Emociones

Siempre he sido una persona de lágrima fácil, de las que fácilmente se emociona -eso de que los hombres no lloran no va conmigo-, pero está claro que desde que tengo la enfermedad esta facilidad por emocionarme ha aumentado, sobre todo porque las situaciones emocionantes se han multiplicado y buena cuenta que he dado de ello en este blog durante todo este tiempo.

Son muchos los ejemplos dejados por aquí, pero en estos últimos días podemos decir que se me han acumulado varias situaciones emocionantes que paso a detallar:

Nos dejó Óliver. Cuando el pasado sábado a primera hora leí el mensaje que me mandó María, su mujer, no me lo podía creer. Un tipo joven, buena gente, con el que contacté bien, luchador desde que le detectaron su enfermedad… Con una familia preciosa, con ganas de vivir… ¿por qué tiene que pasar esto, Dios mío? Tengo que reconocer que estas emociones son las que peor llevo. Gente con la que he compartido momentos de hospital como Óliver, Sergio, Luis…, que se convirtieron en amigos y por los que tengo que seguir luchando. Ellos se lo merecen y estoy seguro que no esperan otra cosa de mí. Besos al cielo.

Pasemos ahora a emociones agradables. Ayer fui con mi Merchi a Sevilla porque ella tenía cita con el fisio porque le duele mucho un brazo y yo tenía cita con mi fisio Jorge que venía a casa como cada lunes para hacer la sesión de rehabilitación. Me quedé solo en casa y fui capaz de asearme, ducharme y vestirme solo. No os podéis hacer una idea de lo que supone esto para mí después de un año sin poder hacerlo. Lo importante que es ganar en autonomía para no tener que depender de otra persona. Muy emocionante, os lo aseguro.

Y mientras esperaba a Jorge recibo un correo del amigo Domingo con el que colaboré hace unos meses en un proyecto muy bonito que llevó a cabo junto a su compañera María y al alumnado de infantil de un colegio de Villamartín y que os conté por aquí. En el correo me decía que recibiría un detalle que los niños me querían mandar. Y, casualidades de la vida, mientras leía el correo llaman a la puerta y es un mensajero con un paquete para mí. Ahí estaba. Detallazo de los grandes. Emoción de las buenas. Esa camiseta con el #yomecuro y con dibujos de los pequeños que ya pasa a formar parte de mi lista de camisetas favoritas, sin duda.

Y otra emoción importante supone el poder volver a caminar después de tanto tiempo sin poder hacerlo, un año va a hacer ahora. De momento solo puedo dar pequeños pasos y con ayuda del andador porque la rodilla aún me duele, pero por algo se empieza. El avance es importante y, como siempre, por mí no va a quedar. Yo voy a seguir con los ejercicios que me ha dicho mi fisio que haga y esperando con impaciencia la consulta que tengo a primeros de septiembre con el traumatólogo para ver qué me dice.

Y mañana un nuevo #SalamancaOnTour para empezar un nuevo ciclo del ensayo clínico, el quinto ya. Todo irá bien, seguro.

15 comentarios en “Emociones

  1. Muchas emociones…unas buenas y otras tristes…
    Tienes que seguir luchando…por tí y por todos los que luchan duro como tú…los que se quedan en el camino (yo también me pregunto ¿por que pasan estas cosas?)..y los que día a día demuestram lo que es ser valiente y fuerte,como lo estás demostrando tú.
    La camiseta…como todas las que te pones.. chulísima.
    Y como ya te he dicho…da mucha alegría verte como te vemos…dando pasos …me emociono y todo y no es por decirlo
    Sigue…sigue fuerte que lo vas a conseguir.
    Un fuerte abrazo 😘😘💪💪

  2. ¡Mucho ánimo y fuerzas JuanMa! Soy Cristina, la técnico de radioterapia con la que estuviste en Salamanca en la tomoterapia. Me alegra saber que sigues avanzando! ¡Abrazos!

Responder a Juanma Diaz Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.