorrido de vuelta-, mi sobrina Ángela iba con cirio, mi sobrino Manu de acólito con la cruz parroquial delante del paso, mi Patri de apoyo desde fuera, mi hermana Chari de fotógrafa -preciosos los vídeos y las fotos que ha hecho-, y mi hermana Auxi, mi Merchi y yo formando parte del coro de la Hermandad.
La procesión salió a las 16:45 y se recogió en la Catedral sobre las 23:00. Durante el recorrido visitó varias iglesias y hermandades que nos recibieron de forma magnífica en cada uno de los casos. Nuestro coro en cada una de estas visitas interpretó una pieza musical. Fueron siete virtudes que se distribuyeron así:
Os dejo por aquí las grabaciones que hizo mi hermana Chari en cada cántico de las virtudes -sólo falta la primera en el Templo de Los Gitanos- y que hemos subido al canal de Youtube de nuestro coro. Muchas gracias, Chari. Están geniales los vídeos:
Como siempre, me encantó coincidir con gente que conozco y con la que suelo coincidir en temas cofrades, como el fotógrafo Rafa o el amigo Julio, costalero joven que lleva en su costal una de mis pulseras con el #yomecuro y el #SeguimosJuanma:
Y cuando llegamos a la Iglesia de los Terceros alguien le dice a mi mujer: «Tú eres Merchi». Evidentemente le dice que sí y Merchi me presenta a Carmen, secretaria de la Hermandad de la Cena, y me dice que me sigue a través de las redes. Encantado de conocer a Carmen y, por supuesto, la foto de los tres no podía faltar:
Julio Marín (@juliomarin1905), que es fotógrafo y nos seguimos mutuamente en Twitter, me manda estas dos preciosas fotos mientras esperábamos para cantar junto al Templo de Los Gitanos:
Mis hermanas Chari y Auxi también hicieron fotos de mucha calidad. Os dejo por aquí algunas fotos de la procesión y del coro. En la última estamos en la puerta del Palacio Arzobispal con el Arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Sáez:
¡Y qué bien estuvo la Agrupación musical Nuestro Padre Jesús de la Salud de mi Hermandad de Los Gitanos! Cada vez suena mejor esta banda, le pese a quien le pese. Marchas magníficamente interpretadas, lo cual quiere decir que hay mucho trabajo y mucho ensayo detrás. No puede ser de otra forma. ¡Enhorabuena!
Cuando entró el Santo en la Catedral la idea era irnos la familia juntos a tomar algo, porque que estemos los tres hermanos juntos en el centro de Sevilla no es muy habitual, la verdad. Sin embargo, la mayoría de los bares de los alrededores estaban bastante llenos o a punto de cerrar, porque eran más de las once y media de la noche. Mucho turismo, mucho guiri y muchas mesas en la calle. Que está bien, pero al sevillano no se le puede quitar sus sitios y sus costumbres de siempre. Por eso soy un firme defensor del movimiento surgido en redes que se llama #Lostanquesalacalle, que no tiene nada que ver con algo bélico y a pesar de que yo la única cerveza que tomo en la actualidad es sin alcohol, pero veo fatal eso de que prohíban sacar cervezas a la calle para tomarla de pie con unos chochitos o avellanas. Algo que siempre hemos hecho aquí y que es muy sevillano.
Finalmente nos fuimos a «La moneda». Aceptaron atendernos si pedíamos con rapidez, pues estaban a punto de cerrar. No iba allí desde mi etapa de estudiante universitario. No sé porqué, pero este era uno de los bares preferidos de los que estábamos estudiando en la Facultad de Matemáticas… y mira que cogía lejos. Estaba «El Turronero» en Reina Mercedes, que nos cogía al lado, y «La moneda», que nos llevaba el 34. ¡Pocas cervezas y cubatas me he tomado yo en ambos bares! Pero estamos hablando de finales de los ochenta y principios de los noventa. Ya hace tiempo… Ayer me tomé una SIN y pedimos unas raciones que estaban muy buenas. Estaba con Merchi, Patri, Alberto, Chari, Manuel, Ángela, Auxi, mi cuñado Paco, que nos hizo el favor de acercarnos a casa y mi cuñado Javi, que nos acompañó desde mitad de recorrido.
Hay más fotos en este artículo del portal cofrade Arte Sacro. Una lástima que en el texto ni siquiera nombre que actuó el coro de la Hermandad de San José Obrero. Por desgracia, es bastante habitual que no nos nombren, aunque para ser justos hay que decir que no siempre ocurre, pero es algo que no llevo muy bien, tengo que reconocerlo. Y es que pienso que al coro hay que darle su sitio. Ayer, por ejemplo, fueron muchas las felicitaciones que recibimos por nuestra actuación, tanto por parte de gente de nuestra hermandad, como de las hermandades que visitamos, como del público en general. Y esto es algo que a mí como director del coro, y más aún como componente del mismo, me llena de orgullo. Es evidente que a todo el mundo no le puede gustar lo que hacemos, porque el libro de los gustos sigue en blanco, pero al menos se debe reconocer el trabajo que hacemos, que no es poco: ensayos, desplazamientos, actuaciones, etc. Y recordemos, por si alguien no lo sabe o no lo recuerda, que lo hacemos de forma altruista, pues los componentes del coro no sólo no cobramos, sino que nos cuesta el dinero. Y lo hacemos por amor a nuestra Hermandad y a lo que hacemos. No hay más.
A mí me encanta mi coro y lo que hacemos. Creo que lo hacemos de forma muy digna y que nos merecemos disfrutar como lo hicimos ayer, porque hay mucho trabajo detrás. Fue un día magnífico e inolvidable. Seguimos…
Nota inicial: He escrito este post como si fuera un diario de viaje. Cada día iba escribiendo aquí desde nuestra habitación del hotel nuestra experiencia del día y guardaba el post en borrador. Lo he terminado ya en nuestra casa de Sevilla y le he dado a «Publicar». Quizás haya quedado un poco largo, pero no quería que se quedara fuera nada de lo que hemos podido vivir y disfrutar mi Merchi y yo en esta bonita isla de Tenerife.
Durante una semana -de martes a martes- he podido viajar con mi Merchi a un sitio que no era Salamanca, ciudad que nos encanta, pero a la que vamos para lo que vamos. Esta vez se trataba de un viaje de placer, un viaje del IMSERSO -es lo que tiene estar jubilado- y en esta ocasión hemos viajado a las Islas Canarias, y más concretamente a la isla de Tenerife. Yo viajé una vez a esta isla: fue el viaje de fin de carrera, hace más de treinta años, pero no se me olvida porque fue un viaje con amigos, todos los valientes que acabamos la carrera de Matemáticas, donde lo pasamos estupendamente y nos recorrimos la isla entera con un Renault 5 que alquilamos. Nos alojamos en el Puerto de la Cruz, en el hotel «Panorámica Garden», y uno de los días de este viaje, volviendo con mi Merchi de una excursión que hicimos al Teide, paró el bus para dejar a personas que estaban alojadas allí, yo hice esta foto y se la pasé a mis amigos matemáticos. ¡Qué recuerdos!:
Aunque hace muchos años de esto, yo conocía Tenerife, pero mi Merchi no, así que le dije que teníamos que intentar hacer este viaje, aunque sé que ella es muy reacia al tema de los aviones. Pues dicho y hecho, cuando sacaron del IMSERSO la posibilidad de solicitar viaje -allá por el mes de julio de 2022, creo recordar- solicité «Costa insular» y me la dieron. Ahora quedaba elegir destino, fecha y hotel. Finalmente cogimos del 2 al 9 de mayo -la semana después de feria- el Hotel Alúa Parque San Antonio del Puerto de la Cruz, en la zona norte de Tenerife.
Y ahí hemos estado ocho días y siete noches, perfectamente atendidos, con buena comida y con una magnífica habitación adaptada -la había pedido así previamente-. Hemos hecho dos excursiones de las programadas por la agencia Mundiplan y dos visitas por nuestra cuenta a sitios de interés del Puerto de la Cruz. Y es que tantos días dan para hacer muchas cosas. Pero empecemos por el principio…
El martes 2 de mayo nos acercan nuestras hijas Vero y Patri al aeropuerto de Sevilla y allí la atención a personas con discapacidad es muy eficiente. Basta con darle a un botón, hablar con una persona para decirle que tienes pedida la atención a discapacitados y, desde ese momento, todo fluye y funciona. Gracias a Jefrey -no sé como se escribe, me dijo que se llamaba «Yefri»- y a Chari por la atención prestada en todo momento y a Aena por dar este servicio tan necesario para las personas con movilidad reducida, como es mi caso. Incluso lo puse en mis redes:
Embarcamos al avión, nos asignaron dos asientos de la segunda fila y en poco más de dos horas estábamos aterrizando en el aeropuerto «Los Rodeos» de Tenerife Norte. Fue un vuelo placentero, la verdad. Hasta mi Merchi lo dijo. Muy buena atención también al aterrizar, aunque fuimos los últimos en desembarcar del avión. Recogimos las maletas con ayuda del personal de atención a discapacitados y nos acompañó hasta el autobús. A retrasarle una hora al reloj y a intentar disfrutar de lo que tenemos por delante durante una semana… Un guía de Mundiplan, Carmelo, nos acompañó en el bus que nos llevó al hotel. Una vez que llegamos allí, dejamos las maletas y nos fuimos directamente a almorzar al comedor. Después nos dirigimos a Recepción para hacer el check-in, donde nos dijeron que nos habían asignado una habitación adaptada, tal y como habíamos solicitado.
A las 16:30 teníamos una reunión con Carmen, la guía de Mundiplan responsable de nuestro grupo, en la que nos daría toda la información necesaria y nos presentaría las excursiones que nos ofrecen. Allí estuvimos. Cogimos tres de las excursiones principales de día completo, aunque después devolvimos una, y compramos las entradas para el Loro Parque. Un ratito de descanso, cena y a escuchar cantar a un hombre-orquesta que estaba por allí y ver a otros y otras bailar. Mi resumen del día:
El miércoles era el día para ir al Loro Parque. Haciendo caso a la guía nos fuimos tempranito, que es cuando menos gente hay. Aquello abría a las 9:30. Desde la recepción del hotel nos llamaron a un taxi que nos llevó hasta allí. Y menos mal que llegamos temprano y pude alquilar una de las sillas de ruedas eléctricas de las que disponen -la mayoría estaban reservadas con antelación, nos dijeron-, porque sin silla no habría visto ni el 20% de lo que vi, debido a mi poca movilidad y a que hay que andar mucho y hay muchas cuestas. Nos gustó mucho el Loro Parque. Muchos animales, mucha vegetación y muy buenos espectáculos. Los vimos todos, pero a mí el que más me gustó fue el de las orcas. Impresionante. Sobre las dos de la tarde lo habíamos visto todo, así que cogimos un taxi y nos volvimos al hotel para almorzar y descansar un rato. Tras la cena, otro tío cantando en el salón principal y otra vez a ver bailar al personal, aunque mi Merchi también bailó un poquito.
Ya volvimos del Loro Parque. Está chulo esto, pero menos mal que llegamos pronto y pudimos alquilar una silla de ruedas eléctrica, porque con el andador hubiera visto un 20%. Muchas distancias y muchas cuestas.#TenerifeOnTour A seguir viviendo…#SomosImparables#yomecuropic.twitter.com/guHQt2lU0m
El jueves teníamos la primera de las excursiones contratadas con Mundiplan. Visitamos el municipio de Candelaria, donde está la patrona en su Basílica y es mucha la devoción que tiene en estas islas. Después nos fuimos a la capital, Santa Cruz de Tenerife y, tras hacer una visita panorámica de los sitios más interesantes desde el autobús, nos dejaron junto al puerto en una zona comercial para hacer compras y tomar algo quien quisiera. El día anterior fue festivo porque se celebró el día de la Santa Cruz y eran muchas las cruces adornadas con flores y otros elementos que habían en las Ramblas y en otros lugares. Tras esta visita nos llevaron a almorzar a un restaurante con el que teníamos la comida concertada. Ahí disfrutamos de una agradable conversación con nuestros compañeros de mesa: Eloy y su mujer -lo siento, pero no me acuerdo del nombre de ella-, matrimonio de Madrid y Emilio y Montse, matrimonio de Barcelona. Les conté algo de mi camino al #yomecuro… Tras el alumerzo visitamos el monte de las Mercedes -se notó tela la bajada de temperatura-, pero mi Merchi tenía que ver su monte:
Gran excursión la de hoy y magnífico guía. Gracias por tu atención y por toda la información que nos has dado, Carlos.Y gracias a nuestro chófer Basilio que nos ha llevado por una carretera de montaña que no veas:El monte de las Mercedes#TenerifeOnTour#SomosImparables#yomecuropic.twitter.com/v4ebt5UsEA
El viernes no teníamos previsto nada. Bueno, en realidad yo tenía previstas dos videollamadas a primera hora de la mañana: una con un paciente de mieloma que va a recibir las CAR-T pronto en Salamanca y desde ASCOL me preguntaron si no me importaba contarle mi experiencia. Por supuesto que no. Y ahí estuvimos respondiendo todas sus dudas e inquietudes durante una hora y dándole los ánimos necesarios. Teniendo en cuenta que cada paciente es un mundo y seguramente la experiencia de uno no tenga nada que ver con la de otro, pero creo que es importante escuchar la experiencia de alguien que ya ha pasado por eso. Todo va a ir bien, Fernando. Y aquí estamos para lo que te pueda ayudar. Después tenía prevista una entrevista como estudio de mercado al ser paciente de mieloma que había recibido tratamiento de algún anticuerpo biespecífico, como es el Talquetamab.
Hice una tarea previa y después la entrevista de una hora. Sé que hay personas que son reacias a hacer este tipo de entrevistas y respeto su opinión, como no puede ser de otra forma, pero yo ya he hecho varias de este tipo y no le encuentro la pega a hacerlas, la verdad. Tus datos son confidenciales, no se comparten y además te pagan una cantidad por hacerlo. Cantidad que, por supuesto, yo dono. Tal y como está montado esto, creo que la lucha contra el cáncer es tarea de todos: personal sanitario, asociaciones, industria farmacéutica, pacientes y familiares.
Cuando terminé la entrevista, cogimos un taxi y nos fuimos a un centro comercial, porque Merchi quería comprar algunas cosas y además como nos habían dicho que en el Teide hacía frío y ya lo habíamos pasado el día anterior en la excursión del monte de las Mercedes… y ella no se había traído nada de ropa de abrigo, ni una sudadera siquiera, allí se compró una, aunque finalmente no le hizo falta. Llegamos para almorzar en el hotel, tarde de descanso y, tras la cena, disfrutamos de un hombre-orquesta que animó mucho todo el tiempo con sus canciones; además nos juntamos con un grupo de malagueños y malagueñas que tenían todo el arte. Mi Merchi se hartó de bailar y ellos me sacaron a mí agarrándome en todo momento. Pasamos un rato estupendo y sin beber absolutamente nada de alcohol ni Merchi ni yo. ¡Qué arte tiene mi Merchi!
El sábado teníamos la excursión al Parque Nacional del Teide. La excursión incluía varias paradas en miradores y tenía el almuerzo incluido, lo que ocurre es que había una competición ciclista por la única carretera que hay, por lo que esto trastocó y retrasó todo. Almorzamos a las cuatro de la tarde y llegamos al hotel en torno a las siete. Pero puedo decir que, por primera vez en mi vida, he visto como espectador una competición ciclista y además el autobús en el que iba ha sido durante un trecho escoltado por la Guardia Civil.
Nos sentimos como unos futbolistas antes de un partido importante… Escoltados por la guardia civil en medio de la carrera ciclista. A ver cómo salimos de aquí porque nos han vuelto a parar. Cosas que pasan… Esto es #TenerifeOnTourpic.twitter.com/ZleldlLkJ5
Tuvimos de chofer a León y de guía de nuevo a Carlos, como en la otra excursión. Gran trabajo el de ambos y gran ayuda la que me prestaron en todo momento para subir y bajar del autobús. Carlos es un magnífico guía e informa de todo estupendamente. Conoce todos los entresijos de la isla: historia, curiosidades… absolutamente todo… y nos lo cuenta. ¡Un crack! Al llegar al hotel descansamos un poquito, cenamos pronto y vi la final de la Copa del Rey que ganó el Real Madrid al Osasuna.
El domingo nos lo tomamos de descanso, para disfrutar de las magníficas instalaciones del hotel. No estaba el día para bañarse en la piscina porque, aunque hacía sol, también corría un aire fresquito y al salir del agua, aparte de que estaba fría, te tenías que quedar helado. Dejamos la piscina para los guiris, que estos se bañan sí o sí. Nosotros nos limitamos a descansar en las tumbonas, a trastear con el móvil y a leer.
Por la tarde quiso venir a saludarnos al hotel Covadonga, que me sigue a través de Instagram, ya que su marido, Diego, tiene mieloma múltiple, como yo. Encantado de haberte conocido, Covadonga. Esperemos que sea la primera de muchas más coincidencias para vernos. Y la próxima… con Diego.
El lunes era nuestro penúltimo día del viaje y en un principio habíamos escogido una excursión para visitar Garachico, Masca y una finca platanera, pero Carlos, el guía, me dijo que en esta excursión había que andar bastante, sobre todo en Garachico, por lo que decidimos anularla. Hablamos con Carmen, nuestra guía de referencia de Mundiplan, y nos devolvió el importe de la excursión sin problema tras explicarle el motivo. Mi movilidad sigue siendo escasa y muy reducida, por lo que tampoco se trata de forzar.
A cambio decidimos coger un taxi y visitar los «Lagos Martiánez», pues puede parecer un pecado estar en el Puerto de la Cruz y no visitarlos. Pero antes había que desayunar… mi tosataíta y mi Islacao, como siempre. Cuando desayunamos y antes de dejar el comedor vi que cerca de nuestra mesa había un hombre con una camiseta del Betis. Como yo llevaba puesta una camiseta del Sevilla, se me ocurrió acercarme a él, presentarme y pedirle que se hiciera una foto conmigo. Este fue el resultado:
El taxi nos dejó junto a la entrada de los «Lagos Martiánez» justo cuando abrió el acceso para los visitantes. Nos llevamos una primera decepción al comprobar que la zona del Lago -el más grande y que es zona adaptada- estaba cerrada e inaccesible porque todos los meses de mayo la cierran para hacer tareas de mantenimiento. Me parece muy bien, pero el precio lo mantienen igual que si estuviera todo abierto, algo que no me parece justo. Cogimos un par de tumbonas y una sombrilla -esta se paga aparte- y nos pusimos en primera fila del lago más grande que estaba abierto. Segunda decepción del día, aunque de esta ya estábamos avisados: el agua está muy fría. Yo, por supuesto, no me bañé y mi Merchi lo que hizo fue entrar y salir muerta de frío y buscando fervientemente la toalla. Pues nada, ratito de tumbona y de lectura. Algunos guiris y no-guiris sí se bañaron, pero a todos se les notaba una expresión rara de la cara al entrar al agua.
Cuando se acercaba la hora del almuerzo decidimos irnos para comer en el hotel porque bañarnos no nos íbamos a bañar. En esta ocasión nos acompañó Gustavo, uno de los socorristas, que fue muy amable pues nos llevó por la zona adaptada del lago mayor, aunque estuviera cerrada y además nos dio mucha información sobre los lagos; podemos decir que fue nuestro guía particular. Una vez que dejamos las instalaciones y, dado que estábamos en una zona muy comercial, mi Merchi hizo unas compras mientras yo la esperaba sentado en mi andador, cogimos un taxi y llegamos al hotel para almorzar.
Tarde de descanso entre las tumbonas de la piscina -no hacía calor para bañarse, la verdad, al menos para mí- y la habitación hasta que llegara la hora de la cena. Móvil, ordenador, lectura, concursos de televisión… Así matamos el tiempo. Tras la cena, un ratito de música -yo sólo puedo escuchar, mi Merchi también bailar- y a irnos despidiendo de este magnífico viaje.
El martes nos recogía el autobús en el hotel a las 11:20 para llevarnos al aeropuerto, pues nuestro vuelo salía a las 13:55. Pero antes, puse esto en mis redes tras salir del comedor donde tomamos el desayuno:
Da igual que pongan el cartel. Hay gente cuyo objetivo es llenar sus platos de comida aunque no se lo coman todo. Triste pero cierto.Ayer tiraron 5 kilos de comida de los platos. Podrían alimentar a 20 personas Nos vamos.Gracias por todo#TenerifeOnTour#SomosImparables#yomecuropic.twitter.com/2sDEgjuAfF
En esta ocasión fue Isabel, la guía de Mundiplan, y Ángel, un chófer joven, los que nos acompañaron y nos llevaron hasta el aeropuerto. Isabel nos dio toda la información necesaria durante el trayecto en bus y, una vez que llegamos al aeropuerto de Tenerife Norte, pudimos comprobar una vez más que la atención a las personas con movilidad reducida funciona muy bien.
Disfrutamos de un vuelo plácido de unas dos horas y, al aterrizar en Sevilla, todos los pasajeros bajaron del avión menos nosotros. Teníamos que esperar dentro del avión a que llegara Montse, una de las personas que nos atiende a las personas de movilidad reducida, para bajar del avión, llevarnos a recoger la maleta y mi andador y acompañarnos a la salida. Tardó un poco más de la cuenta porque llegamos varios vuelos a la misma vez y tenía varios servicios que atender. No sé cuántas veces nos pidió disculpas… y nosotros diciéndole que no pasaba nada, que nuestra única preocupación era que nos dejaran en el avión -volaba a París-, aunque bien pensado tampoco hubiera estado mal. Cuando llegamos a recoger la maleta allí estaba la pobre dando vueltas en la cinta más sola que la una. ¡La de vueltas que habría dado entrando y saliendo una y otra vez sin que nadie la cogiera…!
Mi hermana Auxi hizo el favor de venir a recogernos y llevarnos a casa, que ya había ganas también de ver y abrazar a nuestras hijas…
Lo de viajar con mi @merchidelgado está muy bien,pero llegar al aeropuerto de Sevilla y que nos reciba mi hermana Auxi con besos y abrazos y nos lleve a casa donde nuestras hijas nos dan más besos y abrazos es lo más. Ya tenemos productos canarios en casa. Fin del #TenerifeOnTourpic.twitter.com/pLliYlHvJZ
En resumen: todo muy bien, magnífica experiencia y magnífico viaje que nos merecíamos disfrutar mi Merchi y yo. Sé que nos habéis seguido por las redes y nos han llegado vuestros buenos deseos. Lo hemos intentado disfrutar al máximo. Al máximo, pero teniendo en cuenta mis limitaciones, claro está, porque uno es consciente -o al menos eso creo- de lo que puede y no puede -o no debe- hacer.
Gracias al personal de Mundiplan por lo bien que gestionan y nos atienden, lo cual no es nada fácil, os lo aseguro. Gracias por las excursiones que organizan para intentar hacernos llegar toda la historia, cultura e idiosincrasia de los sitios que visitamos. Gracias a Carlos, guía de los buenos pues, además de todo lo que sabe, lo transmite de forma espectacular. Y además ayuda a todas las personas que necesitamos una atención especial. Gracias al hotel Alúa Parque San Antonio por las magníficas instalaciones que tiene, por asignarnos una habitación adaptada tal y como había solicitado y gracias a todo su personal por la atención prestada. Sólo un pero: la zona de Recepción debería ser accesible para personas de movilidad reducida. Es una barrera arquitectónica importante porque para llegar a Recepción hay que bajar cuatro escalones. Misma petición para los «Lagos Martiánez»: al estar cerrada la parte accesible para personas con movilidad reducida, hay que bajar unos cuantos escalones. Afortunadamente en la actualidad yo puedo hacerlo, pero antes no y pienso en las personas que van en silla de ruedas y no pueden dar un paso. Piénsenlo. Se trata de justicia social y, lamentablemente, a cualquiera nos puede tocar. Yo me quedo con lo bueno, por supuesto, pero estas cosas hay que decirlas para que de verdad podamos disfrutar todos de una verdadera inclusión y de un mundo mejor.
Y siempre, siempre, hay que intentar ser agradecido, porque siempre hay cosas que agradecer:
Cuando las cosas se hacen bien… hay que reconocerlas, porque cuando se hacen mal no tardamos en protestar. Se trata de justicia. Un ejemplo más de que las redes sociales bien usadas son buenas. Gracias, @Mundiplan_es y @aena. Hasta una próxima ocasión D.m.#SomosImparablespic.twitter.com/gV58lkTeuo
Y, como siempre, tenemos un álbum digital de fotos de todo lo vivido. Pero esto lo vamos a dejar en privado para nosotros, ¿vale? De todas formas muchas de las fotos y de los vídeos del álbum ya los hemos compartido en mis redes sociales. Espero que os hayan gustado.
Dicen que la edición de este año de la Feria de abril de Sevilla es la edición de los récords. Que si ha habido más gente que nunca -más de 300000 personas diarias dicen las noticias que he escuchado, aunque parece que los últimos días de feria no ha habido mucha gente-, que si récord de transporte público, de turismo, de ocupación hotelera… Pero yo me quedo con el récord de temperaturas en pleno mes de abril. Eso de llegar a casi 40º en el Real ha sido difícil de llevar… y con traje de chaqueta nosotros -yo sólo me lo puse un día- con traje de flamenca ellas y metidos en los toldos de una caseta. ¡Mucha caló!, como decimos aquí.
Yo siempre he sido muy feriante y mis hermanas también. Nuestros padres así nos lo enseñaron, a vivir la feria a tope. Mi padre siempre ha sido socio de la caseta «Los 20 del 48», una caseta privada, pero de gente currante y que le encanta recibir a familiares y amigos. Y así sigue siendo… Por eso cada vez que escucho hablar del clasismo de la Feria de Sevilla yo me rebelo, porque aquí sí que se cumple eso de que «cada cual cuenta la Feria según le va». Es evidente que tienes más posibilidades de vivir una feria mejor si tienes caseta donde ir que si no la tienes. Lo mismo que si vienes de fuera de Sevilla y vives la feria sin conocer a nadie de aquí, pero si conoces a alguien que te acoja, seguramente vivas otra feria. También hay gente que tiene caseta y son unos aburridos: se limitan a comer y a beber como si estuvieran en un bar. Ni cantan, ni bailan, ni tocan las palmas, ni na de na. También los hay, sí.
Yo entiendo la feria de otra forma. Y afortunadamente mi familia también. Nos gusta cantar y bailar y formamos unas juergas bastante buenas. De sevillanas maneras. Así sí que se pasa bien. Cuando yo era más joven me he pegado unas ferias… de esas de estar hasta el desayuno del día siguiente con mis amigos y la que entonces era mi novia, mi Merchi… y al día siguiente otra vez a la carga. Acabábamos todos los días sin voz. Pero esto era cuando éramos jóvenes y se vivía la feria más de noche.
Vamos cumpliendo años y vamos cambiando costumbres: la feria es ya más de mediodía «hasta que el cuerpo aguante», aunque seguimos yendo todos los días, pues para eso tenemos caseta, y seguimos con nuestros cantes y bailes. Pero llega mi enfermedad y me para en seco: algo de cante, pero nada de baile ni de alcohol -esto último por decisión propia-. Ya no vamos todos los días, mi cuerpo no aguanta. Y llega la pandemia… y nos para a todos: dos años sin feria, 2020 y 2021. La retomamos el año pasado con ganas y este año parece que con más ganas aún, según los records ya comentados.
Mi padre me cedió su sitio como socio en la caseta antes de fallecer porque sabía que a mí me encantaba la feria. En aquellos años eran los propios socios los que decoraban la caseta, la desmontaban y la guardaban. Durante unos años se estuvo guardando en nuestro campo. Y yo iba siempre al montaje y a la guarda de la caseta, era de los más jóvenes de la reunión, pero me encantaba estar allí. Muchas vivencias y anécdotas de aquellos años, pero con el paso del tiempo las cosas van cambiando, hasta conseguir un casetero que se encarga de todo: mi amigo Javier Giráldez. Él con su equipo de gente se encarga del montaje, decoración, desmontaje y guarda de la caseta. Y además se encarga de llevar el ambigú de la caseta. No es porque lo diga yo, pues lo dice toda la gente que nos visita, pero en nuestra caseta se come muy bien y a un precio bastante razonable. Gracias Javier, Inma, Capea y cocineras -no me sé sus nombres- por lo bien que lo hacéis. ¡Enhorabuena!
Este año cumple Javier diez ferias con nosotros y quisimos tener un detalle con él el día del almuerzo de socios servido por él y su gente. Gracias, Javier. Gracias a ti podemos disfrutar de una magnífica caseta en la feria de Sevilla. Ojalá sigamos contigo y con tu equipo muchos años más…
Llevo muchos años en la Junta directiva de la caseta. Nos constituimos en Asociación y desde el mes de septiembre pasado soy el presidente de la Asociación «Los 20 del 48», o sea, el presidente de la caseta. Como me dice mi Merchi: «Te metes en todos los líos, miarma«. No somos 20 socios, eso era hace años; actualmente somos 30 socios, pero podemos decir que el nombre se quedó como marca: «Los 20 del 48». Agradezco a mis compis de Junta directiva todo el trabajo que han realizado durante todo el año, porque esto tiene muchos flecos y mi situación durante varios meses no ha sido la más propicia para dedicarme a esto. Así que gracias a Keka, Lola, Castro, Amparo y mi cuñado Joaquín. Una Junta directiva que cumple la paridad y que trabaja a tope para que nuestra caseta sea la que es.
De los ocho días que dura la feria, yo sólo he ido tres: el primero, el último y el miércoles de feria, que era fiesta local, y que estaba la Feria que no se cabía. Siempre he ido a mediodía y antes de las diez de la noche ya estaba en casa. Hay gente que dice que debemos volver al modelo de antes de feria de siete días, de lunes a domingo, con cena del pescaíto y alumbrao el lunes y fuegos artificiales el domingo, porque la feria se hace muy larga y no hay cuerpo ni cartera que lo aguante. Puede que esto sea así, pero yo creo que el cambio no acabaría con la pre-feria el fin de semana de antes ni conseguiría que el fin de semana de feria haya más gente en el Real, sobre todo, si hace buen tiempo, pues mucha gente se va a la playa. Al menos así lo pienso yo.
El sábado del alumbrao tuvimos el almuerzo de socios. En nuestra caseta cambiamos hace años la cena del pescaíto, cuando era el lunes, por almuerzo de socios el domingo antes. Y esto se hizo porque muchos de los socios eran personas mayores y les costaba llegar el lunes a la feria para una cena, pues todo el mundo se desplazaba a la feria a la misma hora. Y cuando se cambió el modelo de días de feria mantuvimos que fuera almuerzo, pero lo adelantamos al sábado, ya que el domingo era el primer día de feria. Y así seguimos, aunque es verdad que la media de edad de los socios ha bajado bastante. Este día pretendemos que sea «El día del socio», pues durante el almuerzo y la actuación del grupo que nos acompaña para amenizar la sobremesa sólo estamos el socio o socia y su acompañante. Disfrutamos de una magnífica comida gracias a Javier y a su equipo y lo pasamos genial:
Y puse en redes esto: mi mujer y mis hermanas cantando con mucho arte:
El miércoles de Feria había quedado con mi gente para hacer un almuerzo familiar en nuestra caseta. Y allá que fuimos…
A pesar del calor que pasamos -y eso que nuestra caseta tiene tres ventiladores de techo y dos aparatos de aire acondicionado portátil-, echamos un día estupendo. Comimos de lujo, cantamos lo que pudimos y bailaron ellas cuando se puso el grupo a cantar.
Y el sábado había que despedir la feria con familia y amigos. Hubo ausencias destacadas por diversas circunstancias, pero los que estuvimos lo pasamos muy bien. La Feria en general estaba más tranquila que los días anteriores, en la caseta había muy poca gente y hacía menos calor, por lo que estábamos bastante cómodos, la verdad. Y las fotitos que no podían faltar: con mi Merchi, con mis amigos Julio y Jesús y con el grupo de los que quedamos casi entero:
Había bastante sitio para poder bailar y así nos lo demostraron mi Merchi y mi hermana Chari, entre otros muchos bailes que hubo mientras actuaba el grupo:
Y hoy domingo, antes incluso de cumplirse veinticuatro horas de haber estado allí comiendo, bailando -las que bailaran- y pasándolo bien… puse en mis redes esto:
Ayer a esta hora estábamos cantando y bailando en nuestra caseta de la #FeriaSevilla23… y hoy… ya no está. La ciudad efímera. Y todo gracias a nuestro casetero Javier -y amigo- y a su gente. Queda menos de un año D.m. A seguir viviendo…#SomosImparables#yomecuropic.twitter.com/2zTlAlXqjm
Da pena, pero pensemos que queda menos de un año para que podamos disfrutar de la Feria de abril de Sevilla de 2024 y que todos estaremos allí, Dios mediante.
Y, para terminar, os dejo por aquí un montaje fotográfico que ha hecho mi Merchi de lo que ha sido nuestra Feria de Sevilla 2023. Un breve resumen en fotos:
Cuando uno tiene una enfermedad hematológica -como es mi caso-, oncológica o de otro tipo, normalmente se tiene que hacer muchas pruebas y del resultado de las mismas depende que uno vaya mejor o peor, que la enfermedad haya ganado terreno, lo haya perdido o se haya estancado. Estas pruebas pueden ser de muchos tipos: analíticas, radiológicas, neurológicas… Es como hacer un examen, pero para el que no hay que estudiar. Y esperar el resultado de ese examen es de lo peor que hay, porque se genera una incertidumbre difícil de controlar. Uno conoce su cuerpo y, más o menos, puede esperar un resultado favorable o desfavorable, pero siempre pueden aparecer sorpresas inesperadas.
Centrándonos en mi caso… como ya he contado muchas veces, yo tengo un mieloma múltiple desde hace más de cinco años, un tipo de cáncer de la sangre que, de momento, sigue catalogándose como incurable -aunque yo sea el pesao del #yomecuro-. Afortunadamente cada vez hay tratamientos más novedosos e innovadores que frenan al mieloma, pero al ser una enfermedad tan personalizada -lo que vale para un paciente puede no valer para otro- en ocasiones hay que ir probando distintos tratamientos para controlar la enfermedad y muchas veces haciéndolo dentro de un ensayo clínico.
Yo no he podido hacerme trasplante de médula, lo intentamos dos veces en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y no pudo ser, porque en el mes previo al trasplante, que había que estar sin tratamiento, la enfermedad se venía arriba y era para nada hacer el trasplante autólogo, de mis propias células previamente extraídas por aféresis y congeladas. Por tanto, mis tratamientos han tenido que ser a base de fármacos, que unas veces tomaba por vía oral, otras veces me lo ponían por vía intravenosa conectado a una máquina de perfusión -tenía un PICC en el brazo- y otras veces era por vía subcutánea -pinchazo en la barriga-.
Así siete líneas de tratamiento distintas, entre Sevilla y Salamanca, algunos tratamientos convencionales y otros de ensayos clínicos. Tratamientos que han ido funcionando durante varios ciclos, hasta que la enfermedad vuelve a asomarse. El tratamiento que más me ha durado ha sido el último que he tenido antes de ponerme las células CAR-T, aunque espero y deseo que este sea todavía mejor. Ese tratamiento fue el del anticuerpo biespecífico Talquetamab, que me lo ponía quincenalmente junto al Daratumumab -este de forma mensual- y ambos de forma subcutánea. Este tratamiento me duró veintidós ciclos, hasta finales de noviembre pasado. Y a mediados de enero… la infusión de las CAR-T.
Hoy se cumple el día +98 tras dicha infusión. Han pasado más de tres meses y podemos decir que me encuentro muy bien. Solo sigo teniendo secuelas del tratamiento anterior, como son los problemas del habla -sigo hablando mal- y los problemas de piel: muchos picores y piel seca. Pero ambos problemas me los trataré con los especialistas correspondientes y espero mejorar de las dos cosas, lo mismo que he vuelto a aprender a andar -todavía muy poco- y a ver con mis ojos como nunca he visto en mi vida -sólo uso gafas para el cerca-.
Al cumplirse los tres meses de la infusión de las CAR-T tocaba una revisión completa en el Hospital de Salamanca, que es donde me la hicieron. Analítica completa de sangre y orina, aspirado de médula, PET-TAC y consulta con mi hematóloga. Todo esto lo hice la semana pasada y lo conté por aquí en el post anterior, aunque faltaban los resultados de las pruebas, que es lo importante.
Lo que antes se conocen son los resultados de las analíticas y del aspirado de médula y ambos estaban bien, según me comunicó mi hematóloga, la doctora Mariví Mateos, a finales de semana. Esto más o menos me lo esperaba así, porque las analíticas anteriores habían dado buenos resultados y los aspirados de médula también. Mi enfermedad es más extramedular, es decir, está más fuera de la médula y, por tanto, me afecta al tejido óseo, por lo que mi verdadero examen es el PET-TAC, la prueba radiológica que te recorre el cuerpo entero para ver cómo de afectados están los huesos. El informe de esta prueba tarda algo más, por lo que la incertidumbre mientras esperas este resultado vuelve a aparecer. Pero ayer por la tarde afortunadamente pude poner esto en mis redes:
Así que podemos decir que este examen lo hemos aprobado. Y con nota. Esperemos que dure y ya veremos cómo seguimos… Confianza plena en mi hematóloga. Estoy en las mejores manos posibles y, por supuesto, haré lo que ella me diga. Me tengo que acostumbrar a eso de no viajar cada quince días a Salamanca, pues es lo que venía haciendo hasta hace bien poco.
De momento, vamos a intentar disfrutar hoy de la Feria de Sevilla con mi familia, que para eso nos enseñaron nuestros padres a ser feriantes y a pasarlo bien en nuestra caseta «Los 20 del 48», de la cual ahora mismo, por circunstancias de la vida, soy presidente. Como dice mi Merchi: «Desde luego que te metes en todos los líos, Juanma». Y yo le digo: «Si tú no me ayudaras y no sintiera tu apoyo, ten por seguro que no lo haría».
Empiezo a escribir estas líneas desde el hotel Silken Rona Dalba, donde nos solemos alojar mi Merchi y servidor cada vez que tenemos un #SalamancaOnTour. Y lo hago usando mi móvil, ya que aquí no tengo ordenador.
Son las 15:30 horas del jueves 20 de abril y a estas horas tendríamos que estar mi Merchi y yo volviendo a Sevilla, pero a veces las cosas no salen como uno cree y ocurren situaciones que hacen que todo cambie. Y esto es lo que ha pasado hoy pero, como siempre, empecemos por el principio.
Esta semana tocaba hacerme unas pruebas y tener consulta de Hematología en el hospital de Salamanca, lo que nosotros llamamos un #SalamncaOnTour. Salimos de Sevilla el miércoles a las 10 de la mañana, conduje yo todo el tiempo paramos a almorzar en Jarilla, en el Hostal Asturias, como hacemos siempre… y llegamos al hospital de Salamanca en torno a las 15:30. Allí nos recibió Mayte, una de mis enfermeras crack que, tras pesarme, me hizo la extracción de sangre y, como vio al tomar las constantes que la temperatura estaba en 37°, me hizo una prueba adicional para detectar posibles infecciones.
Mi hematóloga de referencia, la doctora Mariví Mateos, estaba en un despacho y había dejado avisado para que cuando yo llegara le avisaran para verme en consulta. Y así lo hicimos… Una vez que me hicieron las pruebas que tocaban, Mariví me preguntó cómo estaba, le dije que mi estado general era bueno, salvo los problemas del habla y los picores que ya conocemos. Mientras hablábamos vio que el resultado de mi analítica del Laboratorio estaba en parte; el hemograma estaba bien y faltaba lo demás, que lo vería Bea, otra de mis hematólogas, el día siguiente. Agradecimos a Mariví su interés y su cercanía, nos despedimos de ella y abandonamos el hospital.
Como hacía una temperatura agradable, cuando recogimos el coche del aparcamiento del hospital, decidimos dejar la maleta en el hotel y dar un paseo por el entorno de la Plaza mayor, nos hicimos la fotito de rigor y nos volvimos al hotel para descansar del viaje y estar preparado para todo lo que quedaba el día siguiente: aspirado de médula, consulta con Hematología y un PET-TAC.
Un poco antes de las nueve de la noche me llama el amigo Matías para preguntarme cómo me encuentro y,.mientras estoy hablando con él por teléfono, veo que recibo un SMS con esta mala noticia:
La verdad es que este positivo me sorprendió mucho pues, aunque llevara varios días con algo de mocos y tos, no he tenido fiebre en ningún caso, ni mal cuerpo, ni nada que hiciera parecer que tendría covid… pero lo tenía por tercera vez… y eso que estoy vacunado cinco veces.
Como no sabía qué hacer, al poco tiempo me llama mi hematóloga Mariví y me dice que vaya a Urgencias del Hospital para que allí me den un medicamento -Paxlovid- y que iba a gestionar el día siguiente. Me vuelve a llamar al rato para decirme que el aspirado de médula me lo harán a la hora prevista -las 9 de la mañana- en una habitación aislada y con mascarilla FPP2. Y que el PET-TAC también me lo harían, pero sería el último del día, aunque me lo confirmarían al día siguiente.
Y mi Merchi y yo cogimos un taxi -gracias a María José por llamarlo desde la Recepción del hotel- y nos fuimos a Urgencias. Allí ya se sabe: Admisión, Espera, Triaje, más Espera… y consulta. Mariví ya había contactado con el hematólogo de guardia, que era Borja, al que también conocíamos de antes. La verdad es que fue todo más ágil una vez que pasamos por Triaje y explicamos el problema. Y puse en mis redes esto:
Pues la 1ª parte del #SalamancaOnTour no acabó del todo bien. Vuelve la pulsera blanca a mi muñeca. Volvemos a Urgencias. Vuelve el positivo chungo. Vuelve el #MCESPM Pero… ¡qué bien nos tratan aquí! Ya en el hotel. Mañana más… A seguir viviendo…#SomosImparables#yomecuropic.twitter.com/T3XA4RpD32
Al llegar a consulta estaban Borja y Elena, a la que también conocíamos de mi último ingreso. Hematólogo y hematóloga cracks, que nos ayudaron mucho y con los que entablamos una agradable conversación. Me hicieron una placa del pecho para descartar un problema mayor y, una vez que vieron que en la radiografía no se veía nada raro, me entregaron la caja del medicamento, me dieron las instrucciones de cómo tomarlo y nos despedimos de ellos.
Nota intermedia: Llega la hora de ir de nuevo al hospital para hacerme el PET-TAC, así que en este momento dejo de escribir. Termino este post la tarde del viernes desde mi encierro en casa, ya en Sevilla.
Cuando llegamos el jueves por la mañana al hospital, nos dirigimos a la Unidad de Ensayos clínicos y le dijimos a Emi, que estaba en la Recepción como siempre, que había quedado con Rosana, otra de mis enfermeras cracks, a las 9:00 para hacerme el aspirado de médula en una habitación aparte. Todo fue muy rápido. Me hizo el aspirado Raúl, otro hematólogo al que ya conocía de antes, con la ayuda de Rosana. El aspirado de médula es una prueba nada agradable, pues te pinchan en el esternón o en la cadera -en mi caso fue en la cadera- hasta llegar al interior del hueso y sacar líquido de la médula. Como siempre digo, parece que te sacan el alma porque, aunque te pongan anestesia, suele doler y además se tiene esa sensación de sacarte algo de tus entrañas.Y eso que Raúl lo hizo estupendamente, pues lo hizo bastante rápido y me dolió poco, la verdad.
Al poco tiempo viene a la habitación Bea, otra de mis hematólogas, y me dice que los resultados de la analítica están bien, por lo que quedamos pendientes de los resultados de este aspirado de médula y del PET-TAC que estaba pendiente por hacer. Es Elena, una de las coordinadoras de ensayos, quien nos confirma que me haré el PET-TAC esa misma tarde, pero sería el último de la jornada, a las 18:30.
Como la prueba del PET-TAC dura unas dos horas, se nos iba a hacer muy tarde para volvernos a Sevilla. Además, ¿qué hacíamos hasta las 18:30 si eran las 10:30 de la mañana? Así que decidimos Merchi y yo quedarnos un día más en Salamanca, pero ya nos había avisado por la mañana Rocío, recepcionista del hotel donde nos quedamos, que estaban completos, pues habían diversos campeonatos y estaban todas las habitaciones ocupadas. De todas formas nos dijo que si nos íbamos a quedar la llamáramos, pues intentaría buscarnos un alojamiento. Y eso hicimos: cuando decidimos quedarnos, llamamos a Rocío y, una vez que hizo las gestiones necesarias, nos dijo que podíamos quedarnos en su hotel y además en la misma habitación de siempre, la 007. ¡Qué crack!
Llegamos al hotel de nuevo, le dimos las gracias a Rocío, hablamos un rato con ella y, como yo tenía que estar seis horas en ayunas antes del PET-TAC, me quedé en la habitación descansando y empezando a escribir esto. Merchi sí salió a comer algo. Por la tarde nos fuimos de nuevo al hospital para hacerme la prueba que faltaba, el PET-TAC.
Ya me he hecho bastantes veces esta prueba, la que yo llamo «el examen», pues es la que te dice cómo está el tejido óseo, cómo están los huesos de mi cuerpo serrano que, en mi caso, es donde más ataca el mieloma cuando está activo. Esperemos que no lo esté y que no haya hecho ningún daño en mi esqueleto. Llega el momento de la incertidumbre de esperar los resultados. Mi hematóloga me dijo que me llamaría cuando estén. Así que toca esperar…
Esta prueba consta de dos partes: una primera en la que te ponen un líquido por vía intravenosa para el contraste. Una vez pinchado este líquido hay que estar casi una hora encerrado en una habitación y tumbado en un sillón para que haga su efecto. Una hora en la que te da tiempo a pensar en muchas cosas, porque no se puede usar móvil ni nada. La segunda parte es la prueba radiológica en sí: te tumbas en una plataforma, te amarran los brazos al cuerpo, te dicen que no te muevas y un rosco empieza a recorrer tu cuerpo desde los pies hasta la cabeza. Unos cuarenta minutos que parecen ochenta. Uno ya tiene sus trucos después de haberse hecho tantas veces esta prueba para que el tiempo pase lo más rápido posible: rezo mucho, me acuerdo de mi gente, de los que están y de los que no están; pienso en lo que voy a escribir en mi blog… hasta compuse la letra de unas sevillanas que espero poder estrenar en algún momento esta próxima Feria de Sevilla.
Terminamos sobre las 20:30, ya estábamos bastante solos en el hospital y nos fuimos directamente al hotel. Nos recibió María José -otra de nuestras recepcionistas crack-, la saludamos y hablamos un poco con ella. Yo quería ver el partido de Europa League que jugaba el Sevilla FC frente al Manchester United en el Sánchez-Pizjuán. Tenía activado mi carnet de socio para este partido, pero las circunstancias han impedido que pudiera ir. Me tuve que conformar con verlo en el móvil en la habitación del hotel. Y disfruté. ¡Vaya si disfruté! Ambientazo total en Nervión y mejor partido de la temporada. Ganamos 3-0 y ya estamos en semifinales frente a la Juventus. Espero poder ir el próximo 18 de mayo al Sánchez-Pizjuán para el partido de vuelta. Dios quiera que sí. Me alegraste el día, Sevilla FC.
Y a las doce de la noche ya era viernes, ya era 21 de abril y, por tanto, era el cumpleaños de mi Merchi. Puse esto en mis redes y durante todo el día no ha parado de recibir felicitaciones y mensajes cariñosos. Sois la caña, de verdad.
Ya por la mañana dejamos el hotel, nos despedimos de Raquel, que estaba en la Recepción, cogimos nuestro coche y emprendimos camino a Sevilla. Sólo paramos para desayunar y para echar carburante al coche. Al llegar a casa puse esto en mis redes:
Y tras 480 kms del #SalamancaOnTour… ya en Sevilla, en casa, con nuestra gente. Y yo recluido en mi habitación… pero recibiendo mucho cariño y apoyo. Como me haga mañana un test y me dé negativo… voy a la comida de socios de mi caseta. ¡He dicho!#SomosImparables#yomecuropic.twitter.com/mdDmt1Lp2y
Gracias a tanta gente que nos ayudan: en el hotel: a Rocío, María José y Raquel; en el hospital: a mis hematólogas Mariví, Bea y a mi hematólogo Raúl, que me hizo el aspirado de médula; a mis enfermeras cracks Patri, María, Balbi, Mayte, Rosana, Mey (y Marta, que no la vi); a Elena, coordinadora de Ensayos; a Emi, que estaba en Recepción y a Alicia, mi amiga que deja como los chorros del oro la Unidad de Ensayos y que no pudimos ver en esta ocasión, aunque sí pudimos saludar a su marido en la Cafetería del Hospital. Y gracias también a la gente de Medicina Nuclear que, aunque no me sé sus nombres, también me atendieron de maravilla.
Y mención aparte merece mi Merchi, que el día de su cumpleaños se ha pasado toda la mañana volviendo de Salamanca a Sevilla. Pero ella es así… es tan buena que ni eso le pesa… Siempre a mi lado… Un nuevo #SalamancaOnTour junto a ella… y que sean muchos más.
Ayer tocó disfrutar. Y algunos me diréis: «¿Y cuándo no disfrutas, miarma? Si no paras…» (Lo de miarma lo dirás sólo si eres de Sevilla). Es verdad, me lo decís mucho: por las redes y presencialmente. Que si la Semana Santa, que si paseos con la Talquita, que si el coro, que si asistencia a conciertos, que si ahora viene la Feria de Sevilla… Pues sí, seguramente tengáis razón, pero lo único que intento hacer es vivir y disfrutar de la vida, sin hacer locuras, claro está. Tengo muy claras las limitaciones que tengo e intento no ir más allá de lo que puedo hacer. Y soy consciente de que sigo siendo una persona dependiente y, por tanto, para algunas cosas necesito la ayuda de alguien, normalmente de mi Merchi, que siempre está a mi lado. Pero afortunadamente cada vez voy avanzando más y voy siendo más autónomo, aunque esto es un proceso lento y vamos poco a poco. No se trata de forzar las situaciones, pero lo que sí os digo es que por mí no va a quedar, esto es seguro. Dios quiera que sigamos así, siempre mejorando y con la enfermedad controlada.
Esto ya lo he dicho muchas veces, pero lo voy a decir una vez más: una de las cosas que me ha enseñado mi enfermedad desde que la tengo hace más de cinco años es que hay que disfrutar de los momentos buenos que te ofrece la vida… que los momentos malos vienen solos y te mandan a la cama. Y en esas estamos, me grabé a fuego esto en mi cabeza e intento cumplirlo siempre que puedo, con la ayuda de mi gente, está claro.
Y, como digo al principio, ayer tocó disfrutar. Fui con mi Merchi al concierto de la gira despedida «Tour + abrazos» de El Arrebato en Fibes. Un auditorio completamente lleno, con todas las entradas vendidas -el aforo es de más de tres mil personas, creo- y puedo decir sin temor a equivocarme que todos los que estuvimos allí disfrutamos… y mucho.
Sold out = Todo vendido. Entradas agotadas
Creo que es la tercera vez que Merchi y yo vemos a Javier Labandón «El Arrebato» en concierto y no nos cansamos. Yo me considero fan absoluto de El Arrebato, y no porque sea el autor del himno del centenario del Sevilla FC que cantamos la afición cada quince días en el Sánchez-Pizjuán y que tanto gusta, hasta a gente que pasa del fútbol o que son de otros equipos -hasta amigos béticos me lo han dicho-. Está claro que este himno me encanta, pero soy fan suyo por el «buen rollo» que transmite en todas sus letras y sus canciones. Le he escuchado a alguien decir que El Arrebato es uno de los máximos representantes del «buenismo». Es evidente que, como todo ser humano, tendrá días mejores y peores, pero lo que transmite siempre es positivismo, agarrarse a la vida y disfrutar de las cosas bonitas de la vida. Yo estoy en su línea y, a otro nivel, intento transmitir lo mismo.
No conozco personalmente a El Arrebato, aunque a través de un amigo común conseguí su permiso para que su tema «Gente luminosa» fuera el tema principal del EABE23, el himno de este evento educativo que celebramos hace casi un mes en Sevilla, en cuyo equipo organizador estaba metido, aunque pude ayudar más bien poco debido a mi prolongada estancia en Salamanca para el tratamiento de las CAR-T. Un evento educativo que tenía por lema «Imparables: educación, vida y futuro» no podía tener otro himno. Gracias, Javier. Y te aseguro que tu «Gente luminosa» sonó muchísimo mientras duró el evento.
Si pinchas en la siguiente imagen podrás disfrutar del «Gente luminosa» interpretado ayer por El Arrebato:
Impresionante la banda que acompaña a El Arrebato en el concierto y el chico y la chica que hacen los coros. Ella incluso cantó una canción a dúo con El Arrebato que estuvo genial. También hicieron dúos Manuel Lombo, que cantó unas sevillanas conocidas y María Toledo, que cantó junto a El Arrebato el «Durmiendo en tu ombligo», que originariamente grabó con Vanessa Martín.
María lo hizo muy bien y en las palabras que nos dirigió al público nos dijo que había conocido a pocas personas como Javier Labandón «El Arrebato», al que la fama no se le había subido a la cabeza y seguía siendo el mismo de siempre. Él nos dijo que lleva veinte años en la música, que empezó proviniendo de un barrio humilde de Sevilla, el Barrio Santa Teresa, un barrio de casitas bajas junto al Cerro del Águila. Y que poco a poco ha ido creciendo, sin olvidar nunca de dónde provenía. Y, tras cantar en himno del Sevilla FC, se despidió con un «¡Viva Sevilla!, ¡Viva la provincia de Sevilla!, ¡Viva Andalucía!… y ¡Viva la madre que nos parió!
Si pinchas en la siguiente imagen podrás disfrutar del «Himno del centenario del Sevilla FC» interpretado ayer por El Arrebato:
Y mi Merchi y yo disfrutamos… ¡Vaya si disfrutamos! Gracias por todo lo que nos ofreces y nos transmites, Javier. Esperando ya el próximo concierto en Sevilla… Y volvimos a ser guerreros por la libertad…:
Para terminar os dejo el vídeo de la canción «Aquí me tienes», cuya letra parece que la escribió pensando en que me la cantara mi Merchi. ¡Qué cosa más bonita!
Yo digo lo mismo: «Aquí me tienes», por si te puedo ayudar en algo, por si crees que mi experiencia te puede ayudar… Algo que vengo haciendo hasta ahora, a través de este humilde blog, de mis redes sociales, de mis libros, de las iniciativas solidarias que se me ocurren o del programa de radio que tuvimos, llamado «La voz de los imparables» y que esperemos poder recuperar en un futuro próximo. Lo dicho… ¡aquí me tienes!
¡Qué verdad es ese refrán que dice que «Cada uno cuenta la feria según le va»! Y esto lo podemos trasladar a la Semana Santa, porque uno ha podido leer de todo en las redes sociales. Hoy es Lunes de Pascua y ayer se acabó la Semana Santa de 2023, por lo que es momento de hacer balance de cómo ha transcurrido todo, aunque cada uno, como he dicho antes, lo habrá vivido de una forma distinta.
Lo que es un dato objetivo es que ha sido una Semana Santa plena en Sevilla, pues han podido salir todas las cofradías y hemos podido disfrutar de los pasos en la calle. No ha habido chaparrón ni pandemia que lo haya impedido. Y bien que lo necesitábamos… ¡Lo tranquilos que han estado estos días los meteorólogos y la gente de la AEMET!
La Semana Santa que yo he vivido es una, que puede que no tenga nada que ver con la que has vivido tú, seas cofrade o no. Yo soy cofrade, muy cofrade, de siempre, aunque no tanto como mi Patri y mi yerno Alberto. Estos dos me ganan por goleada. Lo que también es cierto es que ahora yo estoy limitado de movimientos, tengo movilidad reducida debido a mi enfermedad, por lo que no puedo pegarme los lotes de andar que me pagaba antes, y menos aún con la cantidad de gente que había por las calles todos los días. Gente de aquí y turistas… Mucho turismo, tanto nacional como extranjero. Al menos esa es la sensación que yo tengo. ¿Sevilla está de moda? ¿Le están quitando el centro de Sevilla a los sevillanos? Siempre ha venido gente de fuera a ver la Semana Santa de Sevilla porque tiene fama en el mundo entero -¡por algo será!-, pero me da a mí la impresión de que este año se ha desbordado todo un poco.
Hay dos temas polémicos por delante de otros: las sillitas de la gente y los paneles de la carrera oficial. Estos últimos se dice desde el Ayuntamiento y el Consejo de Cofradías que se han puesto como medida de seguridad, para que la gente no se pare a ver los pasos mientras están pasando por la carrera oficial. Me parece bien si se trata de una medida de seguridad pero, en mi opinión, habría que revisarla porque hay sitios donde no se interrumpe el paso de la gente y hay paneles. Por ejemplo, en la plaza Virgen de los Reyes cuando salen los pasos de la Catedral. Esto da la sensación de dar una Semana Santa en exclusiva a los que tienen silla en la carrera oficial. Y algunos dirán: «Pero es que las cofradías se pueden ver en otros sitios que no sea la carrera oficial». Y yo le digo: «El Santo Entierro Grande no». Sólo se juntaron todos los pasos y el cortejo completo en la carrera oficial.
Y lo de las sillitas es un problema que se viene viendo desde hace años. No estoy en contra del uso de las sillitas -de hecho, yo las he usado-, pero hay que hacerlo bien. Hay mucha gente que se pone con su silla en una esquina o en un sitio de paso de la gente que necesita moverse y escuchan eso de «Por aquí no pasas, que llevo esperando nosecuanto tiempo y ya estoy harto/a de que no pare de pasar gente por aquí». Se trata de civismo y educación, como en tantas cosas de la vida.
¿Y mi Semana Santa cómo ha sido? Podemos decir que ha sido buena porque, dadas mis limitaciones físicas, demasiado he visto. Y ha sido gracias a la ayuda de mucha gente, a la que le agradezco cada uno de los detalles que ha tenido conmigo.
Para mí la Semana Santa no empieza el Domingo de Ramos, sino que empieza antes y todo lo he contado por aquí, desde la procesión de Amor y Bondad en Sevilla Este del sábado antes de Semana Santa hasta que el Sábado Santo vimos a la Soledad de San Lorenzo. Al Señor Resucitado ya no fuimos a verlo porque estábamos cansados.
He salido de nazareno dos veces. La primera el Sábado de Pasión con mi Hermandad de San José Obrero. Iba con mi Talquita y ya pudimos comprobar que sería una Semana Santa de mucha gente en la calle. La segunda vez salí de nazareno la Madrugá en mi Hermandad de Los Gitanos gracias a mi amigo Carri, que soltó su cruz con la que suele salir detrás de la Virgen de las Angustias y, a cambio, empujó mi silla de ruedas todo el camino. Después de la Catedral se incorporó su hijo Pablo, que ayudó en esta tarea. Los últimos metros del recorrido los hice andando empujando mi silla de ruedas vacía, como hice el año pasado.
Con mi Merchi he ido al centro tres veces: Martes, Miércoles y Sábado Santos. Y hemos ido porque los tres días teníamos silla asignada. El Martes Santo nos invitó nuestra amiga Sonia y el Ayuntamiento de Sevilla a ver las cofradías desde los palcos del Ayuntamiento. Era la primera vez que íbamos y la verdad es que fue toda una experiencia. Miércoles y Sábado Santos teníamos asignadas unas sillas junto a la Giralda, en la calle Carlos Amigo. Sillas que el Ayuntamiento sortea entre las personas discapacitadas y de movilidad reducida que lo solicitan. Lo solicité en su momento y tuve la suerte de que me tocaron estos dos días. Perfectamente atendidos estuvimos allí por personal de Cruz Roja y pudimos ver todas las cofradías y pasos del Santo Entierro Grande que al salir de la Catedral giraban a la izquierda.
El resto de días vimos la Semana Santa en la tele. Es una suerte tener tres canales locales que la transmitían: 7TV, 101TV y PTV, más los canales que transmitían a través de Youtube. Transmitían en directo desde distintos puntos -entradas, salidas, carrera oficial, sitios de interés…-. Y por las mañanas repetían lo del día anterior. O sea, oferta había y el que no quería ver Semana Santa era porque no quería.
Gracias a nuestro amigo taxista Alfredo que nos ha llevado los tres días al centro, gracias a Sonia y al Ayuntamiento de Sevilla por permitirnos disfrutar de una magnífica experiencia. Gracias a mi amigo Carri por empujar mi silla de ruedas y por acompañarme en la estación de penitencia de nuestra Hermandad de los Gitanos. Gracias a todos los nazarenos, costaleros, capataces y músicos que han tenido algún detalle con nosotros -que no han sido pocos-.Y, sobre todo, gracias a mi Merchi por estar siempre a mi lado.
Hemos creado un álbum digital de fotos que hemos compartido la familia con más de 500 fotos y vídeos. Ahí hay para entretenerse… SALUD y ESPERANZA… mucha ESPERANZA.
Y estamos a 12 días para que empiece la Feria de abril de Sevilla… ¡Casi na!
Se nos presentaba por delante un Sábado Santo distinto y muy apetecible, pues además de las hermandades habituales -entre ellas mi Hermandad de la Trinidad- su unía un Santo Entierro Grande, algo que no ocurría en Sevilla desde 2004, y el anterior fue en 1992 con motivo de la Expo92. Parece que hay una regla no escrita que dice que aproximadamente cada veinte años se celebre un Santo Entierro Grande. En el mismo se representa la pasión y muerte de Jesucristo con distintos pasajes representados por distintos pasos sevillanos en orden cronológico. En esta ocasión serían quince, en este orden:
La oración en el huerto, de Montesión;
El beso de Judas, de la Redención;
Jesús ante Caifás, de San Gonzalo;
Jesús es azotado, de Las Cigarreras;
La burla, de El Valle;
La sentencia, de La Macarena;
Jesús coge la cruz, de La Paz;
Camino del Calvario, de Pasión;
La calle de la amargura, de La Amargura;
La tercera caída, de La Esperanza de Triana;
Jesús es crucificado, de La Exaltación;
La conversión del buen ladrón, de Montserrat;
La expiración, de El Cachorro;
La muerte, de El Calvario;
El descendimiento, de La Quinta Angustia.
Pero, como siempre, empecemos por el principio. La mañana del sábado amaneció con un sol radiante, como ha ocurrido todos los días de esta Semana Santa en Sevilla. Afortunadamente en estos días los meteorólogos han vivido tranquilos porque ningún día ha habido amenaza de lluvia, por lo que hemos podido ver una Semana Santa plena, con todos los pasos en la calle. Como el tiempo estaba bueno, yo empecé la mañana dando el paseo con mi Talquita y puse en mis redes esto:
Para evitar cortes de tráfico y poder acercarnos al centro lo máximo posible, quedamos pronto con Alfredo, amigo taxista que nos ha hecho el favor de recogernos y acercarnos hasta la Plaza Nueva cada vez que hemos ido al centro a ver cofradías: Martes, Miércoles y Sábado Santos. Gracias, Alfredo, nos has ayudado mucho.
Quedamos a las 15:15 en casa y llegamos al centro antes de las cuatro. En esos momentos estaba pasando por la calle Granada, junto al Ayuntamiento, la Hermandad del Sol. Ya aprovechamos y la vimos, ya que desde el sitio que teníamos asignado no podríamos verla en condiciones, ya que al salir de la Catedral tiraría para la derecha.
Era el segundo día que teníamos asignado un sitio según el sorteo que ha hecho el Ayuntamiento de Sevilla para personas discapacitadas y con movilidad reducida, como es mi caso. El sitio está muy bien, está en la calle Carlos Amigo, a los pies de la Giralda, y desde ahí se pueden ver todas las cofradías que al salir de la Catedral tiran para la izquierda. Ya estuvimos allí el Miércoles Santo, lo disfrutamos mucho y lo conté por aquí.
Ayer, Sábado Santo, menos la cofradía del Sol y algunos pasos del Santo Entierro Grande, todo lo demás pasaba por delante nuestra. Los Servitas, mi Hermandad de la Trinidad -qué alegría poder saludar a tanta gente conocida: mis amigos José Luis y Sergio y mi amiga Suli, que iban de nazarenos, mi exalumna María, que iba de acólita y los capataces Juanma y Julián, del Cristo de las Cinco Llagas y de la Virgen de la Esperanza, respectivamente-. A todos les deseamos mi Merchi y yo una feliz estación de penitencia y todos se alegraron de verme tan bien. Esperemos seguir así… Esperanza, mucha ESPERANZA.
Después pasaron por delante nuestra seis de los pasos que formaban parte del Santo Entierro grande, con sus respectivos cortejos -llevaban un máximo de 36 nazarenos cada uno-. Vimos El Valle, el Sentencia, Pasión, la Amargura, la Exaltación y el Calvario.
Mi Merchi hizo muchas fotos, que hemos incorporado al álbum digital familiar que tenemos compartido. Un álbum con más de 400 fotos, señal de que hemos disfrutado de una magnífica Semana Santa.
Ya sólo nos faltaba por ver el Santo Entierro y la Soledad de San Lorenzo que, a pesar de su solemnidad, llevaba muchos niños en su cortejo. En el Santo Entierro iba la representación de cada hermandad, con el estandarte y cuatro varas. Entre los componentes de la representación de mi Hermandad de San José Obrero estaban mi cuñado Jesús, mi sobrina Nerea y mi sobrino Manu.
Y hasta aquí llegamos. Muchas cosas que agradecer. Muchas personas a las que transmitir mi agradecimiento. Tocaba disfrutar de la Semana Santa de Sevilla y creo que lo hemos hecho. Con las limitaciones que tengo, pero el disfrute ha sido máximo. Y mi Merchi siempre a mi lado. Lo mejor que me ha pasado en mi vida ha sido elegirla como esposa y compartir mi vida con ella, sin duda. Queda menos de un año para que sea Semana santa otra vez. En 2024 el Domingo de Ramos será el 24 de marzo. Contando los días…
Escribo estas líneas la mañana del sábado. Un Sábado Santo que se presenta espectacular con el Santo Entierro Grande, aunque no sé si vamos a caber por las calles, porque he escuchado por ahí que hasta van a venir muchos autobuses con gente de fuera para disfrutar de este día en Sevilla. Pero no podemos olvidar que hoy salen otras hermandades, entre ellas mi Hermandad de la Trinidad. Si Dios quiere, la veré junto a mi Merchi a los pies de la Giralda, porque hoy también tenemos silla en aquella zona que el Ayuntamiento de Sevilla tiene reservada para personas con discapacidad y que asigna por sorteo. Este año he tenido suerte y me tocó el Miércoles Santo, que ya os conté por aquí, y hoy Sábado Santo, que os contaré por aquí en un próximo post.
El Jueves Santo lo comencé tempranito, pues había quedado con mis amigos de siempre -Casti, Jesús, Coli y Francis- para cumplir una de las tradiciones que venimos haciendo durante años: ver en sus respectivos templos a la Macarena y a Los GItanos y compartir un desayuno. Un año más lo cumplimos… y los que nos quedan, si Dios quiere.
Vino a recogerme a mi casa Casti con su coche, hasta ahí vinieron Coli y Jesús y por el camino recogimos a Francis. Nos dirigimos a la Basílica de la Macarena, que abría a las nueve de la mañana, llegamos un poco antes y ya había una cola importante. Pero en cuanto abrieron las puertas de la Basílica la entrada fue ágil y pudimos ver al Señor de la Sentencia y a la Macarena. Impresionantes ambos en sus pasos.
De ahí cogimos el coche y nos fuimos al templo de Los Gitanos, el cual abría a las diez. Como todavía faltaba tiempo, desayunamos antes en un bar cercano y allí me encontré con mi amigo Pepe, que estaba con su mujer y con su hijo Joaquín. A ambos nos encantó vernos, pues ha sido mucho el tiempo que no nos veíamos tras coincidir durante meses haciendo los dos rehabilitación con nuestra fisio Bea en el Hospital Macarena. Y muchos caminos de ambulancia compartidos, sobre todo de vuelta, pues a Pepe lo dejaban antes en Valdezorras y después me dejaban a mí en Sevilla Este. ¡Gran persona y gran amigo Pepe! Tenemos que seguir, amigo…
Una vez que desayunamos -gracias por la invitación, Francis- fuimos al templo de mi Hermandad de Los Gitanos y allí estaban preciosos mi Señor de la Salud y mi Virgen de las Angustias, a la que acompañaría detrás de su paso la siguiente madrugá, haciendo estación de penitencia en mi silla de ruedas, empujada por mi amigo Carri. En el templo pude hablar con el Secretario de la Hermandad, Curro, al que le di las gracias por las facilidades que me dio una vez más para sacar mi papeleta de sitio. Y también hablé con el Hermano Mayor, José María Flores, al que le dije que yo era quien le saludó el Sábado de Pasión cuando iba con mi Talquita haciendo estación de penitencia con San José Obrero. Nos despedimos deseándonos mutuamente una feliz estación de penitencia la próxima madrugá. Aquí se dice «madrugá» y no madrugada. Hasta lo dice un salmantino:
Esta magnífica mañana de Jueves Santo la resumí en este tuit:
Me dejó Casti en casa y tocaba descansar el resto del día porque por delante tenía una noche completita. Tenía que hacer estación de penitencia un año más con mi Hermandad de los Gitanos. Dada mi antigüedad como hermano -me hicieron hermano cuando me bautizaron, a los diecisiete días de nacer, algo que le agradezco enormemente a mis padres. Besos al cielo-, en los últimos años que he salido de nazareno -hasta 2017- siempre he ido en el último tramo de Virgen. En 2018 y 2019 no pude salir por culpa de mi enfermedad. En 2020 y 2021 no pudo salir nadie porque no hubo Semana Santa por culpa de la pandemia. En 2022, el año pasado, mi amigo Carri, que salía con su cruz detrás de la Virgen me propone una cosa, ya que vio las ganas que yo tenía de salir, pero mi poca movilidad no me lo permitía. Me propone que él dejaba su cruz a cambio de empujarme a mí en mi silla de ruedas en el mismo sitio en el que iba a ir, es decir, detrás de Ella. Me encanta la idea y le agradezco de corazón su ofrecimiento, pero esto es algo que tenemos que hablar con la hermandad. Y eso hicimos, le mandé un primer correo a Curro, secretario de la Hermandad, explicándole la propuesta; me dice que trasladará la propuesta al Diputado mayor de gobierno y a los pocos días me manda un nuevo correo diciéndome que no había problemas, así que propuesta aceptada. Y así lo hicimos. Y así lo disfrutamos. Y así lo conté por aquí.
Y este año igual. Hicimos lo mismo. Una estación de penitencia detrás del paso de la Virgen de las Angustias en mi silla de ruedas empujada por mi amigo Carri. Después de la Catedral nos acompañó su mujer Noelia y su hijo Pablo, que estuvo un buen rato empujando la silla. Gracias a ambos. También se pasó a vernos un rato mi Merchi y mi Patri. Y mi hermana Chari, aunque ella fue desde la catedral acompañando a mi sobrina Ángela, que hizo completo el camino de vuelta. Mi sobrino Manu hizo completo el recorrido y salió desde el templo por segunda vez consecutiva, aunque él iba en el cuarto tramo del Señor junto a algunos amigos suyos y mis amigos Coli y Francis.
Preparé las cosas en casa, aunque saldría y me vestiría en casa de mi hermana Chari, en la que fue casa de mis padres y mía… una tradición más.
A la una de la madrugada quedamos en casa de mi hermana Chari para salir juntos hacia el templo. Nos fuimos andando, bueno, mi amigo Coli empujó mi silla todo el camino y llegamos con tiempo antes de la salida. Ellos se fueron a su tramo del Señor y yo me quedé con mi amigo Carri. Nos quedaba por compartir varias horas por delante. Y disfrutar, varias horas que disfrutar.
Pude saludar a bastante gente que conocía y que también son hermanos de los Gitanos: nazarenos, costaleros y músicos. Cuando estábamos a punto de salir -eran ya las cuatro de la madrugá- se acercó para saludarme Curro, el secretario de la hermandad, y nos deseamos mutuamente una feliz estación de penitencia.
El sitio que llevamos es bastante privilegiado, pues para eso Carri y yo tenemos la antigüedad que tenemos… y es que ir detrás del paso de la Virgen de las Angustias es todo un privilegio. Eso sí, te dan una paliza importante, porque es mucha la gente que quiere estar alrededor del paso. Y esto ocurre durante todo el camino, tanto de ida como de vuelta, aunque en la vuelta se nota más. Sólo nos salvamos en la carrera oficial, pues ahí no puede entrar nadie ajeno a la cofradía. Pero esto ya lo vivía yo cuando salía delante de Ella en el último tramo de Virgen, por lo que podemos decir que estoy entrenado. Y he de reconocer que la mayoría de personas me respetan y me dan mi sitio al ir en silla de ruedas, aunque también hay alguno que se cree que está solo en este mundo y que sólo sabe mirarse su ombligo, pero afortunadamente estos son los menos.
Disfrutamos mucho del recorrido, la banda de las Nieves de Olivares interpretó las marchas de forma espectacular, como siempre, recé mucho durante todo el recorrido, di las gracias por muchas cosas y, al igual que el año pasado, hice andando empujando mi silla los últimos metros del recorrido. Y llegué muy emocionado, la verdad. Un año más… y esperemos que puedan ser muchos más.
Me recogieron mi Merchi y mi Patri, empujaron mi silla hasta donde habían dejado el coche, llegamos a casa, comimos algo y tocaba descansar. Me eché una buena siesta de casi cuatro horas -cuando era pequeño y salía de nazareno toda la madtugá, solía empalmar el sueño hasta la mañana del sábado, entre 15-16 horas durmiendo-.
Me desperté para ver el partido del Sevilla, no era plan de ir al Sánchez-Pizjuán. Lo vi por la tele y al final quedó empatado 2-2 frente al Celta. Un empate inesperado, pues estaba el Sevilla ganando 2-0 a pesar de jugar con uno menos casi todo el partido. Y así fue hasta el minuto 89, donde nos marcaron el primer gol, y en el descuento el segundo. Al final 2-2, un empate que supo a poco por como se había desarrollado el partido.
Y hoy, Sábado Santo, toca seguir disfrutando, de mi hermandad de la Trinidad y del Santo Entierro Grande, entre otras cosas. Y os lo contaré por aquí…