Resistiré, resistiremos…

Llevamos más de 2 semanas de confinamiento y aquí seguimos llevándolo lo mejor posible, seguramente unos mejor que otros y con la incertidumbre de no saber cuándo va a acabar esta pesadilla, porque ya se está hablando de finales de abril, de mediados de mayo… y está claro que la vuelta a la normalidad no va a ser pasar del cero al infinito, sino que supongo que será de forma gradual. Es decir, no creo que pasemos de tener los bares cerrados a llenarlos el primer día que abran, aunque ganas no faltarán, eso seguro.

Tengo que reconocer que yo lo llevo bien y mi gente también. Quizás mi Patri es quien peor lo lleve, porque eso de no poder ver a su Alberto -aunque las videoconferencias son diarias- y la preocupación por lo que va a pasar con el curso -terminaba este año el Ciclo Superior de Dietética y no ha podido hacer las prácticas- la tiene un poco mosqueada. Pero esto es una situación sobrevenida en la que lo único que nos piden es que nos quedemos en casa, salvo necesidades imperiosas de salir; en nuestro caso para comprar de vez en cuando y para ir a Salamanca a ponerme el tratamiento cada 2 semanas.

Y digo que yo lo llevo bien porque estoy más o menos entrenado. Recordemos que hace un año yo estaba en una cama articulada en medio del salón de casa sin moverme absolutamente para nada, atendido las 24 horas por mi ángel de la guarda -mi Merchi- y así me llevé varios meses. Y venía de haber estado ingresado 2 meses y medio en el Hospital Virgen del Rocío, 30 días de los cuales fueron en aislamiento por haber pillado la gripe A. Así que podemos decir que esto del confinamiento no supone un excesivo esfuerzo para mí. Lo que más echo de menos es no poder ir al gimnasio, pues había cogido el hábito de ir diariamente con mi silla de ruedas eléctrica y hacer allí mis ejercicios de cinta de andar, bicicleta estática y piscina, que me estaban viniendo muy bien para seguir ganando movilidad. Ahora me limito a darle vueltas a mi salón y cuando hace solecito salgo a la terraza exterior para andar con mis bastones de senderismo. Unos 40-45 minutos diarios en tandas de 10-15 minutos. Siempre con las medidas de seguridad máximas pues debido a mi enfermedad y al tratamiento que estoy siguiendo soy una persona inmunodeprimida -tengo las defensas bajas- y, por tanto, de especial riesgo a la hora del contagio.

Y encima con insomnio, con lo cual el día se me hace más largo todavía. ¿Y cómo llenar las horas del día -y de la noche-? Pues con distintas actividades: estoy leyendo más que nunca, tanto libros en papel como e-books y revistas online que tenía pendientes -hasta tebeos de Mortadelo y Filemón-; viendo películas y series gracias a las plataformas que tenemos contratadas; mucho rato de ordenador, atendiendo a mis redes sociales, dándole vueltas a mi libro que está en proceso de edición y corrección e intentando ayudar a todas las consultas que me llegan -que no son pocas- fundamentalmente de profesores que se acaban de incorporar a esto de la teleformación. (Esto se merece un post exclusivo). Sigo con mis ejercicios para ganar psicomotricidad en las manos y por eso sigo escribiendo y dibujando en mi diario Visual Thinking y haciendo carteles en folios.

Y cada tarde a las 8 salimos a la terraza para tocar las palmas, para animar a todo el personal que está trabajando para nosotros: sanitarios, policías, transportistas, personal de supermercados, de limpieza, periodistas… y todas esas profesiones indispensables para que el país pueda seguir avanzando -con muchas dificultades, eso sí- mientras el resto de la población nos quedamos en casa. Impresionante ver las calles vacías, las muestras de solidaridad, la gente dispuesta a ayudar y es que, como tantas veces digo, en este mundo hay mucha más gente buena que mala y en esta situación tan extrema que estamos viviendo se está demostrando a base de bien. Y el ingenio de algunos, también.

Y después de tocar las palmas nuestra conexión diaria con mi gente, con mi familia, para vernos las caras. Con poquitas cosas que contarnos, sí, porque los días son prácticamente todos iguales, pero al menos nos vemos a través de una pantalla. Y otras conexiones con amigos, con ex-compañeros de trabajo, con la gente de mi coro… ratitos agradables en muy buena compañía, aunque sea brindando a distancia.

Y tenemos que seguir resistiendo. No sabemos lo que va a durar esto, Lo que sí sabemos es que está en nuestras manos el acabar con ello. Es tarea de TODOS, así que ya sabes… RESISTE, que más pronto que tarde nos veremos en la calle…

Si todavía no lo has visto, no te pierdas este vídeo creado por Cadena 100 con un buen número de artistas en el que versionan la canción «Resistiré» del Dúo dinámico -que yo ya tenía como una de mis referentes en mi situación actual- y cuyos beneficios irán para Cáritas.

Y para terminar os dejo este vídeo en el que el profesorado del IES Chaves Nogales manda ánimos a su alumnado para superar esta situación que estamos viviendo. Encantado de haber podido aportar mi granito de arena…

#YoMeQuedoEnCasa #SomosImparables #yomecuro #SeguimosImparables

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