¡Qué analógicos éramos entonces…!

Ayer celebramos la segunda quedada con los antiguos alumnos del colegio, motivada por la visita que nos hacía uno de nuestros compañeros, Ignacio Noguer, que actualmente vive en Boston y que venía de vacaciones para visitar a la familia. Aprovechamos la ocasión para saludarnos de nuevo, sobre todo a los que no vinieron a la primera quedada, tomarnos unas cervecitas, montaditos… y contarnos las típicas batallitas de nuestros años mozos.

Años en los que no existían ni los móviles, ni los ordenadores, ni los blogs, ni Facebook, ni Tuenti, ni nada por el estilo. Nos pasábamos el día jugando al fútbol (y no siempre con pelota) y a otros juegos infantiles que hoy en día se han perdido. Éramos analógicos totales. La información sólo la recibíamos de esas clases magistrales de nuestros profesores y profesoras (eso del aprendizaje constructivo y colaborativo no existía) y lo más parecido a aparato tecnológico que había en nuestras casas era una televisión -normalmente en blanco y negro- y con sólo 2 canales que, por supuesto, no emitían todo el día.

¿Os acordáis de aquel tiempo cuando…

  • las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico… «Pito-pito gorgorito… ¿dónde vas tu tan bonito?… A la era verdadera… pim pom fuera!»
  • Se podí­an detener las cosas cuando se complicaban con un simple: «No ha valido» o «Eso no vale» o «Eso es trampa»…
  • Los errores se arreglaban diciendo simplemente: «Empezamos otra vez».
  • Tener mucho dinero sólo significaba poder comprarte un helado o una bolsa de chucherí­as a la salida del cole…
  • Para salvar a todos los amigos en las cogidas bastaba con un grito: «¡Por mí, por todos mis compañeros y por mí primero!»
  • Siempre descubrí­as tus más ocultas habilidades a causa de un «¿A que no haces esto?»
  • No habí­a nada más prohibido que jugar con fuego…
  • ¡TONTO EL ÚLTIMO! Era lo único que nos hací­a correr como locos hasta que sentí­amos que el corazón se nos salí­a del pecho…
  • El ladrón y policía era sólo un juego para el recreo y, por supuesto, era mucho más divertido ser ladrón que policí­a…
  • Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado…
  • La mayor desilusión era haber sido elegidos últimos para el equipo del cole…
  • «GUERRA» solo significaba arrojarse tizas y bolas de papel durante las horas libres en clase…
  • El mayor negocio del siglo era conseguir cambiar los diez cromos repetidos por el que hacía tanto tiempo que buscabas…
  • Nos sentábamos frente al televisor a las 5 en punto con los ojos desencajados para ver Barrio Sésamo.

Todas estas simples cosas nos hací­an felices, no necesitábamos nada más que un balón, una comba y dos amigos con los que hacer el ganso durante todo el dí­a…

Muchas de estas cosas las recordamos ayer, recuerdos de nuestra infancia, de nuestro colegio, recuerdos de amigos que hace una gran cantidad de años que no nos veíamos.

Y ahora, en plena era de las comunicaciones, aprovechamos Internet y todo lo que nos ofrece para mantener el contacto; nos servimos del correo electrónico, del blog que hemos creado y de Facebook para poder organizar quedadas, colgar fotos, saber de nuestras vidas y recordar tiempos pasados. Una maravilla, vamos… Dicen que ningún tiempo pasado fue mejor, ¿o sí?

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4 comentarios en “¡Qué analógicos éramos entonces…!

  1. A mi me gustaría que la infancia no se viera afectada por las nuevas tecnologías, y que la chavalería siguiera jugando en la calle. Ya tendrán tiempos de volverse introvertidos y raros en la pubertad.

  2. A mí también me gustaría eso, Banyú. Si vieras la alegría que me llevé hace unos días cuando mi pequeña me dijo que le comprara un trompo –sí, una peonza, pero aquí toda la vida le hemos llamado trompo-. El caso es que por el barrio se ha extendido su uso y raro es el niño o niña que no tenga su trompo. ¡Vaya recuerdos que me trae y lo mejor es que todavía me acuerdo de bailarlo! Lamentablemente esto no es lo normal, porque hay que reconocer que los juegos infantiles se están perdiendo desde hace años.

  3. Yoni: tu analisis de diez. Reflejas con exactitud lo que, creo, pensamos todos los de nuestra generación. Las nuevas tecnologías estan muy bien, para según qué cosas, pero creo que nos deshumaniza. Yo hecho de menos los niños en las calles jugando a esos juegos en los que no hacia falta la «tecnologia»: piola, poli-ladro,al bote, al trompo, a las canicas…Todos esos juegos nos unían más, nos hacían más humanos ,nuestros amigos eran nuestros» hermanos». Lo peor de todo es que me dá mucha pena que las personas a las que más quiero en el mundo, mis dos hijos,no puedan disfrutar de esos momentos tan sanos y diferentes que vivimos nosotros. En esto ¡cualquier tiempo pasado creo que fue mejor!UN ABRAZO Y GRACIAS POR SER COMO ERES.

  4. En mi modesta opinión, las cosas siguen siendo muy parecidas en esencia, me explico. Por mucha tecnología que tenga a su alcance, a los chicos y chicas (guachos y guachas se dice en mi pueblo cariñosamente) no hay cosa que más les guste que estar con sus iguales y jugar a cosas para las que no se necesitan tecnologías. De hecho, siempre que juego con mis sobrinos, lo que más éxito tiene es jugar a cosas de toda la vida y ponerse a su altura, ser uno de ellos. En resumen, creo que ha cambiado la apariencia pero la esencia sigue intacta, a los guachos les gusta estar con guachos y jugar a lo de toda la vida aunque le llamen de otra forma.

    Por cierto, en mi pueblo (uno de Ciudad Real) El pito-pito gorgorito era: «Pinto pinto, gorgorito de las cabras 25, en qué lugar en Portugal, en qué calleja en la moraleja, esconde la mano que viene la vieja». Aunque la verdad, como eso se aprendía de forma oral, no sé si era así o así lo aprendí yo y quizá no entendí bien la pronunciación. En cualquier caso, es lo que utilizábamos para elegir compañeros de grupo, para ver quién empezaba primero y para tantas otras cosas.

    Un abrazo y no dejemos de jugar nunca tantamos la edad que tengamos. Montse

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