Esperando cama…

Tengo que reconocer que estoy preocupado, porque tenía que haber ingresado el pasado día 9 para darme el segundo ciclo del tratamiento y ya vamos por el día 14 y todavía no me han llamado para ingresar, parece ser que el problema es la falta de camas.

Pero empecemos por el principio: el mes pasado nada más volver de Salamanca tengo consulta en el Hospital Virgen del Rocío con mi hematóloga, que me dice que tenía todos los informes y las pruebas que me han hecho allí y me dice que me van a poner un tratamiento de quimioterapia de varios ciclos para el que necesito estar ingresado para recibirlo. El primer ciclo lo recibiría inmediatamente, pero tenía que ingresar a través de urgencias.

A mi mujer y a mí se nos cambió la cara cuando escuchamos eso de entrar por urgencias, porque ya sabemos que eso supone estar varias horas allí y con la situación que estamos viviendo del covid la verdad es que no es nada recomendable para un enfermo como yo. Pues bien, estuvimos allí varias horas, la mayor parte del tiempo en la Sala de espera. Yo tenía el dolor intenso en la pierna y simplemente estábamos allí esperando a que hubiera una cama libre. De la sala de espera pasamos a los sillones de observación, donde me quedé solo pasando la noche hasta que ya por la mañana conseguimos que me subieran a la octava planta de hematología para que me dieran el tratamiento. En ese momento me prometí a mí mismo que ya no entraría más por urgencias.

La parte más importante del tratamiento consiste en recibir la quimio por vía intravenosa y, por tanto, tengo que estar conectado a la máquina de perfusión al menos cuatro días seguidos en los que el líquido de las bolsas de quimio va entrando en mi cuerpo durante las 24 horas de forma continuada. Es un tratamiento fuerte y suele producir algún que otro efecto secundario, pero la verdad es que en mi caso lo asimilé bastante bien y salvo un día que tuve fiebre, no noté nada más.

Estuve más de veinte días ingresado, porque estuvimos esperando a que vinieran los traumatólogos para verme la pierna; una vez que vinieron ya me dieron el alta y me dijeron que el siguiente ciclo estaba previsto para el 9 de octubre, que ya me llamarían para ingresar. Y ahora estamos en esas, esperando a que me llamen y ya llevamos cinco días de retraso.

El día 9 fui con mi mujer al Hospital de Día para limpiarme el PICC, pues habíamos cogido cita el mismo día que nos dieron el alta. Nosotros esperábamos no tener que haber ido al Hospital de Día porque como ese día estaba previsto el ingreso, pues una vez ingresado ya en la misma habitación me podrían limpiar el PICC, pero claro como no me llamaron para ingresar pues tuve que ir expresamente para ello. Allí preguntamos y fue cuando nos dijeron que no había cama disponible y que, por tanto, lo que tocaba era esperar.

De verdad que a mí no me importa esperar, pero como ya soy veterano con esta enfermedad que me ha tocado y sé más o menos su comportamiento, lo que de verdad me preocupa es que con el paso de días sin ponerme ningún tipo de tratamiento está más que demostrado que la enfermedad se viene arriba y eso es lo que no quiero que pase. Ya me impidió hacerme trasplante, ya me impidió que funcionaran los ensayos clínicos en los que he participado y ahora no quiero que el mieloma vuelva a hacerse dueño de mi cuerpo -aunque bastante lo es ya-. De ahí mi preocupación y por eso no quiero que pasen muchos días antes de recibir ese segundo ciclo.

Esto de la falta de camas que está ocurriendo ahora es muy habitual en Hematología del Virgen del Rocío, quizás es debido a que no está bien dimensionada la relación entre la demanda de camas y la oferta. No sé a quién corresponde solucionar esto, pero está claro que alguna solución hay que darle. No le echemos la culpa al covid, que el covid no tiene la culpa de todo, porque creo que la planta de hematología sigue con el mismo funcionamiento que antes del covid.

No tengo información fehaciente al respecto, pero me da la impresión que los enfermos hematológicos cada vez somos más y, por tanto, los recursos si no se aumentan llegan a ser insuficientes. Además los ingresos suelen ser prolongados, es decir, un enfermo hematológico que ingresa suele ocupar una cama durante bastantes días, semanas e incluso meses. Por tanto, si no se aumenta el número de camas, se hace complicado el poder disponer de una de ellas libre. Yo entiendo que somos muchos y que todos necesitamos ingresar porque nos pongamos malitos o para ponernos nuestros tratamientos, pero alguien tendrá que darse cuenta que una persona no puede estar esperando en su casa o en un sillón de observación para poder ingresar en planta y tener su cama. Habrá que dimensionarlo de tal forma para que estas cosas no ocurran. No sé si corresponde al Jefe de Servicio de hematología, al gerente del hospital o a quien sea… El caso es que dicen que las comparaciones son odiosas, pero yo he estado más de diez meses yendo y viniendo al hospital de Salamanca con distintos ingresos y pruebas y esto no me ha ocurrido ni una sola vez. No es comparar, es contar la realidad, vivida en primera persona del plural por mi mujer y por mí. Quizás sea tema de organización, es muy posible.

Siento el tono de este post, pero necesitaba contarlo porque es algo que me tiene preocupado y ojalá me llamaran hoy mismo o mañana para el ingreso y escribiera otro post para contarlo. Ya he dicho muchas veces que no tengo ninguna queja del personal sanitario, pero en cosas como esta parece que los recursos que existen -aunque también me consta que faltan- quizás haya que organizarlos mejor. Es mi impresión desde fuera, quizás desde dentro no sea tan fácil, pero yo me quedo con que un enfermo no puede estar esperando varios días en su casa para ingresar para ponerse un tratamiento, si le toca el día x hay que hacer todo lo posible para que ese día x esa persona ingrese.