Sorpresas te da la vida

¿Os acordáis de esa canción que decía: «La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…»? Y es que es verdad, la vida está llena de sorpresas, unas veces agradables y otras no tanto… Pues bien, este fin de semana me ha tocado a mí una sorpresa de las buenas, de las mejores que podía recibir… gracias a mi familia con la colaboración de mi mujer.

Ayer sábado nos preparábamos mi Merchi y yo para pasar un fin de semana tranquilito en el apartamento que hemos alquilado en Salamanca mientras dura mi tratamiento. Ya llevamos un par de semanas por aquí, una ingresados en aislamiento en el hospital y la otra fuera… y lo que nos queda por aquí. Cuando uno está fuera de su casa, por muy bien que esté, está fuera de su casa y echa de menos a su gente, a sus cosas, a sus costumbres… y más si no es por ocio, sino por tener que recibir un tratamiento médico, como es mi caso. Y mira que estamos bien atendidos y mimados en Salamanca…

La sorpresa empieza cuando veo que acceden al salón del apartamento mis hermanas, mi cuñado y mis amigos Castro y Yoli. Me quedo un poco sin reaccionar porque no me lo esperaba… incluso en un principio pensaba que era el personal de limpieza de los apartamentos. Pero nada más alejado de la realidad, era mi familia, mi gente, la que siempre está ahí, la que nunca falla… que tenían ganas de acompañarnos, de pasar el fin de semana con nosotros y de saber cómo estábamos. ¡Pelotazo! Me emocioné, la verdad. Mi mujer lo sabía, llevaban al menos una semana planeándolo, pero había sabido ocultármelo muy bien y no me había dado cuenta de nada.

Alquilaron los apartamentos donde estamos nosotros alojados, que están muy bien acondicionados y la situación es inmejorable, y nos dispusimos a descubrir Salamanca juntos, aunque sin andar mucho porque llevo unos días con fuertes dolores en la rodilla izquierda y no puedo abusar de las caminatas.

Hemos hecho visitas culturales, hemos compartido buenas viandas y, sobre todo, nos hemos reído mucho y lo hemos pasado genial. Otra recarga de pilas más para afrontar una nueva semana de sesiones de radioterapia que continuamos mañana.

Gracias Auxi, Chari, Joaquín, Castro y Yoli. Me habéis hecho muy feliz, os lo aseguro. Con vosotros… al fin del mundo.