Empezamos el 2º ciclo del nuevo tratamiento

Nota inicial: La dexametasona es uno de los fármacos que estoy tomando en este nuevo tratamiento. Ya la había tomado antes en tratamientos anteriores, por lo que sé muy bien de los efectos positivos que tiene y los efectos secundarios. Es un corticoides que produce insomnio, al menos a mí. Y me consta que a otros pacientes que la toman también, por lo que me cuentan. Menos mal que de momento sólo tomo por vía intravenosa 40 mg de dexa una vez por semana -los viernes-, pero lo que tengo claro es que los viernes voy a dormir poco. Al principio intentaba dormir pero, al no conseguirlo, más nervioso me ponía y más difícil me resultaba coger el sueño. A mí me cuesta estar despierto en la cama, no puedo, así que a levantarse. Como uno va aprendiendo, ahora en el momento que me despierto, me levanto y me voy al salón. Lo que se trata es de llenar la noche con cosas que le gusten a uno y ya está. En mi caso: trastear con el móvil, ver alguna serie o película -con auriculares para no molestar a las que duermen-, escribir en el blog -como estoy haciendo ahora a las tres de la madrugada- y, como estamos en época del concurso del carnaval de Cádiz, ver la actuación de alguna agrupación. Hoy, por ejemplo, he dormido dos horas: me quedé dormido a las 0:30 tras ver el impresionante testimonio de Manu Sánchez en Canal Sur y me he despertado a las 2:30. Y aquí estamos escribiendo esto…

Hace un año estaba poniéndome el tratamiento de las células CAR-T en el Hospital de Salamanca y mi Merchi y yo estábamos perfectamente atendidos por la gente de allí, como cada vez que hemos estado desde hace más de cuatro años, que se dice pronto. Muchos viajes en todo este tiempo en busca del camino del #yomecuro…

Y a mi Merchi y a mí nos dio por hacer este vídeo, porque el estar ingresado casi un mes en una habitación de hospital sin poder salir para nada es duro, muy duro. Y nosotros lo hemos vivido ya tres veces. Esperemos que aquí acabe la cuenta, Dios lo quiera.

Pero esto fue hace un año. Ahora seguimos buscando el camino al #yomecuro, pero aquí en Sevilla, en el Hospital Virgen del Rocío. En mi otra casa desde hace seis años. Con mi otra gente, espectacular el trato. Lo que falta es que este nuevo tratamiento de carfilzomib + isatuximab + dexametasona haga su función y controle al dichoso mieloma.

Hoy empezaba mi segundo ciclo, el C2D1, y tenía la cita más tarde que las veces anteriores, a las dos de la tarde. Por lo que le dije a Merchi: ¿Llamo a Manolo y vamos a verlo a él y a Rosario a su casa?». «Claro que sí, llámalos», me dijo Merchi. Manolo y Rosario son los padres de Sergio (qepd), con el que compartí habitación varias semanas en la planta de Hematología. Y allí estaban Manolo y Rosario -dos personas de casi 80 años- acompañando a su Sergio todos los días. Hicimos una buena amistad, como con otra mucha gente, porque compartir una habitación de hospital une mucho, ya que nos ayudamos mutuamente y adquirimos una complicidad especial. Desgraciadamente Sergio falleció hace tres años. Cuando me llamó Manolo para decírmelo no me lo podía creer. Desgraciadamente esto es lo más difícil. Son varios los amigos que se han quedado por el camino pero, como siempre digo, por ellos tenemos que seguir.

Manolo me llama cada dos semanas como mucho para preguntarme cómo estoy y os aseguro que cada vez que cuelgo el teléfono se me caen dos lagrimones. Y siempre le digo a mi Merchi: «Tenemos que ir a verlos». Era algo que teníamos pendiente desde hace tiempo y por fin lo hemos podido cumplir. Un rato muy agradable de charla con los dos. Tenemos que repetir, la próxima vez con una cervecita (SIN) por delante. Gracias por estar siempre ahí, Manolo y Rosario, y a seguir viviendo…

De allí nos fuimos al Hospital de Día del Virgen del Rocío, llegamos un poco antes de las dos de la tarde, que era la hora de la cita, y entré pronto para ocupar uno de los sillones. Tras los saludos iniciales a mis enfermeras cracks Noelia y Luna y a la TCAE Carmen, empezamos con el procedimiento habitual: coger la vía, premedicación, isatuximab intravenoso y carfilzomib intravenoso, con los lavados de vía intermedios con suero. Una vez que ocupé el sillón, le dije a Merchi que esperara a Patri para recogerla y que se fueran para casa. Yo la avisaría cuando acabara para que viniera a recogerme. Me cogió la vía Noelia y me dijo que, como ya era la quinta vez que recibía el tratamiento y lo había asimilado bien, me lo pondría más rápido, por lo que terminaríamos antes.

Efectivamente, terminamos poco después de las cinco de la tarde y un poco antes de acabar se me acerca alguien y me dice: «¿Tú eres Juanma Díaz? Te sigo por redes. Estoy aquí acompañando a mi padre». «Sí, soy yo. Encantado de conocerte. ¿Cómo te llamas?» «Me llamo Juan María. Y además soy sevillista, como tú». «Pues de fútbol no está la cosa para hablar mucho, la verdad. ¡Vaya plan!». Y a partir de ahí entablamos una agradable conversación. Cada vez que voy, consigo desvirtualizar a alguien que me sigue por las redes y es algo que me encanta, porque conocer a las personas presencialmente es mucho mejor que recibir un comentario o un «me gusta» en las redes, aunque esto está muy bien también.

Vinieron a recogerme Patri y Merchi y nos fuimos para casa. Un chute más recibido. Un pasito más. Gracias a mis enfermeras cracks por su profesionalidad y trato, al personal de Farmacia por tenerme el tratamiento preparado cuando llegué, y a ti por el apoyo que me das y que me ayuda a seguir.

Visita a Córdoba

Este pasado fin de semana he estado en Córdoba, acompañado por mi Merchi y por mis cuñados Quino y Ángeles, ya que los Reyes Magos quisieron que así fuera y nos dejaron este detallazo en su casa granaína.

Hemos pasado un par de días magníficos, porque todo ha acompañado, hasta el tiempo, pues han sido unos días soleados y con buena temperatura. Así da gusto, la verdad. Y si a esto le unimos la comodidad del viaje -en AVE ida y vuelta-, lo bien situado que estaba el apartamento donde nos quedamos -en plena Judería, muy cerca de la mezquita-catedral-, lo bien acondicionado que estaba y lo bien que nos acogió Erika, su propietaria… ya sólo faltaba disfrutar los cuatro juntos.

Debido a mis problemas de movilidad, mi primera duda era qué tipo de ayuda llevarme, porque estaba claro que tendríamos que andar, sobre todo por la zona centro, y para esto no estoy preparado. Ojalá lo pueda estar en un futuro… Por tanto, las opciones de bastones y andador quedan descartadas. Los Reyes Magos habían pensado en todo y me habían reservado el servicio de ayuda que prestan en Adif-Renfe -que se llama «Adif Acerca»- para las personas con discapacidad en ambas estaciones, en Sevilla y en Córdoba, y tanto a la ida como a la vuelta. Por lo que me quedaba decidir si me llevaba la Talquita o la silla de ruedas manual. Lo hablé con mi Merchi y decidimos esta última opción porque el sitio por el que nos moveríamos sería el centro de Córdoba que, de las pocas veces que he estado, lo recuerdo bastante empedrado, con muchos adoquines y poco adaptado para personas con movilidad reducida, por lo que con la Talquita no me iba a poder desplazar bien. Por tanto, elegimos la silla manual y fue mi cuñado Quino quien estuvo la mayor parte del tiempo empujándola, con la ayuda de nuestras mujeres en los momentos más complicados.

Nuestro tren salía de Santa Justa el sábado a las 9:10, pero teníamos que estar allí al menos media hora antes para gestionar lo del servicio de ayuda. Así lo hicimos. Muchas gracias a Manolo en Sevilla y a Luisa en Córdoba por lo bien que lo hicieron y nos trataron. Y gracias también a Adif-Renfe por darnos la posibilidad de este servicio tan necesario para nosotros.

Cuando llegamos a la Estación de Córdoba cogimos un taxi y nos llevó al apartamento, donde nos estaba esperando Erika, una chica joven que es la propietaria. Nos encantó todo lo del apartamento: la ubicación, lo bien acondicionado que estaba, los detalles de bienvenida… Muchas gracias, Erika. Repetiremos en cuanto podamos.

Y tocaba disfrutar de Córdoba y de su magnífico centro monumental. Visitamos muchos sitios -mezquita-catedral por fuera, puente romano, plaza de las Tendillas, las caballerizas reales…-, nos hicimos muchas fotos -como siempre hacemos-, nos tomamos una cervecita SIN previa al almuerzo, en el que no podía faltar el salmorejo cordobés y el típico flamenquín. Mi cuñado Quino se pidió rabo de toro. Ya que estamos en Córdoba habrá que probar lo típico de aquí…

Después del almuerzo nos fuimos un rato a descansar al apartamento y por la tarde nos dirigimos a las caballerizas reales -un sitio precioso- pues teníamos entradas para el espectáculo «Córdoba Ecuestre». Magnífico. Nos encantó.

Como cuando acabó el espectáculo la temperatura empezaba a bajar y yo ya estaba algo cansado, compramos algo para cenar de forma ligerita en el apartamento, echamos un ratito de tele y buena charla y retirada. Como siempre, me desperté muy temprano, antes de las seis de la mañana, me puse a trastear con el móvil y a leer un ratito en mi ebook. Y un poco antes de las nueve de la mañana veo esta publicación en Facebook:

Estaba con el móvil, pero me digo… «¿Lo intento?» Venga, vamos allá, por intentarlo que no quede. Y este fue el resultado:

Y tras esta buena noticia y una vez que nos preparamos todos, nos fuimos a desayunar al entorno de la Plaza de las Tendillas. Me llevé una agradable sorpresa porque me encontré en el bar que desayunamos con Manoli y su hija, que nos encantó a Merchi y a mí saludarlas. Manoli también es profe -de Lengua- y hace un año estábamos juntos en el equipo de organización del EABE23, que se celebró en marzo en Sevilla.

He podido saludar a dos personas más que me reconocieron y me siguen por las redes, el amigo Javier, de Dos Hermanas, que también estaba de turismo y Elena que, aunque no estaba allí, sí estaba su hermana en el espectáculo ecuestre y nos reconoció a través de una publicación que puse en mis redes y contactó conmigo por privado. Las cosas que me pasan… y que me encantan.

Recogimos todo en el apartamento, llamamos a un taxi y nos fuimos a la Estación para coger el AVE de vuelta. De nuevo atención magnífica con el servicio «Adif Acerca» y hasta estuvimos un rato de agradable charla con Julia, que fue quien me ayudó a subir al tren con la plataforma elevadora -vaya invento bueno-. En tres cuartos de hora nos plantamos en Santa Justa y allí fue Emilio quien me estaba esperando y me ayudó a bajar del tren. ¡Ojalá todo funcionara igual de bien que esto! Así las personas con discapacidad y movilidad reducida sí podemos viajar y mi experiencia hasta ahora ha sido muy positiva, tanto en tren como en avión.

Mi cuñado Quino fue a sacar el coche del párking, nos recogió y nos acercó a casa. Nos despedimos, nos alegramos del magnífico fin de semana que habíamos disfrutado y esperamos poder repetirlo en un futuro.

La tarde-noche fue futbolera por televisión, pero mejor no hablar de fútbol, porque vaya tela…

Acabando el primer ciclo del tratamiento

Empiezo a escribir esto cuando son las 2:20 de la madrugada…y es que ya sabía yo que la dexametasona haría de las suyas y me produciría ese insomnio que siempre me produce cada vez que entra en mi cuerpo. Uno ya tiene experiencia en esto. Pero quedémonos con lo bueno y es que estoy seguro que tiene más efectos positivos que negativos. ¿Que hay quedarse una noche sin dormir? Pues se queda uno y ya está. Lo importante es que esté haciendo efecto contra la enfermedad y los posibles efectos secundarios del tratamiento. Ya llenaré yo la noche con cosas productivas y que me gustan, como por ejemplo escribir estas líneas en mi blog.

Ayer se cumplía el C1D22, es decir, el día 22 del primer ciclo del nuevo tratamiento que estoy recibiendo en el Hospital de Día del Virgen del Rocío. Es decir, empezaba la última semana del primer ciclo. Cuatro viernes seguidos… y vendrán más. El lunes pasado tuve consulta con mi hematóloga Estrella, que revisó la última analítica que me hice la semana anterior y me dio las pautas para el segundo ciclo del tratamiento que empezaremos el próximo viernes, Dios mediante. Y, por supuesto, le entregué mi cuarto libro dedicado:

Ayer viernes salimos de casa temprano mi Merchi, mi Patri y yo. Dejamos a Patri junto al acceso de Rehabilitación del Hospital para que echara su jornada laboral y nos fuimos Merchi y yo a aparcar y a desayunar -donde siempre- antes de irnos al Hospital de Día de Hematología. Tenía cita a las 8:50, llegamos unos diez minutos antes y no tardó mucho en salir el D7C4 -mi turno de ayer- en la pantalla. Así que entramos, me senté en uno de los sillones y le dije a Merchi que se fuera para casa.

Como era temprano, había todavía poca gente -aunque después se llenó-. Saludé a mis enfermeras cracks conocidas, las dos Beas, y me presenté a Marina, que ya forma parte del equipo de enfermeras cracks. Lo que más me gusta de allí es lo bien que trabajan y la forma tan coordinada en la que lo hacen… y están todo el día liadas: que si poner vías, hacer analíticas, limpiar PICCs, llamar a Farmacia o a celadores, poner tratamientos, plaquetas, bolsas de sangre… una máquina que pita… y puede ser una u otra enfermera -hasta ahora son todas mujeres las que he visto por allí- la que se encargue en cualquier momento. Creo que hay 13 sillones para atender a los pacientes y sigo pensando que aquello se queda corto en número de sillones y, por supuesto, en personal que atiende, porque son muchas las funciones que realizan y, lamentablemente, cada vez somos más los pacientes. Quizás los que mandan deberían redimensionar esto y darle una pensada. Pero claro, se trata de aumentar recursos materiales y humanos y, por tanto, de dinero. Pero esto es Sanidad Pública, la de todos.

Por supuesto, esto último no va en contra del personal sanitario que nos atiende, que hacen más de lo que pueden y que siempre están ahí ayudando y haciendo su trabajo -que recordemos que es tratando con personas que estamos enfermas y que no queremos estar ahí-. Gracias de corazón a todas ellas.

Bea la de aquí -la otra es Bea la de Madrid- se encargó de pincharme para coger la vía. Esta vez lo hizo en el brazo derecho porque el izquierdo lo tengo demasiado castigado, ya que los tres últimos tratamientos los recibí por ahí. Mientras las venas aguanten estaremos sin PICC, lo decidimos entre mi hematóloga Estrella y yo, porque tener un PICC en el brazo -ya lo he tenido puesto tres veces en el pasado- tiene sus ventajas, ya que te ahorra pinchazos y las venas de los brazos no sufren, pues el PICC va conectado a una vena central. Pero también requiere mucha responsabilidad, pues hay que cuidarlo muy bien, ya que es un posible foco de infecciones. Por eso hay que limpiarlo cada diez días en el Hospital de Día y hay que tener mucho cuidado de protegerlo en las duchas para evitar mojarlo. Es posible que finalmente me lo tenga que poner en un futuro próximo, pero mientras tanto seguiremos aguantando esos pinchazos. ¡Total, será por pinchazos recibidos…!

En está ocasión el tratamiento consistía en recibir la premedicación -un paracetamol en pastilla y 40 mg de dexametasona por vía intravenosa- y a la media hora recibir el isatuximab también por vía intravenosa, con los correspondientes lavados de vena con suero. Esta vez no tocaba el carfilzomib, por lo que terminaríamos antes. Nuevamente tengo que agradecer al personal de Farmacia del Hospital el que estuviera allí el tratamiento preparado cuando llegué.

Mientras estaba conectado a la máquina recibiendo el tratamiento, pude saludar a mi amigo Pepelu, un buen amigo de «Los del 67», que había venido a consulta de revisión con su hematólogo, el cual le dijo que seguía perfectamente, que no había rastro de enfermedad y que volvería a verlo dentro de tres meses para una nueva revisión. Me alegro mucho, Pepelu. Estuvimos un buen rato de agradable charla. El sillón que yo ocupaba estaba enfrente del mostrador de las enfermeras, llega otro paciente a entregar en el mismo unos botes para analítica -me pareció- y al irse se dirige a mí y me dice: «Mucho ánimo, Juanma… y seguimos». Yo le digo «igualmente», pero no me dio tiempo a decirle nada más ni preguntarle quién era porque se fue. En ese momento no lo reconocí y seguramente me seguiría por las redes. Así que ya sabes… la próxima vez nos presentamos y hablamos. Y esto va para todos, porque me pasa muy a menudo. Pero yo quiero que nos conozcamos personalmente, porque seguramente nos podamos ayudar mutuamente.

Terminé un poco antes de las dos de la tarde, vino a recogerme Merchi y nos fuimos al mismo bar donde desayunamos para esperar allí tomando una tapita a que saliera Patri de trabajar -acababa a las 15 horas-. Cuando llegó, tomó ella algo y nos fuimos para casa. Estaba cansado pero contento, porque había recibido una nueva sesión del tratamiento, la había tolerado bien y seguramente estaría haciendo su función en mi cuerpo serrano. Muchas gracias una vez más a mis enfermeras cracks por lo bien que me atienden -esta vez fueron las dos Beas, Marina y la TCAE Manuela-. Y a mi Merchi, que siempre está a mi lado.

No quiero acabar estas líneas sin recordar una conferencia a la que asistimos la noche del jueves en San José Obrero impartida por el doctor José Pérez Bernal, verdadero impulsor de los trasplantes y la donación de órganos, médula y sangre y que ya consideramos amigo tras haber acudido cuatro veces, acompañado de personas trasplantadas, al programa de radio que teníamos «La voz de los imparables». Fuimos Merchi, Patri, Alberto y servidor y la verdad es que fue una conferencia muy interesante, sobre todo, porque el doctor sabe transmitir de una forma impecable.

Y hoy sábado se nos presenta un día interesante, ya que los Reyes Magos nos trajeron a Merchi y a mí en casa de mis cuñados Ángeles y Quino una visita junto a ellos a la bonita ciudad de Córdoba. Intentaremos disfrutarla, que la vida está para eso… para disfrutar de los buenos momentos que nos ofrece. Feliz sábado tengáis.

C1D15: Tercera sesión del primer ciclo del nuevo tratamiento

Ayer viernes me tocó. Tercer viernes seguido y todavía me queda otro más para terminar el primer ciclo del nuevo tratamiento que me estoy poniendo en el Hospital de Día del Virgen del Rocío y que ya os conté por aquí. Pero antes, el próximo lunes, tengo cita con mi hematóloga Estrella para revisar las analíticas y cómo vamos. Esperemos que bien para poder seguir. Lo único que me he notado ha sido la pérdida total de audición por el oído izquierdo, los auriculares me lo chivan y en la última consulta que tuve esta semana con mi otorrina me lo dijo. En la consulta anterior -antes de empezar el nuevo tratamiento- me dijo que tenía perdida entre un 50 y un 60% la audición de ese oído. Pero parece que esto ha empeorado. Esperemos poder arreglarlo…

Me gusta siempre empezar a contar por el principio, pero esta vez el principio se va a la tarde-noche del jueves, pues teníamos prevista una quedada con mi gente de «Los del 67», mis amigos compañeros del colegio Salesianos de la Trinidad a los que conozco desde que tenía 6 años, hace 50 años -aunque algunos ya tienen los 57 cumplidos-. Una quedada que hacemos de vez en cuando, en la que compartimos cervecitas -yo SIN-, tapitas y montaditos, buenas conversaciones, recuerdos de nuestra infancia y juventud y nos preguntamos cómo están nuestras respectivas familias. Por supuesto, siento el apoyo que me dan -siempre están ahí- y fui acompañado por mi Merchi. Como llegamos pronto, acudimos a ver a Ellas, que siguen en mi equipo para seguir adelante. ¡Esto sí que es un equipo y no el Sevilla de este año! Tenía que darle las gracias:

Y después nos fuimos al local de Antiguos Alumnos, donde Pepe y su equipo nos atendieron tan bien como siempre. Fuimos saludando a todos los que llegaban -tuvimos algunas ausencias por estos catarros y virus que andan rulando-, pero aún así nos juntamos un buen grupo de amigos. Yo estuve todo el tiempo con la mascarilla puesta, porque tengo que protegerme especialmente como inmunodeprimido que soy. Sólo me la quité para comer y beber algo y para el momento foto:

Pasamos un buen rato, aunque Merchi y yo no nos fuimos muy tarde porque al día siguiente me tocaba una mañana completita de hospital. Esperemos que pronto podamos hacer una nueva quedada, porque las buenas costumbres no se pueden perder y además personalmente creo que dan vida, por lo menos a mí.

El viernes nos fuimos a las 7:30 al Hospital Virgen del Rocío Merchi, Patri y yo. Dejamos a Patri antes de las 8:00 junto a su puesto de trabajo allí -las consultas de Rehabilitación del Hospital de Traumatología- y Merchi y yo nos fuimos a aparcar y a desayunar, antes de irnos al Hospital de Día de Hematología, que es donde me ponen el tratamiento. Sacamos el ticket correspondiente y antes de las 9:00 me llamaron y me senté en uno de esos sillones azules. Cuando ya estaba acomodado, le dije a Merchi que se fuera para casa, porque allí tenía al menos 5 horas por delante y la avisaría para que viniera a recogerme. Me cogió la vía Bea -muy bien, por cierto-, me puso la premedicación por la misma y me dijo que mi tratamiento ya estaba allí, por lo que media hora después de la premedicación empezaríamos. Muchas gracias desde estas líneas a la gente de Farmacia. Cuando las cosas se hacen bien también hay que decirlas.

https://twitter.com/juanmadiaz/status/1745719078503805129

Afortunadamente mi cuerpo recibe bien el tratamiento, aunque hay que reconocer que se hace pesado, porque son más de cinco horas conectado a una máquina y sentado en un sillón. Paso el tiempo trasteando con el móvil y leyendo en mi e-book. Y también doy una cabezadita porque uno de los fármacos de la premedicación da sueño. Y los 40 mg de dexametasona que me pusieron por vía intravenosa es la que no me ha dejado dormir esta pasada noche. La verdad es que uno ya ha probado de todo y hasta se conoce los efectos que producen muchos de los medicamentos. Pero mientras hagan su función principal de controlar la enfermedad, aquí estaremos para aguantar lo que haga falta.

Acabamos cerca de las tres de la tarde, me recogió Patri, que acababa de salir de su trabajo y nos fuimos al coche donde nos estaba esperando Merchi. Cuando llegamos a casa, comimos algo y tocaba descansar porque, aunque uno haya estado todo el tiempo en un sillón sentado, también se cansa… y además recibe unos chutes en el cuerpo que, al menos, tiene que asimilar.

Por la noche jugaba a las 21:00 en el Sánchez-Pizjuán el Sevilla contra el Alavés. Iba a venir conmigo mi sobrino Manu, pero le avisé que sólo iríamos si me encontraba bien. Como afortunadamente fue así, nos fuimos para allá. Mi Merchi nos acercó a Nervión y llegamos prontito al estadio:

No fue bien la cosa. Tocó perder otra vez. 2-3 frente al Alavés. Nosotros nos salimos del estadio en el minuto 80, justo cuando Ocampos marcó el penalti del 2-2. Pero ya fuera del estadio nos enteramos del tercer gol del Alavés. De nuevo una derrota. Nos salimos antes del estadio porque los que vamos en silla tenemos que coger el ascensor y se forman grandes colas al final del partido. Además ayer, de los dos ascensores que hay, sólo funcionaba uno. Nos recogió Merchi, dejamos a Manu en su casa y nosotros nos fuimos para la nuestra. Y antes de irme a la cama puse esto en mis redes:

Creo que esta noche pasada he dormido como máximo dos horas. La dexametasona, como buen corticoides que es, haciendo de las suyas. He leído un buen rato, he escrito este post, he visto alguna peli, he visto algunas actuaciones de las preliminares del concurso de carnaval de Cádiz. Y supongo que dentro de un ratito, cuando salga algo más el sol, daré un paseo con mi Talquita.

Que tengáis un buen fin de semana.

Felices Reyes Magos

Son las 4:20 de la madrugada del sábado 6 de enero. Sabía yo que esta noche iba a dormir poco por los 40 gramos de Dexametasona que me pusieron por vía intravenosa en el Hospital de Día del Virgen del Rocío como parte del tratamiento. Uno ya tiene su experiencia y sabe más o menos cómo va esto. Lo mejor es que los otros dos fármacos del tratamiento, carfilzomib e isatuximab, que son nuevos para mí, de momento, parece que no me están produciendo ningún efecto secundario de importancia. Toquemos madera, esperemos seguir así y, sobre todo, que hagan su función para controlar el mieloma.

Antes que nada quiero mandar un beso al cielo para mis padres, pues tal día como hoy hace 57 años que se casaron. Y a los 10 meses nací yo. Muchas felicidades a ambos porque vaya bien que lo hicísteis como padres, Obdulio y Manoli. Currantes a tope, sacando a su hijo y a sus dos hijas adelante, líderes absolutos de la familia… no acabaría de decir cosas buenas. Quien pueda que empate…

En mi casa parece que a esta hora ya han llegado los Reyes, porque mientras escribo esto desde mi sillón -menos mal que lo dejaron libre- han dejado así nuestro salón:

Lo dejaremos todo tal cual hasta que se levante el personal, que seguro que hoy será tempranito para ver lo que le han dejado Sus Majestades. Y después iremos a casa de mis cuñados Jesús y Tamara donde nos entregaremos los regalos entre la familia de mi mujer y después a casa de mi hermana Chari y mi cuñado Joaquín para hacer lo mismo con mi familia. Las tradiciones…

Pero empecemos por el principio… Ayer viernes tenía cita en el Hospital de Día del Virgen del Rocío para recibir la segunda sesión del primer ciclo del nuevo tratamiento, el C1D8, y la verdad es que todo fue bien. Llegamos al hospital a las 8:45 y terminamos a las 14:45, estando unas cinco horas conectado a la máquina y recibiendo el tratamiento por vía intravenosa. Tratamiento que estuvo en tiempo y forma disponible, algo que le agradezco a la gente de Farmacia del hospital. Conté todo el proceso en mis redes:

Y a partir del momento en el que abandonamos el hospital -vino Merchi a recogerme al Hospital de Día mientras nuestras hijas esperaban en el coche- entramos en «modo Reyes Magos», porque en mi familia es algo que hemos vivido de siempre… y este año no podía ser menos.

https://twitter.com/juanmadiaz/status/1743266103382483452

Habíamos quedado para almorzar en la que fue la casa de mis padres y que ahora es la casa de mi hermana Chari, su familia y mi tío Carlos. Y eso hicimos. Tras comer juntos, se fueron a ver la cabalgata donde siempre, en la calle María Auxiliadora. Yo me quedé con mi tío y vimos la salida por 7TV. Y después vimos todas las cabalgatas de las provincias andaluzas con las conexiones que iban haciendo en Andalucía Directo. Por cierto, felicidades a este magnífico programa por esos 26 años de emisión en directo cada día de lunes a viernes.

Y cuando llegaron, otra tradición: merendar juntos un rosco de Reyes y entregarnos los regalos de amigos invisibles que sorteamos en Nochebuena. Esta es mi gente.

Y cuando llegamos a casa sobre las 21:30, nos encontramos esto (gracias a mi Patri por la grabación del vídeo):

Nos quedamos impresionados. Yo siempre pido SALUD, sobre todo desde que tengo la enfermedad, para mí, para mi familia, para los amigos, para mis compañeros y para toda la gente que de una u otra forma me ayuda a seguir. Lo demás ya lo iremos apañando, pero la SALUD es lo primero, sin duda.

Tengo que reconocer que yo me creí lo de los Reyes Magos hasta bastante mayor, y lo discutía con mis amigos y compañeros del cole. ¿Y por qué? Porque a mi casa venían, yo los veía con mis propios ojos y me entregaban los regalos ellos mismos. De esto se encargaba mi tío Carlos con su grupo de amigos. Y fuimos creciendo y quisimos seguir con la bonita tradición. Fueron muchos años los que encarnamos a Sus Majestades para visitar está mágica noche de Reyes a niños y niñas en sus casas. Tenemos muchas anécdotas pero, sobre todo, lo pasábamos genial, era un subidón de energía y de emociones. Experiencias que no se me olvidarán en la vida. Y supongo que a mis acompañantes tampoco, ¿verdad Jesús, Peluca, Marce, Casti, Joaquín, Sito, Castro…? Un par de ejemplos de aquellos años. Eran 2008 y 2009:

Lamentablemente en 2019 me pilló ingresado en el Hospital Virgen del Rocío -pasé allí todas las navidades-, pero yo tenía que celebrarlo:

He disfrutado mucho cada noche de Reyes, porque todas han tenido detalles de los que no se olvidan, pero la que jamás se me olvidará es la mejor noche de Reyes de mi vida. Mis amigos quisieron darme esta sorpresa. Fue en enero de 2021 -estábamos con mascarilla por culpa de la maldita pandemia-, pero en ese momento tocaba disfrutar… y vaya si disfruté. Impresionante. Mil gracias, amigos. Esas letras de SALUD las guardo como oro en paño, de hecho este año me las han traído otra vez. Que así sea para todos…

#YoSoyDeLosReyesMagos #SALUDParaTodos